La vieja Europa agoniza

Daniel Seijo
Subdirector de Nueva Revolución. Co-director de Encontro


Europa también tiene sus problemas, provocados principalmente por el hecho de que los países se unieron a fin de crear una unión monetaria sin tomar las oportunas medidas políticas e institucionales para que esa unión funcionara, y van a tener que pagar un elevado precio por ese fracaso.

Joseph Eugene Stiglitz


«Podría plantarme en medio de la Quinta Avenida y disparar a la gente y no perdería votos.«

Donald Trump


«Esta es la forma pura de servidumbre: existir como instrumento, como cosa.«

Herbert Marcuse


«La primera causa de la servidumbre voluntaria es la costumbre.«

Étienne De La Boétie

Lo admito, uno no puede reprimir cierta atenazante sensación de indignación y vergüenza al contemplar a  la vieja y decadente Europa atreviéndose de nuevo a dar lecciones de moralidad y democracia a Venezuela. Una sensación que me invade al pararme a pensar brevemente en la complicidad de nuestra comunidad económica –dicen que también política– con estados totalitarios como el israelí o el saudita, nuestro claro comportamiento amoral en la frontera Sur o en ese intenso color de la sangre yugoslava y ucraniana todavía en nuestras manos.

No nos engañemos, Europa es un sueño de unidad real reciente y demasiado ligero tras siglos de recelos y pesadillas bélicas continuas.  En nuestro acervo común como pueblo todavía no hemos olvidado aquellos pactos entre élites europeas que nos abocaron a la masacre de obreros que supuso el desarrollo de la Primera Guerra Mundial, ni tampoco hemos llegado a superar completamente la complicidad de muchas burguesías, no pocos políticos y demasiados intelectuales, con el pensamiento del Nacionalsocialismo ya anunciado en Mein Kampf, pero que muchos decidieron abiertamente ignorar o incluso aupar abiertamente para de ese modo intentaratajar el imparable avance del movimiento obrero en el Continente. Con ello, tal y como señala Daniel Bernabe en un muy acertado tuit, los Thyssen, los Krupp, los Siemens, los Porsche y muchos otros terminarían dando pie a la cruel y demoníaca empresa nazi de Auschwitz-Birkenau, Dachau, Mauthausen-Gusen, Sachsenhausen o Varsovia. Recuerdos todos ellos inmensamente dolorosos, que durante un breve momento de la historia, parecieron dotarnos como europeos de un sentimiento de responsabilidad con las decisiones que tomaban a nivel político en nuestro planeta. Pero no era nada más que otro sueño.

En el final de la locura de la Segunda Guerra Mundial elegimos quedarnos con la versión de Hollywood, reflotamos nuestros bancos y de nuevo pusimos a funcionar a nuestras empresas, todo bajo la supervisión del Tío Sam, siempre por tanto bajo la atentada mirada del sistema capitalista. De la mano de Estados Unidos decidimos desmemoriados que nuestro enemigo era el Comunismo y borramos cualquier tipo de agradecimiento primero a la URSS y luego a Rusia, un pueblo que en Leningrado, Stalingrado, pero también en Praga o en Berlin, había dado su sangre para liberarnos del nazismo, esa bestia que una vez más de la mano de una crisis capitalista hoy comienza ha renacer lentamente en Europa.

Y claro, tras esa decisión llegaron las consecuencias. Abrimos McDonald’s y Pizza Hut en cada barrio, los alternativos del ácido como Steve Jobs se pudieron convertir en ricos ciudadanos estadounidenses y los trabajadores europeos eran masivamente despedidos de sus trabajos y reprimidos en las calles, para obligarlos a hipotecarse por un sistema que les prometía llegar a adquirir una manzana mordida en sus ordenadores. Al tiempo que sucedía todo esto, nuestra política exterior común como europeos, pasaba rápidamente al vasallaje total y absoluto a los intereses geopolíticos del ejecutivo de turno en Estados Unidos. Daba igual si se trataba de Clinton bombardeando Yugoslavia o si era Obama el que incendiaba Ucrania, lo importante para Europa siempre ha sido alejarse de la posición rusa, el supuesto mal original de nuestros problemas como sociedad. Pero también de la Cuba de Fidel, esa amenaza médica para el mundo, la China comunista, la Corea atómica o la tenebrosa Venezuela de Chávez. No son pocos los conflictos en los que nos hemos posicionado con Estados Unidos, para salir escaldados moralmente o incluso militar y económicamente. También nuestra postura en Oriente Medio y especialmente nuestro papel en las llamadas Primaveras Árabes, nos han costado vidas, la de nuestros soldados, pero también la de ciudadanos inocentes que en Madrid, Londres, París o Bruselas pagaron una vez más con su futuro la arrogancia y el desprecio de los dirigentes europeos por la voz de su pueblo, por su clamor contra cualquier tipo de Guerra.

