Por Luis Aneiros @LuisAneiros
El Rey es la pieza principal, aquella sobre la que se sustenta la partida entera. Todo termina cuando él cae, pero sus movimientos son muy limitados, dependiendo siempre de lo que hagan por él sus compañeros de equipo. Él es poco más que un espectador durante toda la partida, su valor estratégico es casi nulo y sólo actúa cuando se siente directamente amenazado. Él gobierna alejado de los que caen, y sus ministros tienen que defenderle.
La Reina del equipo contrario es la contrincante natural del Rey. Suele participar muy activamente en los ataques directos y, en principio, dispone de una enorme libertad de movimientos. Pero siempre necesita la colaboración de los suyos, ella sola pierde mucha seguridad si no está fuertemente cubierta en las jugadas. No es imprescindible, se puede ganar sin ella, pero qué duda cabe de que lo normal es que un equipo sin Reina tenga poco futuro en el tablero. Si sabe ocupar bien su espacio y tener a los suyos de su lado tiene todas las de ganar, pero si actúa sola suele terminar siendo derrotada.
El Alfil es elegante, inteligente, sabe moverse por todo el tablero y sirve lo mismo para proteger al Rey como para echar una mano a la Reina en sus ataques. Sus movimientos se ven algo limitados por tener que recorrer las casillas sólo en diagonal, pero su capacidad de jugar desde lejos hace que muchas veces sorprenda a sus contrincantes cambiando hábilmente de esquina y apareciendo cuando nadie contaba con él.
El Caballo es, sin duda, la pieza sorprendente, cambiante, aparentemente inofensiva, pero determinante si se la descuida. A todos les cuesta utilizarla porque, normalmente, casi nadie (salvo los mejores jugadores) saben sacarle partido, y muchas veces resulta más un elemento de estorbo que de apoyo. En el tablero es, posiblemente, la primera pieza que nadie duda en sacrificar, debido a esa imagen que tiene a veces, de ser más una molestia que un colaborador útil, pero posee la capacidad de retirarse a rincones imprevistos y mantenerse lejos del alcance de los ataques enemigos. Si aprendes a jugar con el Caballo puedes hacer grandes partidas pero, para muchos, todo es más fácil si no está en el tablero.
Que la política es una especie de partida de ajedrez no es nada nuevo. En el texto anterior he planteado unas evidentes alegorías que relacionan a cuatro piezas de ajedrez con otros tantos políticos españoles. Para terminar la lista, podríamos casar a las Torres con la Casa Real y, por supuesto, no creo necesario decir quiénes serían los peones… Pero, comparaciones más o menos humorísticas aparte, lo verdaderamente preocupante de la partida que se está desarrollando con esas figuras no es lo que ocurre en el tablero, sino lo que ocurre sobre el tablero. Alguien los mueve, ellos solos no saben, ni podrían aunque lo intentaran. Son figuras rígidas y con funciones prefijadas de antemano, que necesitan la voluntad de alguien que, posiblemente, ni ellos mismos son capaces de distinguir. Quien gana las elecciones no propone nada públicamente, su aliado natural le niega el apoyo y sólo sugiere una abstención que echa toda la responsabilidad sobre el lógico líder de la oposición, que debería redondear un claro NO, pero que se limita a plantear un escenario surrealista en el que todo es posible. Votar no al candidato, pero no presentarse él mismo a la investidura y negar el apoyo a un tercero, conllevaría unas terceras elecciones que casi nadie desea. Y ese “casi nadie” incluye a sus propios compañeros de partido. Encerrado en su huevo de Calimero sollozante, Sánchez no escucha a nadie, se aísla de las exigencias de sus mayores y hace oídos sordos a los cantos de sirena que le llegan desde Unidos Podemos, que le plantean la posibilidad cándida de un gobierno, no ya utópico, sino de dibujos animados para preescolares. Así pues, vemos que ellos se mueven en el tablero, pero cuesta creerse que esos movimientos sean propios y no empujados por las manos de los verdaderos jugadores.
Solo el Partido Popular se beneficiaría de unas terceras elecciones. Su más que posible mayoría absoluta, en el caso de que se produjera, se alimentaría de la desaparición de Ciudadanos de la escena política y del descalabro definitivo del PSOE.
