La Guerra de los Balcanes (I): Introducción y Guerra de los Diez Días

25 junio 1991 Eslovenia es independiente

Desde la perspectiva serbia carecía de sentido luchar por Eslovenia, era más lógico centrarse en Croacia y Bosnia con sus extensas minorías serbias. Por ello, se presionó a las autoridades federales para que no dieran la batalla que pedía el ejército y aceptaran el acuerdo y la secesión.

Por Tomás Purroy / Descifrando la guerra

Introducción

Entre 1991 y 2008 el estado federal de Yugoslavia se fracturó mediante una consecución de tensiones nacionalistas y cinco guerras de secesión, claves en la configuración del “Nuevo Orden” emergente tras la caída de la URSS y sus satélites. Pasadas más de dos décadas de su estallido, estos conflictos han quedado enterrados por el tiempo y distorsionados por diferentes intereses nacionales. Su relevancia viene dada por diferentes motivos:

  • Fueron los grandes ensayos de intervenciones internacionales tras la Guerra Fría, reinventando la OTAN.

  • Perfeccionamiento de métodos para derribar regímenes rivales (Milósevic) tanto directa como indirectamente, algo que derivaría en las revoluciones de colores.

    Ejemplos de secesiones con diferentes variantes dentro de Europa, algo especialmente pertinente en nuestro país.

  • Lecciones militares en una conflagración entre actores occidentales, en especial la debilidad de los carros de combate enviados sin protección, al igual que se observará en Chechenia.

Hasta finales de los 80, Yugoslavia era vista hasta con cierta simpatía desde Occidente, como una magnífica y molesta espina clavada en el flanco Sur soviético. Sin embargo, esto no la inmunizó del auge del nacionalismo en Europa Central y Oriental, ya fuera un socialismo nacional de líderes comunistas que buscaban atraerse a las masas apáticas o, la derecha nacionalista religiosa con la Polonia de Solidaridad y Juan Pablo II como referente.

Mapa de Yugoslavia y las repúblicas que la formaban

A este grupo de líderes comunistas alineados con el nuevo nacionalismo pertenecía Slobodan Milósevic, un líder comunista que fue medrando desde la alcaldía de Belgrado a la sombra de su patrón Ivan Stambulic, ocupando todos los puestos que este iba dejando en su ascenso. Así fue hasta 1987, año en el que observó el potencial del nacionalismo en la insurrección de Kosovo, utilizándola para defenestrar a su mentor abrazando la causa serbia y llenando el vacío de liderazgo dejado por Tito con su “revolución antiburocrática” (1988). Ante el derrumbe en 1990 de la Liga Comunista de Yugoslavia a favor de otros partidos nacionalista, Milósevic se reinventó del todo, creando el Partido Socialista de Serbia y logrando el poder en la República de Serbia. Para lograr su objetivo necesitaba: anular la federación, que realmente se reducía al Ejército Federal, única institución yugoslavista capaz; y lograr un apoyo social que lo mantuviera electoralmente, algo difícil al ser Serbia la entidad perdedora con las secesiones y que logró combinando el nacionalismo, la reforma económica (la privatización de la vivienda y devolución de tierras confiscadas) y el poder de colocación que da el gobierno. Así pues, la Serbia de Milósevic no luchó por mantener Yugoslavia, sino que empujó a su destrucción buscando simplemente llevarse la mejor parte posible pactando, incluso aunque esto supusiera traicionar a las minorías serbias localizadas en el lugar equivocado. Esta actitud serbia reforzó, y mucho, a los separatistas, enfrentándolo no a una federación plural, sino a otro nacionalismo que buscaba la hegemonía y la ejercía en la federación, controlando desde 1989 cuatro (Serbia, Montenegro, Vojvodina y Kosovo) de los ocho asientos de la federación.

Mitin de Milósevic en Kosovo en 1989

La jurisdicción de las cada vez más autónomas repúblicas convivía con el cada vez más débil estado federal. Este estado, dirigido por Ante Markovic, intentó revertir la debacle económica (10000% inflación anual) con una reforma económica a la China. Las reformas tuvieron un relativo éxito, a pesar de la total indiferencia de la comunidad internacional y la oposición de las instituciones locales, responsables en gran medida de la ineficacia. Sin embargo, esto no debilitó el impulso secesionista, inevitable con cada república velando por sus intereses ante un hipotético futuro independiente. Teóricamente, además del primer ministro debía existir una presidencia colectiva sin embargo, esta estaba bloqueada por los serbios para evitar la elección del croata Stipe Mesic.

