El levantamiento actual en Deir Ezzor, Siria, representa la creciente resistencia armada de las tribus árabes locales contra las fuerzas kurdas apoyadas por Estados Unidos que controlan sus tierras y recursos, abriendo potencialmente un nuevo frente para el Eje de Resistencia de Asia Occidental.
Por Haidar Mustafa | 14/08/2024
El 7 de agosto, una coalición de tribus árabes sirias recuperó varias ciudades clave de manos de las fuerzas kurdas apoyadas por Estados Unidos en la zona rural oriental de la provincia siria de Deir Ezzor. Estos miembros de la tribu, liderados por el jeque Ibrahim al-Hafl, lanzaron el mayor asalto contra las posiciones de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) desde el inicio de la rebelión tribal árabe contra la milicia apoyada por Estados Unidos el año pasado.
La renovada ofensiva también ha reavivado la resistencia popular contra la presencia estadounidense en la región, y sus orígenes se remontan al golpe de Estado de las SDF contra el Consejo Militar de Deir Ezzor, que condujo al arresto y destitución del líder árabe Ahmed al-Khabil, también conocido como Abu Khawla.
La chispa de la resistencia
En agosto de 2023, la detención del líder del Consejo Militar de Deir Ezzor por parte de las SDF desencadenó un levantamiento tribal en varias aldeas bajo el control de las SDF, desde Al-Baghouz hasta Al-Shuhail. Este levantamiento se convirtió rápidamente en una resistencia más organizada cuando el jeque Hafl anunció en una declaración de audio la formación de un comando militar para el «Ejército de Tribus y Clanes en la zona rural de Deir Ezzor» el pasado mes de septiembre.
Desde entonces, Hafl se ha convertido en una amenaza constante para las SDF, y se ha acusado a los gobiernos sirio e iraní de apoyarlo. Se trata de un intento evidente de desacreditar al movimiento tribal árabe, que está realmente centrado en la liberación de tierras y la recuperación de recursos.
Las SDF anunciaron prematuramente el “fracaso” del ataque, que según afirman se llevó a cabo “por orden” de Hossam Louka, jefe de la Dirección General de Inteligencia de Siria. En un comunicado publicado en Facebook, las SDF afirmaron:
Las fuerzas de ocupación estadounidenses han establecido importantes bases en los yacimientos petrolíferos de Al-Omar y Conoco, en una región habitada en gran parte por comunidades árabes que han sido perseguidas durante mucho tiempo por las SDF. Cuando Estados Unidos no logró controlar y cooptar a estas tribus para que se unieran a una organización leal, trató de caracterizarlas como una amenaza alineada con los intereses sirios e iraníes.
Esta narrativa es consistente con el enfoque del proyecto estadounidense y sus aliados en las SDF, que buscan suprimir cualquier movimiento de resistencia que desafíe su agenda y sus prácticas, incluido el robo de petróleo y trigo sirios.
Resistencia tribal ‘apoyada por Irán’
El jeque Hafl hizo un llamamiento a las tribus y clanes, especialmente a los que se encuentran más allá de las fronteras de Siria, para que apoyaran la resistencia, lo que dio lugar a ataques cada vez más intensos y sostenidos contra las FDS. La resistencia tribal, arraigada principalmente en Dhiban, se extendió por las ciudades y pueblos al este del Éufrates, convirtiéndolos en una zona de conflicto permanente.
Esta resistencia representó una amenaza importante para los intereses estadounidenses, y la llamada “Operación Resolución Inherente” informó en su actualización trimestral de octubre-diciembre de 2023 al Congreso de Estados Unidos que los combatientes tribales se han convertido en un “movimiento de resistencia en toda regla”.
Estos combatientes, según el informe, reciben “apoyo explícito del régimen sirio y sus aliados iraníes en el lado occidental del río Éufrates, donde los combatientes de la resistencia se reabastecen, se rearman y lanzan ataques al otro lado del río en aldeas controladas por las SDF en el lado oriental”.
Reconociendo esta amenaza, la aviación estadounidense lanzó recientemente varias incursiones contra las fuerzas tribales árabes para impedirles avanzar hacia sus bases o lograr su objetivo de expulsar a las SDF de “tierra árabe”.
Las SDF ganan terreno mientras asedian Hasakah
Tras un año de enfrentamientos limitados y pequeñas operaciones, Hafl volvió a hacer un llamamiento a enfrentarse a lo que llamó las bandas de “Qandil”. Este anuncio coincidió con el lanzamiento de un violento ataque por parte de las fuerzas tribales árabes contra posiciones de las SDF en las ciudades y pueblos de Deir Ezzor.
Durante este asalto, las fuerzas tribales lograron cruzar y ampliar su control sobre zonas como Dhiban, Al-Busaira, Ibriha, Al-Hariji, Al-Tayyaneh, Abu Hamam, Gharanij, Al-Kishkiya y todo el cauce del río. Las SDF, a su vez, respondieron imponiendo un asedio a los residentes de Hasakah y Qamishli, dentro de las zonas controladas por el gobierno sirio, cortando el suministro de harina, alimentos y agua, una táctica que las SDF utilizan con frecuencia para presionar a Damasco.
