La guerra civil etíope que destruyó la economía de Tigray

Foto: Un hotel en Humera, Western Tigray dañado por bombardeos de mortero; noviembre de 2020; VOA.

Abiy, las élites de Amhara e Isaias estaban interesados ​​en reducir el poder económico de Tigray en su desventura militar.

Por Ethiopia Insight

Dieciséis meses después del conflicto en el norte de Etiopía, Tigray yace en ruinas. Casi todos los aspectos de los activos sociales, culturales, económicos y de infraestructura de la región han sido dañados.

Después de que las fuerzas federales se retiraran de la capital regional en julio de 2021, el primer ministro Abiy Ahmed indicó que la llamada “operación de aplicación de la ley” estaba diseñada para reducir el poder de Tigray al disminuir la estatura económica de Mekelle.

Dijo : “[Mekelle] no es en este momento diferente de Abiy-Adi, Sheraro o Beshasha. Ya no es un centro con ningún poder tal como está ahora… Basado en la realidad ahora, cuando se ve militarmente, no tiene nada. No hay nada que lo convierta en un centro o que lo haga atractivo para nosotros, como lo era cuando fuimos allí por primera vez”.

Esta cita aparentemente implica que la reducción del poder económico de Tigray era un objetivo central de la intervención militar del gobierno federal.

Guerra economica

Incluso antes del conflicto entre los gobiernos federal y Tigray, ya se habían impuesto sanciones económicas de facto a Tigray.

Desde 2018, los locales y las milicias de Fano bloquearon las carreteras a la región a través de Amhara . Al considerar el hecho de que Amhara y los medios pan-etíopes lo habían estado pidiendo , la afirmación de que los locales rebeldes eran los responsables no se sostiene.

Aunque ni el gobierno federal ni el de Amhara sancionaron el embargo, el hecho de que nunca lo condenaran, y mucho menos lo resolvieran, implicaba que eran cómplices. En consecuencia, durante más de un año y medio antes de la guerra, la única ruta constantemente abierta a Tigray fue a través de Afar.

A medida que aumentaron las tensiones federal-regionales, el primero comenzó a promulgar más restricciones.

Por ejemplo, en diciembre de 2019, las autoridades federales negaron el permiso a una delegación empresarial china de la provincia de Shanxi, que había intentado viajar a Tigray .

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Se tomaron acciones aún más resueltas destinadas a paralizar económicamente a Tigray después de que su gobierno llevara a cabo una elección regional en contravención de la autoridad federal.

A mediados de octubre de 2020, el gobierno de Tigray acusó a Addis Abeba de obstruir los esfuerzos para controlar la plaga de langostas en la región.

En ese momento se consolidó aún más el cerco de facto que impedía el acceso a alimentos y otros productos básicos. Más importante aún, la Cámara de la Federación (HoF) anunció planes para poner fin al subsidio del presupuesto federal para el ejecutivo de Tigray y, en cambio, decidió financiar directamente las administraciones de wereda y kebele . Incluso los fondos asignados para el bienestar social no se salvaron cuando el gobierno federal suspendió un programa de red de seguridad financiado por donantes.

El 4 de noviembre de 2020, el gobierno etíope anunció una ofensiva militar en respuesta a los intentos del gobierno de Tigray y de los oficiales militares de Tigray de neutralizar al poderoso Comando Norte del ejército etíope en Tigray. Después de tres semanas, las fuerzas de Tigray fueron conducidas a las montañas del centro de Tigray y las fuerzas etíopes tomaron el control de Mekelle.

Aunque algunas de las principales instituciones comerciales, como Welkait Sugar Factory y Tekeze Dam , sufrieron daños como resultado de los ataques aéreos durante las tres semanas de guerra convencional, la mayor parte de la destrucción de la infraestructura tuvo lugar después de la captura de Mekelle.

Entre otros actos de vandalismo, poco después de que Abiy anunciara el fin de las operaciones militares en Tigray, surgieron informes de que las fuerzas etíopes y eritreas saquearon y destruyeron las principales fábricas de la región.

Por ejemplo, Goda Bottle and Glass Share Company fue destruida el 2 de diciembre, una semana después de la captura de Mekelle.

Addis Pharmaceutical Factory, que anteriormente cubría el 70 por ciento de la demanda nacional, fue saqueada y destruida el 19 de diciembre . Es más, las fuerzas de Eritrea y Etiopía responsables del saqueo mataron a 16 civiles que intentaron detenerlos.

A fines de diciembre se confirmó el saqueo y destrucción de la Fábrica Textil Almeda el 26 de diciembre a manos de soldados eritreos . Según los informes , camiones pesados ​​pertenecientes a Mesobo Cement Factory también fueron sacados de Tigray, varios de los cuales fueron vistos en Addis Abeba.