Constantemente están llegando noticias de Europa, en las que se pone a España en la necesidad imperiosa de tener un gobierno estable, ya que sólo así se podrá salir de la situación en la que Europa mismo nos puso. Pero el mensaje europeo es, en realidad, que estabilidad es igual a gobierno del PP, y solo a gobierno del PP. Estabilidad es más recortes, más ajustes, menos déficit a costa de lo que sea, y posicionarse de su lado en las sombrías negociaciones comerciales con las grandes empresas norteamericanas. La UE juega la partida y, partiendo de la limitada posición del Rey Rajoy, conoce y controla los movimientos de las demás piezas. Sabe que la Reina Sánchez no cuenta con los apoyos suficientes de los suyos para encarar un ataque efectivo, que el Alfil Rivera trabajará para proteger al Rey Rajoy, y que el Caballo Iglesias debe ser retirado del tablero lo antes posible (y así ha sido el 26J). La partida está planteada para ser ganada, y en ella se sacrificarán todas las piezas, empezando por los peones, y terminando por el Rey Rajoy que, algún día, deberá ser sustituido cuando el público asistente se aburra de ver siempre a los mismos.
Solo el Partido Popular se beneficiaría de unas terceras elecciones. Su más que posible mayoría absoluta, en el caso de que se produjera, se alimentaría de la desaparición de Ciudadanos de la escena política (al menos en un papel algo relevante) y del descalabro definitivo del PSOE. Unidos Podemos (o como se llamara en esta nueva cita electoral) mantendría posiblemente su status actual, pero su posible papel de líder de la oposición sería mucho más incómodo con un PP de nuevo echando mano del rodillo parlamentario… No es eso lo que Pablo Iglesias desea para el futuro de su proyecto. Y por eso la jugada de las manos invisibles de la UE es esa: que Mariano Rajoy y sus habituales jaleadores se mantengan en silencio. Que hablen los demás, que descubran sus cartas los que van a perder algo si sus cartas son tan malas como se puede suponer.
Mi pronóstico personal es un gobierno en minoría del PP, respaldado indirectamente por la abstención de un PSOE sin Sánchez a la cabeza. Felipe González y sus siempre fieles palmeadores esgrimen las razones de estado y la estabilidad que Sánchez no puede garantizar sin traicionar a sus votantes. Un “nuevo-viejo” PSOE no sentirá esa presión de la palabra dada. Y además, para eso tienen a Corcuera, para representar la responsabilidad y la decencia de su partido. Sin duda, esta partida terminará en tablas, y todo quedará igual.
Que bueno que cualquiera pueda expresar sus opiniones aunque lo que se diga sean eso opiniones.
Ciudadanos ya ha aportado al pp todos los votantes de derechas que tenía, no olvidemos que ciudadanos recogió votos también de las clases populares mas manipulable por los medios de comunicación, gente que voto ciudadanos sin ser conscientes de que votaban derecha como constato un estudio hecho a sus votantes que afirmaban que su partido era de izquierdas y eso no votarian nunca pp. Con el paso del tiempo y viendose con mas nitidez lo que es ciudadanos el abandono de sus votantes cuñados está cantado, ya sabemos que los cuñados son de decir una cosa hoy y mañana la contraría.
Por otro lado las luchas internas de un psoe que sabe que tarde o temprano tendra que elegir entre derecha o izquierda o dicho de otro modo tendrá que elegir entre las oligarquias que le protegen y condicionan o los interese de los que dice representar. Si el psoe dada su debilidad y si aspira a tener peso institucional tendrá que aliarse hacia su derecha pp o hacia su izquierda podemos.
El psoe sabe que si se alía hacia su derecha tendrá una muerte rapida y si se alía hacia su izquierda podrá subsistir pero sin el apoyo de las elites propietarias de los medios de comunicación que lo acusaran de haberse radicalizado. El psoe trata de dejar pasar el tiempo sin definirse esperando el milagro de la diosa fortuna que terminara con Podemos.
Mientras el psoe mantenga un porcentaje de voto elevado las posibilidades para un gobierno de podemos son escasas pero esa necesidad vital de indefinicion del psoe tambien debilita al pp que tiene poco o ningun margen de crecimiento y cada año su cantera de votos se acorta mas, ya que en España no nacen biejos mas bien, son por constumbre, de morirse (400.000 al año ).
Las posibilidades son las que son, pp no puede solo y está en maximos de votantes posibles, psoe si facilita el gobierno al pp deja el espacio vacío a podemos que se convertiría en el partido de la oposición y por tanto alternativa al pp.
