Lo tengo muy claro: el Partido Popular está intentando amedrentar a la fiscalía general del estado. Es una técnica mafiosa llevada al terreno de la política.
Por Lucio Martínez Pereda | 18/10/2024
La expresión la inventó el fascista Serrano Suñer. Y la reactualiza Ayuso: mi novio es corrupto, mentiroso, ha cometido varios delitos y la prensa le ayudo a filtrar bulos sobre la Fiscalía. La Fiscalía reaccionó demostrando lo que estaba sucediendo y ahora es el Fiscal quien tiene que enfrentarse a un juicio.
Lo tengo muy claro: el Partido Popular está intentando amedrentar a la fiscalía general del estado. Es una técnica mafiosa llevada al terreno de la política.
El Fiscal General del Estado no debe dimitir por una razón muy importante: su principal obligación es mantener el prestigio de la fiscalía y está lo perdería si queda convertida en una institución que cede a las presiones de un grupo organizado dedicado a la guerra sucia mediática y a la politización de la justicia.
El señor Garcia Ortiz aunque quisiese, no puede ni debe dimitir. El señor Sánchez aunque considerase beneficioso aligerarse la presión no puede aconsejarle al fiscal dejar su cargo.
Aquí no están en juego los intereses de un partido político o los intereses personales del fiscal: aquí están en juego los intereses del Estado que no debe dejarse presionar por esta táctica de matonismo que empieza a recordar las prácticas de narcotraficantes colombianos cuando en la década de los 80 le echaban pulsos de cariz semejante al Estado.
Además, en este caso, no se trata de los intereses políticos del Partido Popular sino de los intereses particulares de la señora Ayuso que ha convencido a un Feijóo- líder de debilitado liderazgo – que los asumiese como propios de su partido.
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