Eslovenia da un paso al frente

Ante esta situación, la primera república que dio un paso al frente fue Eslovenia, la región más urbana, occidental y rica de la federación. La dialéctica nacionalista se abrazó a varios mantras, que explotó con eficacia: presentar a Serbia como un monstruo que buscaba fagocitar a la federación; presentar a Eslovenia como parte de la rica y mítica Europa frente a los atrasados y pobres Balcanes; señalar y retirar la aportación de fondos “despilfarrados” en regiones paupérrimas (Kosovo); el aireamiento de los planes del Ejército Federal para dar un golpe en Eslovenia.1 Yugoslavia parecía muy débil y cuajó en la sociedad eslovena la visión de amenaza de golpe, invasión y dictadura de Milósevic.

25 junio 1991 MIlan Kucan proclama la independencia

El gobierno esloveno comenzó a rearmarse creando un ejército propio de más de 20000 milicianos mediante la reconversión de la local Defensa Territorial (cuerpo local yugoslavo para repeler una hipotética invasión soviética) y el contrabando, con el ministro de defensa Janez Jansa como artífice de toda la operación. El proceso independentista era una evidencia, pero Yugoslavia no actuaba, paralizada entre la indecisión, el miedo (años de caída de regímenes, brillante victoria occidental en la Guerra del Golfo) y el auge de los intereses locales. La secesión se preparaba abiertamente, sin ocultarlo, con referéndum (23 de diciembre 1990), el rearme ya mencionado, un constante trabajo legislativo y, finalmente, la proclamación de independencia el 25 de junio de 1991 en coordinación con Croacia, aunque esta tardaría más en eclosionar. La fecha era oficial y estaba anunciada, hasta el punto que el primer ministro yugoslavo acudía a los parlamentos locales buscando revertir la situación. Pero fue en vano, el 25 de junio de 1991 el parlamento esloveno (también el croata) proclamó solemnemente la independencia con su presidente, Milan Kucan, al frente y los diputados eslovenos abandonaban la cámara federal.

Líderes destacados en el conflicto

Eslovenia

Milan Kučan

Milan Kučan

Se afilió a la Liga de los Comunistas Eslovenos a los 17 años, partido que lideró a partir de 1986, con su marcha del Parlamento Yugoslavo en enero de 1990 junto a los representantes eslovenos y croatas provocó la disolución de la Liga de los Comunistas Yugoslavos. Tras ello implantó la democracia pluripartidista en la República Socialista Eslovena, creando su propio partido ‘Partido de Reforma Democrática’. Convocó el Referéndum de Autodeterminación en 1990, y en 1991 declaró la independencia de Eslovenia. Se convirtió en el primer presidente de la joven nación.

Lojze Peterle

Lojze Peterle

Con la implantación de la Democracia Pluripartidista en la República Socialista Eslovena fundó el partido ‘Demócratas Cristianos Eslovenos’, convirtiéndose en presidente de la Federación Eslovena antes de celebrarse el Referéndum de Autodeterminación con lo que tomó un papel activo en los hechos que empujaron a la Independencia. Hoy día es eurodiputado y miembro del Partido Popular Europeo.

Janez Janša

Janez Janša

Fue uno de los primeros disidentes contra el Ejército Federal Yugoslavo y condenado a 18 meses de prisión por revelar secretos militares. Se convirtió en un símbolo del nacionalismo Esloveno, al ser liberado ese carisma le catapultó hasta el Ministerio de Defensa en la República Socialista Eslovena, de manera que fue quien organizó y planeó la defensa contra el Ejército Yugoslavo. En la actualidad ha sido Primer Ministro en dos ocasiones, ahora mismo cumple condena por corrupción.

Igor Bavčar

 Igor Bavčar

Comenzó su vida política dentro de organizaciones auxiliares al Partido Comunista, también destacó por editar revistas de tendencia marxista y maoísta. Estudió tecnología y defensa lo que le llevó a conocer a Janez Jansa. Se convirtió en uno de los fundadores de la ‘Unión Democrática Eslovena’ desde donde logró el Ministerio de Interior antes de la declaración de Independencia, de manera que estuvo encargado de preparar la estrategia y la defensa a seguir para derrotar al Ejército Yugoslavo junto a su amigo Janez Jansa, Ministro de Defensa. En la actualidad cumple condena por corrupción y lavado de activos.

