El pasado 16 de diciembre se estrenó en los cines Avatar: El sentido del agua. La segunda entrega del director James Cameron está batiendo récords de taquilla en todo el mundo. Pero, ¿cuáles son las trampas ideológicas que esconde este film?
Por Francisco Martorell Campos
El filósofo y crítico cultural británico Mark Fisher detectó muy bien las trampas ideológicas de la película Avatar, comunes a muchísimas distopías y relatos de ciencia ficción. La principal es el hecho de que la disyuntiva que propone impide concebir auténticas alternativas políticas. Las excluye.
Según Fisher, en el film dirigido por James Cameron “lo que aparece clausurado en la oposición entre el capitalismo tecnológicamente predador y el organicismo primitivo, es la posibilidad de un anticapitalismo moderno y tecnológico… Avatar funciona como un síntoma ideológico”. [1]
La película instituye al primitivismo eco-esotérico en el adversario legítimo y necesario del tecnocapitalismo voraz. Reduce las opciones a dos. O taparrabos o máquinas high-tech. O naturaleza inmaculada o civilización.
Esas oposiciones tan toscas y absolutistas favorecen prejuicios conservadores muy arraigados en la actualidad, entre ellos el de que “ser anticapitalista equivale a ser un anarcohippie primitivo”. [2]
Tal prejuicio opera, por ejemplo, cuando el cuñado de turno reprocha a los izquierdistas que lleven iphones. El orden vigente ha logrado que la oposición al capitalismo se identifique con la oposición al progreso y la tecnología. Avatar ayuda a popularizar esa patraña.
Ante ello, Fisher invita a cultivar el estilo “radical chic” y crear un anticapitalismo de izquierda que gestione la civilización moderna de otra forma: capaz de afrontar los retos ecológicos y de llevar el progreso tecnológico más allá de lo que el capitalismo es capaz.
La conclusión es que hay que reconquistar los conceptos de “progreso”, “civilización”, “tecnología” y similares. Hay que resignificarlos y reivindicarlos. No morder el anzuelo (la falsa alternativa) de la Arcadia. No hay Pandora a la que volver, pero hay un futuro que construir.
Notas:
[1] K-punk I, 288.
[2] “Realismo capitalista”, 141.
Hilo original publicado en la red social Twitter.
Es una peli, que pesaos con la política hasta en la sopa, que amargaos.
Cuanta inocencia la suya amigo. La política es la ciencia y práctica dedicada a las relaciones sociales y la toma del poder, nos diferenciamos de los animales precisamente porque hacemos política! La política así como la Economía está en todo lo humano.
Que es propaganda política subliminal, como prácticamente todo lo que produce la industria de la cultura pop. Qué pesaos con el orgullo paleto y la felicidad del ignorante. Qué empanaos.
Cada vez que se aplico el socialismo fue un rotundo fracaso seria mucho mas fantasioso y totalmente irreal mostrar un socialismo con una economia decente y avanzado tecnologicamente, basta con mirar Corea del Norte para entenderlo, y no es el unico caso los ejemplos abundan. Asi que el mejor socialismo que puede existir es como el que se presenta en la pelicula
Generalísimo, China y Rusia se están descojonando en su cara. Yo Corea del Norte tiene cosas más importantes que hacer, como construir viviendas para ser cedidas gratuitamente a todo el pueblo, cosa que su amado capitalismo, incluso con cierta, poca, conciencia socialcatólica, ni soñó con hacer.
Nada,nada,nada,nada. Es lo que veo de este clickbait. Ninguna ideología al respecto. Muy rebuscado.