De manera similar, 179 camiones propiedad de Trans Ethiopia PLC fueron entregados al gobierno etíope luego de un prolongado enfrentamiento con los conductores que estaban decididos a no entregarlos.

Según fuentes de Tigray, los combatientes de Eritrea y Amhara saquearon casi todos los negocios y tiendas ubicados en el centro de Tigray, particularmente en Hawzen, Tembien, Wukro, Agbe y Abiy Addi.

A fines de febrero, casi todas las fábricas en el centro y este de Tigray fueron destruidas e inutilizadas. Según una fuente de la administración provisional, se necesitarían al menos 100.000 millones de birr para restablecerlos.

El sector de la educación también sufrió numerosos saqueos y destrucción. Según los informes , las universidades de Axum y Adigrat fueron asaltadas y destrozadas por las fuerzas de Eritrea, mientras que la Universidad de Mekelle sufrió un saqueo parcial. Las instituciones destruidas también incluyeron colegios y escuelas secundarias de propiedad privada, incluidas escuelas primarias y secundarias en Raya, Selekhlekha y Sheraro.

A medida que se expandían las operaciones de contrainsurgencia de las fuerzas etíopes y eritreas, también aumentaba el saqueo.

Una evaluación de Médecins Sans Frontières en marzo de 2021 de las instalaciones de atención médica en Tigray encontró que alrededor del 70 por ciento fueron saqueadas y el 30 por ciento dañadas. Una evaluación más reciente realizada por la Universidad de Mekelle reveló que más del 70 por ciento de las instalaciones de atención médica sufrieron daños en algún grado.

Los hospitales de Adwa y Abiy Addi fueron destruidos, mientras que los de Axum, Adigrat, Fasti, Freweyni y Hawzen fueron allanados. La larga lista de centros de salud destruidos y destrozados incluye el Puesto de Salud de Fredashum, la Unidad de Atención de Salud de Jira y el Puesto de Salud de Adiftaw.

Además, casi todas las ambulancias encontradas en las zonas del este, centro y noroeste fueron llevadas a Eritrea o Amhara.

Más allá de Tigray

La guerra económica también afectó a los tigrayanos fuera de Tigray. Se utilizó una amplia variedad de mecanismos coercitivos para atacar las empresas de Tigrayan en el resto de Etiopía.

En mayo de 2021, un aviso publicado por la Oficina de Administración y Uso de Tierras Rurales (BORLAU) de la región de Amhara invitó a los inversores de Amhara a arrendar las vastas tierras agrícolas en las zonas de Welkait Tsegede y Setit Humera. Estos distritos de la zona occidental de Tigray no han sido transferidos legalmente por el gobierno federal a la administración de Amhara.

Además, no se siguió el debido proceso al apoderarse de las tierras de los propietarios anteriores de Tigrayan. Como tal, esto representa un ejemplo flagrante de expropiación extrajudicial.

En ocasiones también se abusó de los procesos legales para obligar a los empresarios de Tigraya a renunciar a sus activos. El gobierno federal congeló activos , negó permisos , retuvo pagos y detuvo a los propietarios . Estas medidas llevaron al cierre de varias empresas de Tigrayan.

Por ejemplo, Edna Mall, uno de los más grandes de Etiopía, fue embargado debido a que su propietario Tigrayan no pudo pagar un préstamo que tomó del Banco Comercial de Etiopía. Las fuentes dicen que este no es un incidente aislado, sino más bien uno de los muchos esquemas casi legales a través de los cuales los tigrayanos están siendo despojados sistemáticamente de sus bienes.

Tras la retirada del ejército federal en julio de 2021 de la mayor parte del centro y este de Tigray, se tomaron severas medidas de represalia contra las empresas de Tigray.

Los hoteles Harmony y Kaleb, ubicados en Bole Sub City de Addis Abeba, se encontraban entre la gran cantidad de negocios que las autoridades cerraron con el argumento de que “ tocaban música que podía provocar una reacción emocional y violencia”.

Más tarde ese mes, se llevó a cabo una gran represión contra la etnia tigrayana en todo el país. Miles fueron arrestados en Addis Abeba, mientras que la policía de la ciudad tomó medidas en negocios que, según dijo, tenían conexiones con el Frente Popular de Liberación de Tigray (TPLF). Incluso las cafeterías y los restaurantes propiedad de Tigrayans no se salvaron.

Las fuentes también revelaron que la detención de los tigrayanos y el cierre de sus negocios crearon un centro de extorsión por parte de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, ya que muchos empresarios de Tigraya fueron extorsionados con la amenaza de detención o a cambio de su libertad.

