La huelga en Tubacex muestra que la lucha obrera es el camino

La huelga indefinida de los trabajadores de Tubacex logra revertir los despidos a cambio de un aumento de jornada laboral y congelación de salarios. 

Por Oriol Sabata

La plantilla de la empresa Tubacex, en Álava, ha regresado esta semana a sus puestos de trabajo. El martes 5 de octubre, los empleados entraban a la fábrica de Llodio gritando “borroka da, bide bakarra” (la lucha es el único camino). Y es que esta consigna es probablemente la que mejor define la batalla que han llevado a cabo desde que convocaron una huelga indefinida ante el despido de 129 compañeros.

No ha sido fácil, pero la unidad y la solidaridad obrera han marcado el rumbo: 236 días de huelga en los que se han movilizado el 100% de los trabajadores.

La dirección de la empresa no tardó en tildar esta respuesta como “chantaje” y advirtió que la paralización de la producción causaba “daño reputacional” a la compañía.

Casi ocho meses de huelga que han conseguido que este lunes 4 de octubre se firmara el acuerdo que retiraba los despidos y permitía el retorno de la plantilla.

“Este comité ha conseguido lo que se planteó desde un inicio, que es la retirada de todos los despidos que había encima de la mesa y estamos contentos por haber conseguido ese acuerdo que pone fin al conflicto”, aseguraba Eduardo Ibernia, Presidente del Comité de Tubacex.

Los puntos negros del acuerdo

El comité de empresa de Tubacex está conformado por 4 delegados de ELA, 4 de STAT, 3 de CCOO, 1 de LAB y 1 de ATAL.

ELA y CCOO han aprobado el acuerdo, mientras que el resto de sindicatos se han opuesto a él ya que a pesar de la retirada de los despidos se plantea una ampliación de la jornada laboral de 40 horas durante 3 años y la congelación de salarios hasta 2025. Unas medidas que significarán un mayor grado de explotación y la pérdida de poder adquisitivo.

Esta semana han vuelto a la actividad 340 trabajadores, lo que supone aproximadamente la mitad de la plantilla. El resto se encuentra actualmente en ERTE. Los sindicatos que se han opuesto al acuerdo denuncian la contradicción de la empresa, que quiere ampliar la jornada laboral de los reincorporados al mismo tiempo que mantiene a trabajadores en ERTE argumentando una caída de la producción por falta de demanda.

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