Núñez Feijoo, con su aparente imagen de moderación gusta de justificar lo injustificable
Por Puño en Alto
Solo los ilusos se habrán sorprendido por la complacencia que ha mostrado el mirlo blanco designado por aclamación para llevar de nuevo a la centralidad al PP respecto a la entrada de la extrema derecha en el gobierno de CyL.
Núñez Feijoo recientemente se vanagloriaba de que la extrema derecha, tal como fue calificada por el coordinador del congreso extraordinario, González Pons, no tenía representación en la Xunta de Galicia y de la testimonial representación en los distintos municipios de la comunidad. Ahora siendo virtual responsable del PP, se pone de perfil ante la entrada de los xenófobos, negacionistas de la violencia de género, de los misóginos, de los descreídos de la UE y del Estado de las autonomías por la puerta grande en el gobierno de CyL de la mano del PP de Mañuenco. Y para más inri, lo justifica culpando a la oposición porque la alternativa era convocar de nuevo elecciones en la comunidad.
Todo ello nos hace pensar que el todavía presidente de la Xunta, el supuesto moderado Feijoo, si eventualmente hubiese necesitado a la extrema derecha para seguir en la presidencia de la comunidad, no hubiese dudado un ápice en aceptarle sus exigencias, ya hubiesen sido de índole programático o de compartir gobierno.
También nos hace reflexionar, sus políticas y formas de gobernar así lo avala, de que el hecho de que la extrema derecha no tenga representación en la cámara autonómica gallega sea porque en el PP gallego están aún integrados y con mando en plaza los que ahora sin recato se muestran como dignos representantes de la extrema derecha absolutamente homologables a la extrema derecha francesa, italiana, húngara, polaca, etc.
Núñez Feijoo, con su aparente imagen de moderación gusta de justificar lo injustificable. Y de la misma manera que pretendió justificar su relación con un conocido narco gallego diciendo que desconocía a que se dedicaba aquella persona con la que se dejaba fotografiar alegremente en días de vacaciones, ahora pretende justificar la entrada de la extrema derecha en el gobierno de CyL diciendo que no había alternativa.
El PP ha dado un salto muy cualitativo en su relación con la extrema derecha, han pasado de estar años blanqueando sus propuestas y retrógradas exigencias de la mano de Cs en Andalucía y Madrid para facilitarles ahora que las puedan poner en marcha en CyL.
El mayor palo que se ha llevado Núñez de Feijoo ha venido de la mano del presidente del PP europeo, Donald Tusk, que ha calificado de «triste sorpresa» el acuerdo de gobierno del PP con la extrema derecha y que Pablo Casado era una garantía frente a la extrema derecha. Hay que corregirle diciendo que triste sí, pero sorpresa no ha habido.
Núñez Feijoo se ha envainado su imagen de moderación en relación con Ayuso, con la extrema derecha y no sabemos con cuántas otras circunstancias más por venir. Atentos.
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