Las Asociaciones de ex Alumnos de Escuelas Sindicales. Islas de libertad en el final del franquismo en El Bierzo y Laciana

En los locales se resuelven dudas sobre los convenios, cuestiones laborales o se imparten conferencias para enlaces y trabajadores en general.

Por Alejandro Martínez

La crisis del franquismo madura a partir de 1973 con tres hechos clave: La crisis del sistema capitalista derivada de la del petróleo, el asesinato de Carrero Blanco y la división entre las familias del régimen sobre su continuidad tras Franco. Esto pone fin al mito de la invulnerabilidad la dictadura, de su eficiencia económica y de su unidad monolítica. El movimiento obrero antifranquista va a ir avanzando, ganando posiciones y tratando de ensanchar los escasos resquicios que deja el régimen para convertirlos en espacios de libertad.

El nuevo movimiento, el motor de la oposición, combina las prácticas legales (participación en las elecciones del sindicato vertical), alegales (comisiones de obreros) y las extralegales (huelgas). Los informes clandestinos de Víctor Bayón, instructor clandestino del PCE en León, señalan que en las zonas mineras “en el aprovechamiento de las posibilidades legales estamos a la cabeza del país”. El trabajo de los enlaces, a pesar del temor a caer en el “legalismo”, utiliza todos los resquicios.

Uno de ellos serán las Asociaciones de ex Alumnos de Escuelas Sindicales que se comienzan a constituir a comienzos de los 70. Sus sedes sociales servían como tapadera para las reuniones de las Comisiones Obreras.

En Villablino el presidente era Benjamín Rubio, el tesorero Mariano Rubio (hijo de Benjamín) y José Rodríguez el secretario, todos miembros de las CCOO y el PCE. A partir de su puesta en marcha, las Comisiones elegían a un trabajador de cada grupo de MSP y se reunían en la sede de la asociación, ubicada en el segundo piso de los juzgados. Posteriormente se abre una delegación en Caboalles de Abajo que sirve como lugar de encuentro para los trabajadores de Paulina y María. Su presidente es Emilio Fernández.

En Ponferrada también coincidirá la dirección de las Comisiones con las de la asociación. Su presidente es Daniel Fernández Taladriz, militante comunista y de CCOO, y su secretario Lorenzo Gallego Donado, de la JOC. La sede la tienen en el número 40 de la avenida de los Andes, en el barrio de los judíos.

Ya en la transición y tras una visita de Julián Ariza, la asociación renueva su junta directiva y elige únicamente a miembros de CCOO, excluyendo a los católicos. Taladriz reconoce que “ahí metimos la pata, porque habían sido honestos trabajando con nosotros”.

El local cuenta con dos plantas. La de arriba funciona cómo la sede clandestina de las CCOO. Allí suben los más comprometidos y se hacen asambleas y cursillos. Además cuentan con una multicopista para confeccionar propaganda.

José Álvarez de Paz, José Ramón López Gabela, militantes del Partido Socialista Federal, o Francisco Beltrán impartieron charlas en la Asociación de Alumnos de Escuelas sindicales. Hablan sobre relaciones laborales o como serían los sindicatos democráticos, etc. En mayo de 1975 alcanza los 540 afiliados.

Posteriormente se fueron creando otras en distintos pueblos. En Matarrosa, Tomás de la Fuente Antón, militante católico de las CCOO es su presidente. En Fabero la dirige Ernesto Asenjo Barrio. En Toreno es el verticalista Conrado Alonso Buitrón, que durante la transición formará parte del Sindicato Minero Independiente y posteriormente de UGT y será diputado socialista.

En los locales se resuelven dudas sobre los convenios, cuestiones laborales o se imparten conferencias para enlaces y trabajadores en general. Además sirven cómo centro social donde se juega al ajedrez, al dominó y a las cartas. La de Laciana cuenta una máquina de reproducción de vídeo que llevaban por los pueblos.

En los últimos años del franquismo por los locales de Laciana y Ponferrada pasan Víctor Bayón, Manuel Nevado, Juanín o Faustino Fernández. Tras la muerte de Franco, Marcelino Camacho, Carlos Elvira, Francisco Romero Marín, Julián Ariza o Manuel Azcárate.

Durante la transición con los sindicatos todavía ilegales, en Ponferrada ya se habla abiertamente del local de Comisiones Obreras. En Villablino también desarrollan una labor sindical abierta. “Era nuestro sindicato”, según Benjamín Rubio.

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