No siempre es la voz de la sumisión la que nos puede llegar a avergonzar como europeos, en ocasiones es también nuestro silencio como pueblo el que nos ha llevado a perpetuar el crimen y la crueldad en el mundo. Consentimos la locura en Ruanda, Sierra Leona o Yemen, ignoramos el sufrimiento saharaui y palestino e incluso nos congraciamos con las dictaduras en América Latina, nadie podrá olvidar la defensa a ultranza de Thatcher a Pinochet o el compadreo del campechano ciudadano Juan Carlos de Borbón con Videla durante su viaje a Buenos Aires. Nos sobran en definitiva motivos par avergonzarnos y realizar serio acto de constricción, pero aquí estamos una vez más, los españoles los primeros, haciendo de nuevo el ridículo como pueblo y lo que es peor, abocando sin miramientos al mundo  al borde de una de esas cadenas de actos que suelen rematar en tambores de guerra. Todo ello, únicamente por sumisión ante nuestro «socio» Estados Unidos.

Nos da igual que el narcotráfico, la corrupción y el fanatismo se apodere de nuevo de los Balcanes, Apoyar abiertamente a un gobierno nazi en Ucrania o sentarnos a la mesa común con la oleada de partidos y gobiernos ultraderechistas que pueblan nuestro continente. Desde una supuesta superioridad moral que no tengo muy claro haya siquiera existido alguna vez, acusamos a Venezuela de no respetar los DDHH y lo hacemos mientras negociamos con Marruecos o Libia enormes cárceles para migrantes, que llegado el día sustituyan a las que hoy los siguen hacinando en nuestro propio suelo, ignoramos el mercadeo de esclavos en Libia, las ilegalidades en Ceuta y Melilla o el auge racista del fascismo en Italia. Incluso tenemos las santas narices de otorgarnos premios a la concordia mientras vemos como los perdedores del mundo se ahogan a diario en el Mediterráneo. Tampoco debemos olvidar que en suelo europeo se ha vuelto a asesinar a periodistas por investigar al poder, existen presos políticos en España o se reprime duramente a manifestantes en País. No debemos olvidar especialmente, que nuestros ejércitos, al contrario que el venezolano, sí han bombardeado objetivos civiles en Libia, Siria o Irak.

Da igual que llevemos meses diciendo que Trump es un descerebrado y un loco, que sus principales socios en la decisión de reconocer a Guaidó como presidente hayan sido la Argentina en banca rota de Macri, el Brasil fascista –parece que al igual que sucedió con VOX ahora resulta que no tanto– de Bolsonaro o la Colombia de los asesinatos impunes contra los líderes sociales y activistas. Ante la agresión contra el pueblo de Venezuela, olvidamos el tema del muro y nuestros propios intereses, lo olvidamos todo, para disponernos inconscientemente a dar un ultimátum de ocho días contra el gobierno legítimo de Venezuela. Nos dan igual las consecuencias, nos da igual lo que pueda venir después. Un siervo se debe al final únicamente a su amo.

1 Comment

  1. Einstein dijo qe sin abejas la humanidad duraria menos de una decada :
    La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria concluye que la mayoría de los usos de pesticidas neonicotinoides representan un riesgo para los polinizadores silvestres y las abejas de la miel y Los gobiernos europeos tienen más evidencias sobre el daño que los insecticidas provocan a las abejas
    Pero ….https://www.ecoticias.com/naturaleza/191506/plaguicidas-toxicos-abejas-Europa-bendecira
    ( la europa del PP PPa$.e C$ PPNv uPPN uPPD Geroabai CC CIU y Vx el mismo programa econom )
    Los pesticidas están matando en masa a las abejas
    Mientras que ns dicen que China ns invade, hasta ls nacionalistas regiuonales como PPNv y Gerobai apoyan en la UE esos pesticidas :
    1ª no polinización = comprar semillas pre-polinizadas a multinacionales ( o drones polinizadores )
    que pocos podran pagar = vender tierras baratas a terratenientes que trabajan para multinacionales
    2ª comprar miel a India dnde la producen multinacionales y uqe mucha la compran a ls chinos…
    3ª pesticidas fabricados por filiales de multinacionales de USA-EEUU

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