Janez Slapar

Janez Slapar

Comandante en Jefe de la Defensa Territorial Eslovena. En los prolegómenos de la independencia se dedico a transferir armamento para lo que sería el nuevo Ejército Esloveno, en el cual ocuparía el lugar de General. Fue el encargado de dirigir las operaciones sobre el terreno durante la guerra de los 10 días. Durante el levantamiento contra los militares yugoslavos se encargó de apaciguar a los mandos que pretendían enfrentarse a la defensa territorial. Tras la independencia se convirtió en el General de las Fuerzas Armadas Eslovenas.

 Yugoslavia

Ante Marković

 Ante Marković

En 1986 se convirtió en el Presidente de la República Socialista de Croacia, en 1989 ocupó el cargo de Primer Ministro de Yugoslavia, respaldado por Estados Unidos debido a su tendencia a favorecer el libre mercado, políticas que aplicó para intentar frenar la disolución de Yugoslavia. En los momentos mas críticos fue la figura que más se esforzó por mantener la unidad Yugoslava, eso sí, reformándola hacia el liberalismo. Pese a todo fue clave en la disolución de esta, primero con su pasiva respuesta al levantamiento Esloveno, y segundo firmando y negociando el Acuerdo de Brioni que reconocía la independencia Eslovena.

Veljko Kadijevic

 Veljko Kadijevic

En 1942 se unió a la Liga de los Comunistas Yugoslavos y a su brazo armado los partisanos para luchar contra la invasión Nazi. En el momento del Estallido de la Guerra de los 10 días ostentaba el cargo de Ministro de Defensa de Yugoslavia, era un yugoslavista de Pro y se manifestó en favor de mantener la unión por la vía armada. Con la caída del monopartidismo creó el partido ‘Liga de Comunistas – Movimiento para Yugoslavia’ , tras el fin de la guerra con Croacia, la nueva nación abrió varios procesos contra el. La INTERPOL emitió una orden de búsqueda y captura y entonces se exilió en Rusia, donde murió en 2014.

Aleksandar Vasiljević

Aleksandar Vasiljević 

Fue un Mayor General y jefe de la Kontra-Obaveštajna Služba (Contra-Inteligencia yugoslava), fue el encargado de preparar el juicio contra el disidente esloveno Janez Janša que mas tarde se convertiría en primer ministro. Tuvo una participación activa en la represión en las guerras con Eslovenia, Croacia y Bosnia. Se le acusa de cometer diversos crímenes de guerra, sin embargo para salvar su pellejo declaró en el Tribunal de la Haya contra Slobodan Milosevic.

Slobodan Milošević

Slobodan Milošević

Comenzó a escalar posiciones en la Liga de los Comunistas Serbios al poco de licenciarse, fue consolidándose en los puestos que dejaba en su ascenso el político Ivan Stambolic, logró ganarse al nacionalismo serbio tras un discurso en Kosovo. Una vez llegó a presidente de la Federación Socialista Serbia atacó con dureza al nacionalismo croata y esloveno, especialmente a Milan Kucan. Se convirtió en el símbolo contra la OTAN y en el ‘defensor’ de los serbios. Lideró a Serbia en las siguientes conflagraciones armadas. Finalmente fue juzgado en el Tribunal de la Haya y murió en extrañas circunstancias.

 Conflicto armado

Tal descaro hizo que las autoridades federales prepararan con antelación su reacción, optando el gobierno federal por una respuesta militar “blanda”, en contra de la opinión de la jerarquía militar favorable a una operación contundente a gran escala, para amedrentar a lo que se suponía una minoría nacionalista: una demostración de fuerza mediante unidades blindadas que acudirían a puntos estratégicos, concretamente para controlar las fronteras, los cuarteles y los aeropuertos. Se esperaba un paseo sin resistencia, por ello se comunicó a los eslovenos (el mando militar tenía contacto telefónico directo y constante con la presidencia eslovena) el movimiento de los carros de combate para evitar choques y las tropas no iban ni preparadas para combatir.

