La primera ministra finlandesa, Sanna Marin, que llevó a su país a la OTAN, pierde las elecciones

El ganador de las elecciones al parlamento finés, el Eduskunta, es la derechista Coalición Nacional, liderada por Petteri Orpo, que ha sido ministro hasta en cuatro ocasiones, y que, muy posiblemente, sea el próximo primer ministro de Finlandia

Por Angelo Nero

La primera ministra finlandesa, Sanna Marin, ha sido derrotada en las elecciones de este pasado domingo, 2 de abril, pese a que su partido mejoró ligeramente su resultado respecto a las anteriores elecciones parlamentarias de 2019, en las que la lista socialdemócrata fue encabezada por Antti Rinne, que apenas duró seis meses al frente de un gobierno de coalición, al retirarle su confianza su principal socio, el Partido de Centro, por su gestión en el conflicto laboral del servicio postal público. Sanna Marin, que sucedió a Rinne al frente del ejecutivo, cobró notoriedad al romper con la tradicional neutralidad de su país, y capitanear el ingreso de Finlandia en la OTAN, consiguiendo dar la vuelta a una opinión pública que en 2021 se manifestaba partidaria de entrar en la Alianza Atlántica en un 20%, y en la actualidad ha elevado ese porcentaje al 70%.

El ganador de las elecciones al parlamento finés, el Eduskunta, es la derechista Coalición Nacional (Kansallinen Kokoomus), liderada por Petteri Orpo, que ha sido ministro hasta en cuatro ocasiones, y que, muy posiblemente, sea el próximo primer ministro de Finlandia. Su formación sube 10 escaños en el congreso, hasta los 48, logrando un 20,8% de los votos, tras una campaña centrada en la economía, que ha sufrido los efectos secundarios de las sanciones al vecino ruso, y en el cambio climático, y donde Orpo puso el foco en la reducción del gasto público y en la creación de nuevas centrales nucleares, para paliar la dependencia energética.

Con un marcado discurso euroescéptico y anti-inmigración, el ultraderechista Partido de los Finlandeses (Perussuomalaiset), al frente del cual está Riikka Purra, se ha alzado, contra todo pronóstico, con la segunda plaza en el parlamento, ganando 7 escaños y consiguiendo 46 parlamentarios -a sólo dos de la primera fuerza-, con un porcentaje del 20,1%. El partido de Rikka Purra está en el grupo de la Liga de Matteo Salvini, de la Afd alemana y del Rassemblement de Marine Le Pen.

El Partido Socialdemócrata (SDP) de la primera ministra, Sanna Marin, que ha secundado la deriva atlantista a la que ha llevado al país nórdico, ha subido también 3 escaños, hasta los 43, con un porcentaje del 19,9%. “Ha aumentado el apoyo y el número de escaños. Es un logro muy positivo, a pesar de que no seamos los primeros. La democracia ha hablado. El pueblo finlandés ha votado y la fiesta de la democracia siempre es algo maravilloso.” Declaró la todavía primera ministra, reconociendo su derrota, y enviándole un mensaje a Orpo para entablar conversaciones para un posible gobierno de coalición que tendiera un cordón sanitario ante la ultraderecha.

Aunque es más que probable la alianza entre la Coalición Nacional y el Partido de los Finlandeses, que mantienen sin fisuras la adhesión de su país a la OTAN, aunque tienen diferencias en materias de inmigración, y sobre el papel de su país en la UE, todos los escenarios están abiertos, como suele suceder en la política nórdica, tan bien reflejada en series como la popular Borgen.

La que ha quedado herida de muerte ha sido la actual coalición gubernamental, de la que solo se salva el SDP. Su principal aliado, el conservador Partido de Centro (Keskusta), se mantiene en la cuarta posición en el Eduskunta, pese a perder 8 escaños, quedando con 23 parlamentarios, en lo que es el peor resultado de su historia. Su líder, Annika Saarikko, actualmente viceprimera ministra de Finlandia, es también la ministra de hacienda del gobierno de coalición, ha sido la que más ha salido tocada de su paso por el gabinete, aunque la suerte de sus socios menores tampoco ha sido mejor.

También ocupó el ministerio de Medio Ambiente la cabeza de lista de la Liga Verde (Vihreä liitto), Maria Ohisalo, cuya formación ecologista ha perdido un tercio de los votos, hasta quedarse con un 7% y pasando de 20 a 13 escaños. Algo menor fue la caída de otro de los socios de la coalición de gobierno, la Alianza de la Izquierda (Vasemmistoliitto), que encabeza la actual ministra de Educación, Li Andersson, que obtiene un porcentaje similar, un 7,1% y pasa de tener 16 parlamentarios a quedarse con 11. El partido socialdemócrata ha salvado la cara gracias a la sangría en las formaciones con las que ha compartido gabinete estos cuatro años.

La única formación que se salva de su paso por el gobierno de Sanna Marin ha sido la del conservador Partido Popular Sueco de Finlandia (SFK/RPK), que representa los intereses de la minoría de habla sueca, y donde se incluye también al diputado elegido en las islas Aland, que conservan los nueve diputados que tenían en la anterior legislatura.

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