Otro informe de agosto de 2021 afirmó que, solo en Addis Abeba, el gobierno cerró más de 1600 negocios, incluidos hoteles, edificios, almacenes, granjas de inversión, fábricas y empresas inmobiliarias. Además, las cuentas bancarias emitidas por las sucursales de Tigray de todos los bancos fueron suspendidas temporalmente por órdenes del gobierno.

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A principios de septiembre de 2021, el Ministerio de Comercio e Industria anunció que había tomado medidas contra más de 80.641 empresas por intentar “revertir el éxito de la campaña de aplicación de la ley”.

Las fuentes afirmaron que la mayoría de estos negocios eran propiedad de Tigrayans y una gran proporción de ellos eran pequeñas y medianas empresas. Estas acciones se consideraron una extensión de la operación policial en Tigray. Tales medidas tomadas contra los tigrayanos y sus negocios se hicieron más audaces después de que las fuerzas de Tigrayan avanzaran hacia las profundidades de Amhara.

El régimen eritreo de Isaias Afwerki participó alegremente en su intento de borrar los cimientos políticos del nacionalismo de Tigray, un proceso que Isaias bautizó como “ limpieza política ”. Por lo tanto, la destrucción y el saqueo sistemáticos de la base económica de Tigray, así como el socavamiento de las élites comerciales de Tigray, se consideraron un aspecto integral de la guerra en Tigray.

Además, como se ha informado ampliamente , casi todos los tipos de crímenes de guerra concebibles se cometieron en Tigray, incluida la promulgación de un asedio medieval.

El resultado colectivo fue devastador. La apatía social y el ostracismo de los tigrayanos por parte del público etíope no fueron menos dolorosos. Muchos medios, instituciones e individuos etíopes ignoraron, justificaron o minimizaron el nivel de destrucción y sufrimiento.

Dominio percibido
Estos eventos plantean preguntas sobre cómo llegaron a prevalecer tales niveles de apatía, resentimiento y abierta hostilidad entre las élites etíopes y su base social.

Tras el establecimiento de la federación multinacional en 1995 por el Frente Democrático Revolucionario de los Pueblos Etíopes (EPRDF) dominado por el TPLF, Tigray, que hasta entonces había sido un escenario de guerra civil durante la mayor parte de dos décadas, creció rápidamente.

Además, aprovechando la economía de mercado recientemente introducida, un número desproporcionadamente grande de empresarios de Tigraya emergió en la élite empresarial de Etiopía.

Esto hizo que proliferaran las afirmaciones exageradas . Muchos alegaron que el llamativo éxito económico de algunos tigrayanos se explicaba por diversas actividades ilícitas y el trato preferencial debido al dominio del TPLF.

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Los partidarios del EPRDF han reconocido durante mucho tiempo el indeseable pero aparente dominio de los tigrayanos en la economía. Sin embargo, vieron esto como una consecuencia desafortunada del papel desproporcionado de TPLF en el curso de la construcción de la federación.

Hay, de hecho, algún fundamento para tales afirmaciones.

La gran mayoría de los combatientes del EPRDF que lucharon contra el Derg eran tigrayanos y, después de la victoria, naturalmente formaron el núcleo de un ejército nacional renovado. De manera similar, en gran parte en virtud del poder del TPLF, los políticos más influyentes fueron los tigrayanos.

Si bien esto obviamente causó descontento entre el resto de la población, no obstante, puede verse como un resultado orgánico del papel desproporcionado del TPLF en la construcción de la Etiopía posterior a 1991.

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Hacia fines del siglo XX, el gobierno del EPRDF reconoció los peligros del desequilibrio en la composición étnica en el ejército y el gobierno. En consecuencia, una parte significativa de los oficiales de Tigrayan fueron dados de baja para dar paso a oficiales de otros grupos étnicos.

Después de 2005, las reformas del EPRDF también incluyeron medidas para empoderar a una nueva generación de líderes en el transcurso de las cuales muchas personas influyentes que no eran de Tigrayan pasaron a primer plano.

Sin embargo, los desequilibrios económicos no se rectificaron por completo. Las escasas reformas llegaron tarde, no lograron abordar todos los aspectos y no se implementaron con suficiente profundidad para alterar la opinión pública.

Muchos puestos militares y políticos clave permanecieron en manos de Tigrayan. De manera similar, una red muy unida de empresarios, muchos de ellos tigrayanos, dominaba sectores clave.

resentimiento etíope
En parte debido a los lentos esfuerzos del EPRDF para crear una representación étnica proporcional, hubo un vigoroso resurgimiento del nacionalismo etíope caracterizado por una fuerte retórica anti-tigrayana. El discurso más extremo y potente fue la campaña encabezada por ESAT, un canal satelital administrado por la diáspora.

ESAT, que tenía fuertes conexiones con Ginbot 7 y otros movimientos militantes panetíopes, fue acusada de desdibujar intencionalmente la línea entre el TPLF y los tigrayanos.