Columna blindada yugoslava cruza Croacia en la guerra de los balcanes
Columna blindada yugoslava cruza Croacia y se interna en Eslovenia

El error de cálculo fue desastroso, los eslovenos se encontraron con la oportunidad soñada de derrotar a las previsibles, desprotegidas y desperdigadas columnas blindadas, precisamente lo especialidad guerrillera de la Defensa Territorial. Y así fue, tras unos primeros días de éxito, en solo diez días (27 junio – 7 julio 1991) las vulnerables columnas blindadas fueron emboscadas, rodeadas de civiles, bloqueadas en barricadas de vehículos pesados, neutralizadas o aisladas de sus depósitos, terminando aceptando un alto el fuego y retirándose al negarse el gobierno a una invasión en condiciones, como pedía el ejército. Los cuarteles del ejército también fueron aislados por improvisadas barricadas y cortes de luz, agua y suministros, todo ante pasividad de sus guarniciones, siendo uno de los momentos más dramáticos el derribo de un helicóptero militar que simplemente llevaba pan y uno de cuyos pilotos era, precisamente, un esloveno sirviendo en el Ejército Federal. No solo las tropas federales estaban mal preparadas para el combate y eran vulnerables, también su voluntad de combate fue lamentable y las deserciones muy altas, especialmente entre los miembros no serbios. Se daba el caso incluso de cientos de padres que iban a buscar a sus hijos, jóvenes reclutas, al mismo frente para llevárselos a casa. El arma yugoslava más efectiva, pero de uso muy limitado, fue la fuerza aérea, activa contra transmisores de radio y televisión, concentraciones enemigas (incluidas las barricadas) y el aeropuerto de Brnik, donde murieron dos periodistas extranjeros. Es reseñable que cada victoria, especialmente la toma de cuarteles, suponía la adquisición de importantes arsenales, rápidamente incorporados a las fuerzas eslovenas.

Barricadas formadas con camiones para impedir el paso a los blindados Yugoslavos

Aparte de los combates moderados, la población civil vivió diez de días de auténtico terror a merced de la propaganda, que anunciaba una invasión total y ponía los nervios a flor de piel con alarmas de ataques aéreos que nunca llegaron (salvo escasos objetivos muy concretos y no civiles). Todo buscaba obtener la simpatía e intervención occidental, algo que curiosamente también era la estrategia de la antigua Defensa Territorial yugoslava ante una invasión soviética.

Ciudadanos de Máribor, en la frontera con Austria, detienen una columna del Ejército Federal

Por todo ello, la duración y las bajas de este conflicto fueron mínimos2. Más que una guerra de movimientos y divisiones fue una guerra de propaganda, en la cual Eslovenia buscó internacionalizar el conflicto, a sabiendas de no poder derrotar una invasión yugoslava contundente, vendiendo con eficacia las imágenes de David frente a Goliat, de la eficacia europea frente al comunismo (“Guerra de los Diez Días”), del enfrentamiento a tanques comunistas (reciente Tiananmen)… Esperaban que dicha presión internacional sobre Yugoslavia, unida al desmoronamiento inicial y al hecho de que Serbia estaba más preocupada por Croacia y Bosnia, bastara para obligar a Yugoslavia a reconocer los hechos consumados. Desde la perspectiva serbia carecía de sentido luchar por Eslovenia, era más lógico centrarse en Croacia y Bosnia con sus extensas minorías serbias. Por ello, se presionó a las autoridades federales para que no dieran la batalla que pedía el ejército y aceptaran el acuerdo y la secesión.

Tanques yugoslavos incendiados en la guerra de los balcanes
Tanques yugoslavos incendiados tras ser atacados en Gorica

Consecuencias del Referéndum y la Guerra

El resultado fue impecable, Europa quedó traumatizada al ver una guerra en sus fronteras en medio del triunfalismo tras la Guerra Fría y presionó para que terminara. Hasta entonces se había defendido, sin mucha pasión, la unidad de Yugoslavia, pero, a partir de Eslovenia, se decidió pasar a defender a capa y espada las fronteras de las repúblicas yugoslavas, siempre tratando de evitar renegociar las fronteras europeas moldeadas tras la Segunda Guerra Mundial, algo que siempre se ha buscado esconder bajo la alfombra3. Este cambio de opinión fue abanderado por Alemania, país que por primera vez tomó el timón de la diplomacia europea arrastrando al resto, cuya arma especial fue la economía (embargos, congelar ayudas…). Tampoco hay que desdeñar la evidencia del nacionalismo como el Talón de Aquiles del comunismo, por ello no se observaba como algo negativo su eclosión y extensión a Europa del Este, donde la URSS todavía se tambaleaba. La presión internacional, las duras negociaciones y el desastre militar terminaron cuajando en el Acuerdo de Brioni (7 junio 1991), que en teoría suponía la retirada del ejército a sus cuarteles, la liberación de prisioneros y el retraso de la legislación independentista durante tres meses, lo cual se traducía en una victoria independentista al dar tiempo para consolidar sus instituciones y la humillación del Ejército Federal, cuyas amenazas públicas quedaron en papel mojado y su actuación fue más que lamentable.

