Desde la crisis financiera de 2008, los alquileres se han disparado al mismo tiempo que los inversores de todo el mundo, incapaces de encontrar vías de inversión rentables, han encontrado un «refugio seguro» en la especulación inmobiliaria.
Con estos ingredientes el votante puede seguir considerando que el voto útil está en el plato del PSOE mientras suspira por el platazo de estrella Michelín que se comen en la parte inteligente de la Península Ibérica, y añora los logros de la coalición de izquierdas en Portugal.
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