“La fille de Brest”, Las mujeres invisibles que cambian el mundo

“La fille de Brest” es una de esas historias que nos devuelve la fe en el género humano, gracias a aquellos que, como Irène Franchon, no miraron hacia otro lado.

Por Angelo Nero

La prolífica actriz y directora francesa Emmanuelle Bercot, nos trajo, en 2016, la historia de Irène Franchon, una neumóloga bretona que trabajaba en el Hospital Universitario de Brest. Franchon, interpretada de forma extraordinaria por la danesa Sidse Babett Knudsen –la protagonista de Borgen-, descubrió los peligrosos efectos secundarios de un popular medicamento, Mediator, constatando en su consulta los problemas cardiacos de algunos pacientes que estaban siendo tratados con ese compuesto. El Mediator, se empleaba, desde los años treinta, en Francia, como supresor del apetito, para personas con obesidad severa, y estaba comercializado por los laboratorios Servier, los segundos más importantes en el estado galo.

Con la complicidad de sus compañeros, inició un estudio epidemiológico, que confirmó sus sospechas, e inició una larga campaña para alertar a las autoridades sanitarias y que estas retiraran el fármaco de la circulación. Pero su lucha no será fácil, deberá enfrentarse a la negligencia de la administración, intentar convencer a los políticos y a sus propios colegas, mientras libra una batalla titánica contra la farmacéutica. En un camino lleno de obstáculos, sufre amenazas, renuncias de sus compañeros, momentos en los que su determinación flaquea, y hasta teme por su futuro laboral, pero aun así, como aquella entrañable “Erin Brockovich”, sigue adelante, con una voluntad arrolladora, sumando apoyos a su causa.

“La fille de Brest” es una de esas historias que nos devuelve la fe en el género humano, gracias a aquellos que, como Irène Franchon, no miraron hacia otro lado, no se acobardaron ante los poderes –económico, corporativo, judicial o político-, y continuaron hasta el final destapando esos mezquinos intereses que, por desgracia, siguen cobrando vidas inocentes cada día.

La película tiene un ritmo impecable, casi de thriller, en el que asistimos con el corazón en la mano a los avances y retrocesos en la investigación de la doctora Franchon, y de su equipo, pero, sobre todo, lo que hace imprescindible a esta cinta es la actuación de Sidse Babett Knudsen, protagonista indiscutible de la mayoría de las escenas, en torno a la que gira todo el metraje, y es capaz de desarmarme de igual modo con una sonrisa o con una lágrima. También a destacar el papel de popular actor parisino Benoît Magimel, que encarna al investigador en el que la doctora se apoya, y que, con su fragilidad, ofrece un contrapunto muy dramático.

En 2010 la doctora publicó un libro “Mediator 150 mg, Combien de morts ?”, que terminó por destapar el escandaloso silencio de las administraciones en materia de salud pública, que provocó un verdadero terremoto en la opinión pública y obligó a la administración a reaccionar. Es imposible no simpatizar con esta doctora de provincias enfrentada a una enorme industria farmacéutica, especialmente para los que creemos que el cine también puede ser una herramienta para despertar a la sociedad.

Dirección: Emmanuelle Bercot. Reparto: Sidse Babett Knudsen, Benoît Magimel, Charlotte Laemmel, Lara Neumann. Nacionalidad: Francia. Año: 2016 Duración: 128 Género: Drama social. Guión: Emmanuelle Bercot, Séverine Bosschem. Fotografía: Guillaume Schiffman. Música: Martin Wheeler.

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