Los expertos creen que las FDS están llevando a Hasakah hacia lo desconocido, ya que la imposición de una política de asedio podría desencadenar enfrentamientos locales dentro de la ciudad. Sin embargo, esto no disuadirá a la “resistencia” tribal de continuar con su proyecto destinado a presionar a la ocupación estadounidense y a sus milicias kurdas.
Cabe destacar que una delegación rusa con base en Siria llegó al aeropuerto de Qamishli antes del viernes por la tarde y mantuvo varias reuniones para mediar en la crisis. Según el diario sirio Al-Watan , estas conversaciones no dieron resultados positivos después de que los líderes de las SDF rechazaran la mediación e insistieran en continuar el asedio a la población de Hasakah.
Al servicio de objetivos geopolíticos
La ocupación estadounidense de la región de Jazira y el establecimiento de más de 20 bases estadounidenses no se debió principalmente a la lucha contra el terrorismo, como afirma la coalición internacional, sino más bien a que el “ISIS” sirvió de pretexto para reforzar la obstrucción estadounidense de los vínculos terrestres estratégicos entre el Mediterráneo oriental, a través de Asia Central, con China y con Irán en el Golfo Pérsico. Estados Unidos también intenta impedir el desarrollo de vínculos estrechos entre los ámbitos sirio e iraquí.
El escritor e investigador de asuntos políticos Dr. Ahmed al-Druze explica a The Cradle por qué Estados Unidos continúa brindando apoyo ilimitado a las SDF frente a los habitantes de la región.
Druze cree que los acontecimientos que se desarrollan hoy en la región oriental de Siria son resultado de las repercusiones de la Operación Inundación de Al-Aqsa de la resistencia palestina y de la propagación más amplia de los conflictos en todo Asia occidental.
Destaca que, si bien algunos pueden ver los acontecimientos recientes como un conflicto local, ya sea entre clanes árabes o entre clanes árabes y kurdos, la realidad sugiere lo contrario, ya que los clanes encuentran una causa común y objetivos comunes con el Eje de la Resistencia.
Incluso si la situación se estabiliza temporalmente, con las fuerzas tribales retirándose y las SDF levantando el asedio a Hasakah y Qamishli, Druze cree que el conflicto internacional subyacente probablemente resurja, potencialmente vinculado a los acontecimientos en Palestina y Gaza ocupadas.
Si bien puede ser prematuro hablar de una situación existencial difícil para Estados Unidos en la región de Jazira, dado que sus pérdidas actualmente siguen siendo limitadas, el escritor y analista político Khaled al-Miftah sostiene que Estados Unidos enfrenta un creciente rechazo y resistencia popular.
La región es cada vez más consciente de los objetivos de Washington: establecer una entidad separatista kurda y explotar los recursos de Siria. Al-Miftah le dice a The Cradle que Estados Unidos está empezando a sentir los efectos del acercamiento turco-sirio , que, de lograrse bajo los auspicios de Rusia, podría significar el fin de las ambiciones separatistas de las SDF. En consecuencia, Estados Unidos ha comenzado a crear obstáculos para evitar ese resultado.
Parte de la resistencia de la región
A pesar de que hace años que terminó el conflicto militar a gran escala en la mayor parte de Siria, la región oriental sigue sumida en la tensión y los conflictos. Continúan los enfrentamientos armados entre las SDF y las facciones pro turcas en el norte, mientras que la guerra con las fuerzas tribales árabes al este del Éufrates entra en un nuevo capítulo, impulsado por cálculos diferentes a los de las batallas anteriores.
Las tribus están decididas a ampliar sus operaciones y han aumentado su preparación. Las bases estadounidenses se han convertido en objetivos permanentes de las fuerzas de resistencia tanto del lado sirio como del iraquí, y los drones y los cohetes atacan con frecuencia las bases de ocupación en los yacimientos petrolíferos de Omar y Conoco. Mientras tanto, las tribus han ampliado su control sobre las aldeas que sirven como primera línea de defensa para las SDF en torno a las bases estadounidenses.
Mientras tanto, tras la liberación de cientos de combatientes del EI de las cárceles por parte de las SDF en julio, el EI continúa con sus ataques terroristas en la región, a pesar de que la coalición internacional había afirmado anteriormente que había eliminado la presencia del grupo. Las células del EI lanzan periódicamente ataques contra posiciones del ejército sirio y sus aliados en el Eje de la Resistencia.
La región de Jazira se ha convertido esencialmente en un campo de batalla donde Estados Unidos ahora sufre las consecuencias de su ocupación forzada del territorio sirio, sin tener en cuenta el impacto sobre la unidad territorial siria y el conflicto que siembra entre la población.
La región oriental sigue atrapada en un ciclo de escalada, en el que participan actores locales e internacionales, mientras el pueblo sirio es el que soporta la peor parte, sufriendo tanto la violencia constante como el robo de sus recursos.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en el medio The Cradle y traducido al castellano para NR.
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