La rebelión kachin se ha convertido, con el paso del tiempo, en uno de los principales quebraderos de cabeza de la dictadura birmana, al convertirse el KIA en el principal grupo opositor armado, y al unir sus fuerzas a las de otros organizaciones político-militares étnicas para combatirla
Por Angelo Nero
Fundada en 1960, la Kachin Independence Organization (KIO), y su brazo armado, el Kachin Independence Army (KIA), han luchado contra el estado birmano, con el objetivo de lograr el autogobierno de su pueblo. Sólo tres años después de creación, se estimaba que el KIA tenía 20.000 militantes armados, e se agudizó el conflicto con numerosos enfrentamientos con el Tatmadaw, a lo largo de todo el territorio Kachin, que se extiende más allá de las fronteras de Myanmar, en las zonas fronterizas con India y China. No faltaron las negociaciones con el gobierno birmano, intentando una salida política, liderándolas a menudo, junto a las otras guerrillas étnicas, como las de los pueblos Karen o Chin.
De una de estas conversaciones, surgió, en 1994, un alto el fuego, que vino acompañado por cierta autonomía administrativa, que se extendió hasta 2011, cuando el KIA volvió a tomar las armas, ante el bloqueo político y la intención del gobierno de que este se transformara en una guardia fronteriza al servicio del estado birmano, así como la construcion de presas con inversión extranjera en territorio kachin, sin que las fuerzas locales fueran consultados. Esto último agudizó especialmente el conflicto, al causar un fuerte impacto medioambiental, con desplazamientos forzosos de la población e importantes daños en el patrimonio cultural de su pueblo. La represión desatada por parte del Tatmadaw, tras la ruptura del alto el fuego, fue brutal, con continuadas denuncias de torturas, ejecuciones sumarias y quema de aldeas.
Un nueva negociación entre la KIO y el gobierno de Myanmar, auspiciado por China, acabó, en 2013, con la firma de un acuerdo de siete puntos, entre los que estaban avanzar en el diálogo político, el reasentamiento de los desplazados internos, y un cese de hostilidades efectivo, aunque los hostigamientos del ejército no cesaron, la organización kachin se comprometió en seguir avanzando en el camino de la paz. Ese mismo año se celebró una conferencia, en el cuartel general del Ejército Kachin, ccon la asistencia de 17 organizaciones, creando una coordinadora de Organizaciones Étnicas Armadas de Birmania, para avanzar en un alto el fuego a nivel estatal. Dos años después, el presidente birmano Thein Sein, firmaba un Acuerdo Nacional de Cesación de Fuego, con ocho de estos grupos, aunque no fue rubricado por el KIA, así como tampoco por el United Wa State Army (UWSA), la mayor guerrilla del estado, ni por las organizaciones armadas de Arakan, Kokang y Ta’ang.
El conflicto abierto entre el estado birmano, y su brazo armado, el Tatmadaw, y el pueblo kachin, y el grupo que defiende su independencia, ha generado flujos de desplazados internos, unas 100.000 personas solo desde 2011, escapando de los combates, las razzias del ejército y la destrucción de sus aldeas, a las que difícilmente llega la ayuda humanitaria, ya que las Organizaciones No Gubernamentales solo acceden a las áreas controladas por el gobierno, y no a las que están bajo la influencia del KIA.
Hasta 2019 no se logró un nuevo alto el fuego en la región, sin embargo, dos años después, con un nuevo golpe de estado de los militares birmanos, y con la detención de la líder Aung San Suu Kyi, el Ejército Kachin volvió a recrudecer sus ataques a comisarías, cuarteles y tropas del régimen, en los estados Shan y Kachin, causando numerosas bajas al ejército y la policía birmanas, incluso llegaron a tomar una base militar en Montauk y otra en Alaw Bum, en la frontera china, y a asaltar numerosos puestos de control, a lo largo de todo el estado Kachin, convoyes militaress e incluso barcos de transporte de tropas y suministros. A esto la nueva junta militar dirigida por el general Min Aung Hlaing respondió con ataques indiscriminados a la población civil, que había salido a las calles a protestar de forma pacífica contra el golpe, así como continuados bombardeos contra las zonas dominadas por la guerrilla.
La rebelión kachin se ha convertido, con el paso del tiempo, en uno de los principales quebraderos de cabeza de la dictadura birmana, al convertirse el KIA en el principal grupo opositor armado, y al unir sus fuerzas a las de otros organizaciones político-militares étnicas para combatirla, el Karenni National Progressive Party (KNPP)/ Karenni Army, el Chin National Front (CNF)/Chin National Army (CNA) y la Karen National Union (KNU)/Karen National Liberation Army (KNLA), que a su vez prestan apoyo a las People’s Defense Army (PDA), que responden al Gobierno de Unidad Nacional en el exilio, dirigido por Duwa Lashi La.
Para la permanencia del régimen birmano es indispensable quebrar la piedra angular de este bloque opositor, por lo que ha redoblado sus esfuerzos en la derrota de la guerrilla kachin, aunque sin descuidar los muchos frentes que tiene abiertos, ya que solo en 2021 se contabilizaron casi medio centenar de ataques contra el Tatmadaw, en varias regiones. En las cercanías de Midat, la guerrilla del Chin National Army (CNA) abatieron a cincuenta soldados, el Karenni Army, en Loikaw, en el estado de Kayah, eliminó a treinta soldados birmanos en una emboscada a un convoy militar, y otro convoy fue atacado en la región de Magway por la Yaw Defence Force (YDF), matando a cuarenta soldados más. Este tipo de ataques se han incrementado a lo largo de todo el año pasado y han continuado durante este, causando numerosas bajas al ejército birmano.
A petición de China, que acoge a cerca de 100.000 refugiados kachin, el KIA suspendió las operaciones militares a lo largo de la frontera común, mientras se celebraban los juegos olímpicos y paralímpicos de invierno, en febrero y marzo de 2022, pero en este mismo mes un centenar de soldados fueron abatidos por las fuerzas combinadas del KIA y la People’s Defense Army (PDA), en el estado Kachin.
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