Eslovenos reúnen tanques capurados en la guerra de los balcanes
Eslovenos reúnen blindados capturados

El desastre fue más allá de una secesión, la federación yugoslava quedó tocada, especialmente su ejército federal. Se colocó la primera piedra para materializar los deseos de un ejército nacional serbio capaz de defender sus intereses, sin temor a que los miembros de otras minorías desertaran o no combatieran. Además, el hecho de ser una guerra breve no supuso evitar el trauma de la limpieza étnica, materializada mediante “los borrados”. Este sistema, muy sutil, consistió en que, sin previo aviso, aquellos que no solicitaron la nacionalidad eslovena en seis meses se vieron borrados como residentes. De esta manera, el nuevo estado se libraba de la porción minoritaria que no aceptaba la nueva situación y abogaba por permanecer en la federación yugoslava. Esta medida se mantuvo durante dieciocho años, cuando ya la situación ya era irreversible.

Finalmente, la independencia de Eslovenia fue reconocida paulatinamente, primero por Croacia y otros estados ex soviéticos y, ya entre diciembre y enero, Alemania empujó al resto de la Unión Europea. El nuevo estado ingresó en mayo de 1992 en la ONU y el 1 de mayo 2004 en la Unión Europea, siendo el único país de la antigua Yugoslavia en alcanzar plenamente su objetivo de coger el tren europeo.

Ya en una época tan temprana como esta, los medios de comunicación fueron claves para empujar a la opinión pública y a los gobiernos occidentales a favor de la secesión, reflejando una imagen horrenda del “bolchevique Ejército yugoslavo» frente a los “europeos y demócratas” eslovenos. No solo los medios, también algunos nacionalismos minoritarios miraron con esperanza y alentaron las actividades eslovenas, destacando en España el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, que era un interlocutor privilegiado a quien el mismo presidente esloveno había visitado en diciembre de 1990.

El brillante éxito esloveno también tuvo una consecuencia que los actores foráneos no previeron, ya que incitó a las restantes nacionalidades a probar suerte con la misma estrategia, la cual fue cada vez más difícil de aplicar y mucho más costosa para todos los actores implicados. Curiosamente, no fue un estallido simultáneo, sino que las crisis se fueron encadenando una detrás de otra, repitiendo patrones similares en una especie de día de la marmota que durará más de una década.

BIBLIOGRAFÍA

Veiga, Francisco. La fábrica de las fronteras, Guerras de Secesión Yugoslavas 1991 – 2001. Alianza Editorial, Madrid, 2011.

https://elpais.com/diario/1991/06/25/internacional/677800802_850215.html

https://elpais.com/diario/1991/06/29/internacional/678146403_850215.html

https://elpais.com/diario/1991/07/04/portada/678578404_850215.html

http://www.sloveniatimes.com/20-years-of-international-recognition

Fragmento del documental de la BBC The death of Yugoslavia sobre la secesión de Eslovenia. https://www.youtube.com/watch?v=P1dAruhCFC8

https://history.state.gov/milestones/1989-1992/breakup-yugoslavia

https://www.youtube.com/watch?v=TP5a6kFb68w Vídeo de la intervención militar yugoslava en Eslovenia.

https://www.youtube.com/watch?time_continue=62&v=iNViSEXAGFA

1 En 1988 publicó el plan la revista Mladina, provocando un gran escándalo al que se sumó la detención de su cúpula, cuyo director, Janez Jansa, será un personaje clave.
2 Ejército Federal: 44 muertos, 146 heridos y unos 5000 prisioneros. Material militar: 31 tanques, 22 blindados, 6 helicópteros, 87 piezas de artillería, 1240 piezas antiaéreas, 6800 armas largas…Separatistas eslovenos: 18 muertos y 182 heridos (varios civiles).
3 Especialmente la anexión de Prusia por parte de Polonia y por la URSS del Este de Polonia, entre otras muchas reclamaciones.

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