Esperar que Francia actúe de manera contraria a sus intereses establecidos, es no solo iluso, sino un grave error estratégico.
Por Héctor Bujari Santorum | 3/08/2024
La reciente declaración del gobierno de la República Saharaui denunciando a Francia por su apoyo a Marruecos revela una sorprendente miopía estratégica. En lugar de tratar de comprender la realidad política en la que se encuentran, el gobierno saharaui parece estar atrapado en una ilusión de justicia y rectitud que no corresponde a las dinámicas internacionales. Es hora de cuestionar no solo las expectativas del gobierno saharaui, sino también de proponer estrategias en la liberación nacional. La liberación nacional saharaui viene de la lucha armada, no de las negociaciones.
El 26 de julio de 2024, el gobierno saharaui arremetió contra Francia, acusándola de aliarse con Marruecos en la ocupación del Sáhara Occidental y de contradecir principios internacionales fundamentales.
Esta postura, lejos de ser una sorpresa, es una extensión lógica de las políticas históricas y los intereses estratégicos de Francia. Desde hace años, Francia ha demostrado ser un aliado clave de Marruecos, impulsado por intereses políticos y económicos que claramente no favorecen al pueblo saharaui.
La incredulidad del gobierno saharaui frente a esta postura francesa subraya una falta de comprensión de la realidad geopolítica. Esperar que Francia actúe de manera contraria a sus intereses establecidos, es no solo iluso, sino un grave error estratégico.
Francia no cambiará su postura por un simple comunicado; su política está impulsada por intereses profundos que no se alteran por declaraciones diplomáticas.
Es comprensible que el gobierno saharaui emita un comunicado de repulsa, pero sería conveniente que también se considerarán y valorarán acciones adicionales para enfrentar la situación de manera más efectiva.
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