Ha llegado el momento de que el secretario general del movimiento tome las riendas y ponga fin a las desviaciones que dificultan que el pueblo saharaui logre su objetivo deseado.
Por Tiris | 12/09/2024
El presidente, el hermano Ibrahim Ghali, asistió hace unos días en Timor Oriental al vigésimo quinto aniversario del referéndum que condujo a la independencia del pueblo timorense de la ocupación indonesia, que comenzó en 1975 tras la retirada de la potencia colonial portuguesa. En este contexto, vale la pena señalar que, comparando al pueblo saharaui con el de Timor Oriental, podemos concluir que el primero ha perdido al menos 25 años, ya que aún no ha logrado su independencia, tras esperar medio siglo de lucha por la libertad y la independencia. Aquí se puede deducir que no ha logrado su independencia, en primer lugar, debido a la ineficacia de las Naciones Unidas, pero también debido a la incompetencia política de los líderes saharauis, quienes están sumidos en sus placeres, construidos a costa de la libertad del pueblo saharaui mediante la corrupción y el robo de dinero público.
Ha llegado el momento de que el secretario general del movimiento tome las riendas y ponga fin a las desviaciones que dificultan que el pueblo saharaui logre su objetivo deseado, por el que ha sacrificado sus vidas durante medio siglo, en el exilio, la diáspora y bajo la ocupación.
Es evidente que, en la situación actual, mientras la ayuda humanitaria disminuye y los refugiados saharauis sufren las consecuencias, ven cómo las posibilidades de asegurar el mínimo de condiciones de vida se desvanecen poco a poco en los campamentos, donde la emigración juvenil ha alcanzado cifras récord preocupantes, dejando a los refugiados saharauis en el caos a merced de este liderazgo corrupto, debido a su mala gestión. Esta dirigencia corrupta cuenta con altos funcionarios cuyo poder adquisitivo está lejos de depender de la ayuda humanitaria, gracias a sus cuentas bancarias en el extranjero.
El secretario general debe rodearse de personas con expedientes impecables. Algunos líderes en la escena actual no apoyan ni ayudan los esfuerzos del presidente Ibrahim Ghali para reorientar el rumbo. Lo único que les importa es obtener altos cargos políticos y viajar al extranjero. Cuantas más veces viaje un funcionario saharaui al extranjero, más aumentan sus cuentas bancarias. Tomemos como ejemplo simple al actual ministro de Relaciones Exteriores, el hermano Mohamed Sidati.
Preguntemos al actual ministro de Relaciones Exteriores, quien en 2013 estuvo involucrado en una disputa mientras era responsable del Frente Polisario en Europa. La disputa fue entre él, la representante saharaui en Suiza, su adjunto, y la presidenta de la Asociación de Cooperación con el Pueblo Saharaui en Berna, con quien mantuvo una relación sentimental y a quien obligó a transferirle un monto mensual de 5000 francos suizos. Esta cantidad se ha estado transfiriendo a su cuenta bancaria personal en Suiza desde hace décadas, y hoy ese saldo, con los intereses acumulados, supera el millón y medio de francos, lo que equivale a millón y medio de euros.
El conflicto en Suiza en 2013 surgió cuando la representante saharaui lanzó una campaña para denunciar las violaciones de derechos humanos en los territorios ocupados y necesitaba dinero para cubrir los gastos de los activistas saharauis provenientes de los territorios ocupados y de la diáspora. Descubrió que la presidenta de la asociación mencionada había transferido fondos al responsable en Europa, es decir, a Mohamed Sidati, y en ese momento exigió que ese monto, que nunca fue informado ni por el responsable en Europa ni por el actual ministro de Relaciones Exteriores, ni tampoco por el presidente, fuera destinado a cubrir los gastos de la campaña contra Marruecos. En ese momento, el difunto presidente mártir, Mohamed Abdelaziz, ordenó que el dinero se utilizara para la causa y para cubrir los gastos de los activistas, por lo que debía estar a disposición de la oficina en Suiza, en lugar de destinarse a fines personales, especialmente en un momento en el que Mohamed Sidati ya recibía el doble del monto malversado como presupuesto mensual del Ministerio de Relaciones Exteriores saharaui.
Cabe recordar que el líder mártir falleció con una gran decepción al descubrir que uno de sus colaboradores más cercanos estaba sumido en la más profunda traición, llamada corrupción.
Volveremos a este tema en la segunda parte.
El tema es justamente lo contrario. El presidente Ghali lo que hizo fue cerrar todas las puertas a la corrupcion y otros males. Y quien escribe esta critica tergiversa de manera muy interesada porque probablemente pertenece a quiens estan saqueando a los saharauis. Si lo que dice es verdad, ¿ por que fue reeligido por una mayoria absoluta ?