Ante todo, Valdecuriel, muchas gracias por tu aporte y por tu tono, muy de agradecer en estos tiempos en los que la crispación es la norma. Y siéntete libre, te garantizo que Nueva Revolución, y yo en particular, como colaborador del blog, te aseguramos que esta será tu casa, siempre que quieras aportar tu opinión, que es lo más importante que nos puedes dar. Sobre lo que dices, es cierto. En realidad, la incertidumbre que se vive ahora mismo hace que todo lo que se diga sea cierto, pero tu análisis es muy certero. Pero, si me lo permites, me gustaría añadir algún detalle… Ciudadanos jamás podrá subsistir con votos que no sean de derechas, porque, tarde o temprano, el resto de sus votantes lo abandonarán por su clara inclinación. Y, en vista del empuje de la nueva izquierda, el PP seguirá recogiendo el voto útil de la derecha. La historia del PSOE pasa por la permanencia de Pedro Sánchez. Y yo no la veo, la verdad… Sólo tiene un camino para continuar siendo un partido mayoritario: el mantenimiento del sistema junto al PP. Discutirán en muchos terrenos, pero todo lo que concierna a mantener el modelo de sociedad que les permita seguir siendo primer y segundo partido, será motivo de consenso. Ley Electoral, Reforma de la Constitución,Diputaciones, privilegios…ahí estarán siempre juntos, y eso será muy difícil de cambiar. El PSOE ya no es un partido de izquierdas, es tan sólo «e partido contrario al PP».
Muchas gracias de nuevo, un saludo.
Enhorabuena por el artículo. No sólo me ha parecido una alegoría muy acertada, sino que también coincido contigo en el análisis.
Yo soy una de esas paranoicas que piensa que hubo pucherazo en estas elecciones (bueno, en éstas más que en otras), pero la verdad es que viendo según qué comentarios, y hablando con la gente en general, la duda empieza a aflorar.
He de reconocer que unas terceras elecciones me dan miedo, más que por el dinero que se pueda llegar a gastar, por el más que predecible resultado que pueda obtener el PP. Parece increíble que a pesar de la ya demostrada Caja B, la Gürtel, los papeles de Panamá (sí, aquí además del PP también la había personalidades de otros sectores), la Púnica, las recientes escuchas conspiratorias de Fernández Díaz, los recortes y de un largo etc, el PP haya ganado una vez más las elecciones.
A mi juicio y a día de hoy, la única manera de abrirle los ojos a alguna gente es metiendo a Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias en una casa, grabarlos las 24 horas durante meses, y votar para que salgan de la casa. Así por lo menos nos aseguramos que algunos salgan a protestar a la calle.
No pueden permitirse unas 3ª. elecciones, lo que han echo en estas para seguir en el poder es difícil de repetir, han llegado a unos límites que lo próximo se regaría con sangre.
No llegaremos a la sangre, pero si a niveles absurdos de engaños
Quiénes son éstos de nuevarevolucion, izquierdistas? Resulta que PODEMOS es el caballo en el tablero y nos retiraron rápido el 26J? Y la pérdida de escaños de PSOE y C,s no fue una retirada? Comparada con nosotros fue una debacle. El pacto que propone PODEMOS es de preescolar, de dibujos animados? Como dice Carlos Fernández Liria, hay mucho idiota en la izquierda.
Antes de nada, permiteme que te haga una aclaración: el autor del artículo soy yo, y no Nueva Revolución, por lo que la, responsabilidad de lo que en él se diga es exclusivamente mía, para lo bueno y lo malo. Y, respondiendo a tu comentario, permiteme decirte que, como votante de Podemos desde que se fundó, me creo en el derecho de analizar su figura con toda la objetividad que quiera, y de opinar sobre sus propuestas lo que crea conveniente. Pero, dicho esto, me apena que veas en mis palabras una critica al partido. ¿Qué tiene de malo ser el caballo en el ajedrez? ¿El resultado del 26J no fue negativo, independientemente de lo que hayan sacado los demás? ¿Y donde lees que el pacto sea de preescolar? Mira, demos21, te agradezco enormemente que hayas dedicado parte de tu tiempo a leer mi artículo, pero sería de agradecer que, además de leerlo, lo comprendieras. Y, de paso, que desarrollaras algo más de capacidad de autocritica, muy importante en estos tiempos. Y una última cosa… En la izquierda, como en cualquier otro sitio, hay idiotas, por supuesto. El insulto como argumento es uno de los síntomas para detectarlos. De nuevo gracias, un saludo.