El cambio cultural acontecido en el Neolítico se produjo debido a un cambio climático. Al subir las temperaturas, los bosques donde vivían los Homo sapiens, a finales del Paleolítico, se convirtieron en áreas más desérticas. Por lo tanto, estos Homo no tenían más opciones que emigrar a otras zonas o bien adaptarse al nuevo medio. Este proceso de adaptación tuvo lugar lentamente y estuvo basado en la observación de los ciclos reproductivos de la naturaleza. Los animales con las características más idóneas fueron los escogidos para reproducirse (domesticación) y se eligieron las plantas más productivas y resistentes para obtener las mejores cosechas, siempre respetando los ciclos estacionales. De este modo la caza y la recolección iniciaron su desaparición para dejar paso a una economía productora basada en la agricultura y la ganadería.
La Neolitización comportó cambios tecnológicos, sociales y biológicos. Respecto a los primeros podemos destacar la aparición de la piedra pulida, consecuencia de unas nuevas necesidades. Se tenían que crear campos de cultivo o pastos y levantar casas. Nuevas herramientas de piedra pulida, más resistentes y cortantes, daban mejor resultado a pesar de la mayor inversión de tiempo necesaria para su fabricación. Con la sedentarización que provocó la agricultura apareció también la cerámica, útil, ahora que los grupos humanos estaban asentados y no tenían que transportar los enseres de un lugar a otro, cómo habían hecho durante el Paleolítico los cazadores-recolectores.
Se relaciona el Neolítico con el sedentarismo, pero se afirma que algunos grupos humanos nómadas (cazadores-recolectores) fueron sedentarios durante el Paleolítico. Estos cazadores vivían en zonas extensas de forma sedentaria, cuando se agotaban los recursos de una zona marchaban a otras. Era una forma más de supervivencia, puesto que siempre tenían la información y el conocimiento sobre los territorios que ocupaban, la cacería y los alimentos que podrían encontrar en ellos. A la larga, estas poblaciones crecieron mucho y los recursos se agotaron. La agricultura fue la respuesta a sus problemas de abastecimiento. También tenemos que tener en cuenta que en el Neolítico había sociedades que todavía eran nómadas, puesto que se convirtieron en productoras en el ámbito de la ganadería y esto comportaba movimiento en busca de pastos por el rebaño.
Con el Neolítico sobrevienen unos cambios en la mentalidad del Homo Sapiens. Nacen así las primeras creencias y los primeros rituales, la concepción de tiempo y del espacio, y el mito del eterno retorno.
Como productores, los pueblos empezaron a generar riqueza y se inició la jerarquización social con la aparición de los primeros caudillos y la constitución, más adelante, de los primeros estados. También aparece la propiedad privada, las guerras y el megalitismo. Este último, tenía diferentes funciones: un pueblo rico y muy organizado que era capaz de trasladar grandes bloques de piedra, podía hacer desistir a sus enemigos de atacar el poblado; se consideraba una ostentación de la riqueza del pueblo; tenía un papel funerario y religioso, y también se utilizaba para el estudio de los astros.
El aumento de población en estos núcleos neolíticos causó un gran crecimiento demográfico. La agricultura permitió alimentar a toda la población a pesar de que la convivencia con los animales domesticados, los cambios de dieta (aparecen nuevos alimentos como la leche o el alcohol) y el hambre provocada por las malas cosechas, dieron lugar a la aparición de enfermedades. De hecho, podemos, incluso afirmar, que los nómadas estaban mejor adaptados, a pesar de las inclemencias del tiempo que soportaron, puesto que se movían en grupos reducidos y podían sobrevivir con pocos recursos.
Con el Neolítico sobrevienen unos cambios en la mentalidad del Homo Sapiens. Encontramos similitudes entre los ciclos reproductivos naturales, fruto de la observación del entorno, y su vida. Nacen así las primeras creencias y los primeros rituales, la concepción de tiempo y del espacio, y el mito del eterno retorno (vida-muerte-vida). El discurso mítico y las bases de las religiones del mundo antiguo se inician en este periodo.
La neolitización ha significado para la historia de la humanidad un cambio muy significativo a diferentes niveles. En términos ecológicos: debido a un cambio climático que cambió los bosques por sabanas, los Homo Sapiens del Neolítico consiguieron dominar el medio ambiente que los rodeaba. Con la agricultura se aseguraban los recursos alimentarios y apareció la sedentarización. Ya no era necesario moverse cuando lo tenían todo al alcance y cerca. Así pues, la economía cambió también y pasó de predadora a productora. Las nuevas necesidades creadas por esta nueva economía desarrollaron la creación de nuevos elementos, como la fabricación de nuevas herramientas y la aparición de la cerámica.
A escala antropológica es algo más complicado. Es obvio que en un yacimiento arqueológico podemos encontrar ciertos objetos que nos darán mucha información, pero, no sólo es importante el objeto encontrado, lo que tenemos que tener en cuenta es la distribución de estos objetos en relación al espacio donde se han encontrado. La forma en que están colocados nos dará muchas pistas para averiguar y para interpretar toda la estructura encontrada. Otro método que nos puede ayudar a reconstruir los hechos pasados es el estudio de sociedades poco evolucionadas que viven hoy en día. Esto nos ayudará a tener una visión más amplia y más real de los sistemas de vida prehistóricos.
La evolución no da tregua, no se detiene. Los cambios climáticos, el exceso de población y las explotaciones masivas de recursos son algunos de los factores que podrían provocar la extinción de los humanos.
Cómo hemos dicho antes, la agricultura comportó una serie de cambios mentales y provocó la aparición de las primeras creencias. El hecho que la agricultura sea, al fin, una transformación del medio, se traduce en un sentimiento de culpabilidad que los neolíticos intentarán expiar mediante ritos, ceremonias y hasta sacrificios humanos. El concepto del tiempo toma una importancia vital, puesto que será este quien marque las estaciones por las cuales se rigen los ciclos reproductivos de los vegetales y, por lo tanto, indispensable para la supervivencia del pueblo. La concepción del espacio también adquiere importancia. Los neolíticos viven en espacios limitados y todo lo que los rodea es considerado sagrado: los animales, los cultivos, un río, una piedra, las estrellas… todo forma parte de un orden cósmico. Aparecen los primeros mitos y ritos relacionados con la tierra y la fertilidad.
Es evidente que el Neolítico supuso un cambio muy significativo causado por nuevas necesidades y con repercusiones importantes a la historia de la humanidad. Hemos evolucionado mucho y muy rápidamente desde entonces. Nuevos imperativos provocaron y continúan provocando avances espectaculares en todos los ámbitos. La evolución no da tregua, no se detiene. Los cambios climáticos, el exceso de población y las explotaciones masivas de recursos son algunos de los factores que podrían provocar la extinción de los humanos.
Excelente resumen concreto y preciso