Las condiciones de encarcelamiento de Pablo González, SON TORTURA

El lunes 28 de agosto, se ha cumplido un año y medio de la detención del periodista español Pablo González Yagüe, 546 días de secuestro político

Por Acacio Puig / LQSomos

La inercia despótica del gobierno Polaco y sus valedores no se modificará si no se radicaliza y amplía la presión sobre su criminal propósito de castigo al periodista Pablo González y simultáneamente de aplastamiento ejemplarizante de un derecho fundamental como las libertades de expresión e información, un derecho históricamente pisoteado en Polonia y en declive acelerado en las democracias liberales. Hay que subrayar que el encarcelamiento de Pablo está siendo políticamente “funcional” durante el desarrollo de la guerra en curso sobre territorio de Ucrania: más que un anuncio de la dura supresión sistemática de cualquier expresión de pensamiento crítico.

La reclusión de Pablo en una celda de cinco metros cuadrados, el tener solo una salida diaria (una hora cada 24) a un minúsculo patio, la practica supresión de visitas familiares, la metódica censura de su correspondencia y las trabas de defensa impuestas a su abogacía, resultan espeluznantes incluso desde la experiencia de preso político bajo la dictadura franquista durante el siglo anterior. No es preciso extenderse en detalles porque pueden conocerse en este artículo muy reciente: Tres meses más contra los Derechos Humanos.

De modo que desde mi forzosa distancia y la falta de vinculación presencial a la campaña Pavel Askatu – Pablo Libertad – FreePablo, sugiero que quizá fuera preciso el desarrollo de iniciativas como las apuntadas a continuación:

– Las condiciones de encarcelamiento de Pablo González constituyen una intolerable expresión de tortura en la UE, situación a la que urge hacer frente, por él mismo y por respeto y defensa de la más elemental salud democrática en el enfermo continente europeo.

– El gobierno de España está obviando su responsabilidad y se está comportando como el ordenanza de la política punitiva implementada por USA, la OTAN y la UE. Se pliega a la inercia polaca que prorroga rutinariamente, cada trimestre, la tortura carcelaria de Pablo, sin presentar pruebas de ningún tipo. Incluso un hipotético “espía de guerra” tiene en el presente derechos que no se están respetando en las condiciones de encarcelamiento de Pablo González.

– Es necesario exigir al gobierno español la inmediata llamada a consultas del embajador en Polonia (que no actúa como debiera ante semejante atropello de derechos) y el paso siguiente, debe ser intensificar la presión, anunciando la ruptura de relaciones diplomáticas de España con Polonia hasta el traslado inmediato de Pablo a España, mientras se clarifican acusaciones y en su caso, garantías de un juicio justo.

– La izquierda institucional y los partidos democráticos de este país deben asumir la respuesta activa frente a este atropello perpetrado por una Polonia que no es, precisamente, un estado de derecho.

Los partidos vascos EH Bildu y el PNV no pueden mirar a otro lado: tienen la enorme responsabilidad de defender los derechos de Pablo como ciudadano vasco. ERC y Junts, que sufren exilios y represión tras los acontecimientos del Procés, deben asumir sus responsabilidades solidarias. Sumar (que cuenta entre sus nuevos diputados a un diplomático de carrera como Agustín Santos con experiencia negociadora en situaciones de conflicto) debe responsabilizarse de coordinar iniciativas de todo tipo ante el gobierno polaco. El conjunto de partidos progresistas deben tomar las medidas necesarias de interlocución, coordinación y movilización sin mayor demora. Los partidos extraparlamentarios, sindicatos y organizaciones, encontrarían en ese frente por la libertad de Pablo González, opciones de apoyo crítico e iniciativa solidaria.

Los derechos de Pablo González no son ajenos (no deben serlo) a los pactos y acuerdos de investidura de Pedro Sánchez: ¿Qué iniciativas está dispuesto a tomar el candidato a Presidente en defensa de un periodista español, detenido sin pruebas en condiciones que constituyen expresión de tortura? Esa es una cuestión muy importante para un estado social de derecho tal y como se define España. Urge activar presión e iniciativas que movilicen amplios sectores sociales defensores de los derechos humanos frente a supuestas cláusulas de excepcionalidad en situaciones de guerra: siguen -al menos- estando escritas en tratados internacionales el rechazo legal a tales “cláusulas de excepcionalidad” y la defensa de derechos incluso de hipotéticos prisioneros de guerra, como presentan a Pablo González.

¿Dónde están las garantías de DERECHO de un estado europeo?
#DerechosHumanos #LibertadDeComunicación #FreePablo #PabloGonzálezLibertad #PavelAskatu

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