Las mujeres deben estar “paranoicas” para lograr el triunfo del feminismo

Por Marta Herrera

«…si una mujer no tiene otro curso abierto para ella sino el hambre, la prostitución o tirarse desde un puente, entonces seguramente la prostituta, que ha mostrado el instinto más tenaz de autoconservación, debe ser considerada más fuerte y más sana que su fraile y sus hermanas muertas. Una no podía tener las dos cosas, había señalado: si las mujeres son seducidas y abandonadas se supone que se vuelven locas, pero si sobreviven, y seducen a su vez, entonces estaban enojadas desde el principio » M. Atwood, Alias Grace

Alias Grace es el personaje de la novela homónima de Margaret Atwood que, también llevada a la pantalla en forma de miniserie, narra la vivencias reales, miserables y maltratos de Grace Marks.

Grace es una niña irlandesa condenada cuando tenía 16 años por el asesinato de su ama de llaves. Sin embargo, su condena sólo se sumaba a la de ser pobre y mujer. Fue estudiada durante años ya que la tomaron por “loca” y finalmente logró su absolución.

Se trata de una historia más, una de esas horribles cadenas de desgracias que provoca la muerte de la madre que era cabeza de familia, tener un padre borracho y ser pobre en un país deprimido.  Grace fue una mujer que ilustra que ser mujer es una desgracia constante. El padre quiere violarla, los señores de las casas en las que sirve también e incluso el psiquiatra siente deseo por ella. Grace no puede escapar de su condición de mujer ni en su familia, ni en su trabajo ni en prisión. Y cuando por fin sale, el mejor recurso que le ofrecen es resignarse a casarse con un antiguo sirviente que es “bueno”.

Pero, sin embargo, esta historia es fascinante porque demuestra la capacidad de las mujeres cuando se unen, cuando son amigas. Una de las sirvientas se convirtió en su gran apoyo y le enseñó que ocurría en la sociedad canadiense que empezaba a revolucionarse (Grace emigró allí) y a afirmarse cómo mujer.  Gracias a esa poderosa amiga Grace aprendió que “puestos a ser un asesino, mejor ser asesina que asesino”. Llevó a dudar a todos cuanto la examinaron y nunca se concluyó nada con certeza.

Esta novela ilustra las multiples, variadas y repetitivas desgracias de ser mujer. Se trata de una vida convertida en un callejón sin salida en el que ser mujer es la primera condena y dónde cumplir con su rol de género (servir casas y casarse) es su única opción.

Pese a tratarse de algo histórico no hay mujer que no se haya sentido identificada con esta serie. Porque, en pleno S.XXI cuando una mujer no es víctima de piropos o acoso directamente, es tachada de “loca”. Y si una mujer ejerce el feminismo con dureza esa condena de “loca” que tuvo Grace se puede traducir por la de “paranoica”.

Las feministas son paranoicas, ya no existen situaciones como las de Grace. Sin embargo, aunque el extremismo de la vida de Grace ya no es tan obvio en la sociedad desarrollada actual, no es menos cierto que la vida de una mujer sigue siendo un callejón sin salida en muchos aspectos: dificultades laborales, presión por ser madres, acoso constante, micromachismos o bromas fuera de lugar son el tónico diario entre otros cientos de ejemplos.

Sin ánimo de compararse con Grace, ser “paranoicas y locas” debe seguir siendo la mejor baza de las mujeres, en el mejor sentido del término. Seguir denunciando cada minúsculo detalle, cada gesto, seguir luchando por puestos directivos, por condiciones laborales igualitarias y beneficiosas, y no rendirse pese a estar en “prisión” durante años. La prisión que la sociedad heteropatriarcal patrocina caerá, pues la “enfermedad de las mujeres”, que por suerte empieza a transmitirse a muchos hombres, empieza a ser como la peste. Que no quede nada por remover, que la “locura” arrase con todo atisbo de machismo, que la “paranoia” haga a mujeres y hombres más perspicaces, audaces y salvajes. Si Grace consiguió revolucionar a jueces y psiquiatras canadienses hace casi 200 años gracias a una única amiga poderosa, que no lograrán las mujeres y hombre del S. XXI unidas.

Gracias Grace por transmitirnos tu locura, seguiremos con tu estrategia hasta ser absueltas.

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