El incidente más infame fue cuando el comentarista de ESAT, Messay Mekonnen, llamó a todos los etíopes, especialmente a los amhara, a levantarse contra los tigrayanos. “Esta misión de destrucción ha sido planeada por cinco millones de personas para 95 millones de personas… Solo hay una forma de deshacerse de los peces en mal estado del mar: deshacerse del agua del mar”, leyó.

Dichos mensajes pedían una guerra total contra el pueblo de Tigrayas como una estrategia para erradicar al TPLF.

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El pensamiento subyacente en esta y otras retóricas incendiarias similares de los panetíopes es que la mayoría de los tigrayanos son beneficiarios económicos directos de los esquemas del TPLF.

Una narración afirmaba que el TPLF había saqueado sistemáticamente la riqueza del país y la había acumulado en Tigray. Todo hombre de negocios exitoso de Tigrayan fue retratado como corrupto; todos los negocios de Tigrayan, tanto en Tigray como en el resto de Etiopía, se presentaron como construidos a expensas del público etíope.

Esa retórica inflamada vino inevitablemente con demandas de acción militar en Tigray. Ya en 2018, se hicieron llamados públicos para invadir Tigray y “traer de vuelta” la supuesta riqueza que supuestamente estaba almacenada en la región.

La propaganda impulsada por ESAT centró sus ataques en el Fondo de Dotación para la Rehabilitación de Tigray (EFFORT), un conglomerado paraguas de Tigray para un grupo de empresas involucradas en actividades industriales que se formó a partir de activos incautados en la década de 1980 durante la guerra.

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Después de su creación en 1995, el valor neto de EFFORT supuestamente creció de un capital inicial de alrededor de $100 millones a la asombrosa cifra de $3 mil millones durante tres décadas. TPLF argumentó que EFFORT era un fondo de dotación para rehabilitar a Tigray de la devastación que experimentó como resultado de décadas de guerra civil y hambruna.

Ginbot 7 y los medios afiliados retrataron a las empresas EFFORT como beneficiando injustamente a Tigray a expensas del resto de Etiopía. Se presentó a las empresas como dedicadas exclusivamente a la expropiación ilícita y sistemática de riqueza de toda Etiopía y su canalización hacia Tigray. Supuestamente, esto era para que cuando los tigrayanos hubieran tomado suficiente, declararan la secesión.

Otras narrativas propagandísticas sostenían que pocas élites del TPLF por sí solas se beneficiaban de las empresas. Aquí, la mayoría de los tigrayanos fueron retratados como obligados a soportar injustamente la carga de las acusaciones mientras sufrían bajo el yugo del régimen dirigido por el TPLF.

Contrariamente a estas afirmaciones, las fuentes del TPLF argumentaron que los fondos iniciales para iniciar las empresas bajo EFFORT se obtuvieron de los activos liquidados del TPLF que había acumulado mucho antes de asumir el poder.

Sin embargo, los opositores de TPLF aprovecharon con éxito las finanzas supuestamente oscuras de EFFORT para pintarlo como un imperio comercial parasitario que desangra a Etiopía.

A medida que aumentaban las tensiones políticas, la distinción entre el TPLF y los tigrayanos en los medios de oposición se hizo cada vez más borrosa. Por lo tanto, para los nacionalistas etíopes y amharas, el surgimiento de empresas tigrayanas de propiedad privada y colectiva se consideraba una prueba de riqueza mal habida.

Al menos oficialmente, Abiy inicialmente mostró una actitud cortés hacia los negocios de Tigrayan. Además, en varias ocasiones, argumentó en contra de la afirmación predominante de que Tigray se llevó más de lo que le correspondía del pastel económico.

Sin embargo, a medida que las relaciones entre su recién creado Partido de la Prosperidad y el TPLF se volvieron cada vez más tenues en 2020, los medios de comunicación progubernamentales intensificaron las afirmaciones divisivas del parasitismo de Tigrayan y la malversación de recursos de Etiopía liderada por el TPLF.

¿Rehabilitación?
Tras la retirada de las fuerzas de Tigray en diciembre de 2021, parece que las medidas que están tomando las autoridades contra los tigrayanos fuera de Tigray han disminuido. Algunas empresas propiedad de Tigrayan que fueron cerradas pueden reabrir, incluidos diez hoteles en Addis Abeba.

Pero, entre otros asuntos, se desconoce el destino de varios negocios de Tigray fuera de Tigray y el de los terratenientes de Tigray cuyas tierras en Western Tigray han sido apropiadas sin el debido proceso.

En Tigray, mientras continúa el asedio , la situación permanece sin cambios. Aunque alrededor de una docena de convoyes de ayuda llegaron a Mekelle a principios de abril, es un esfuerzo trivial considerando que el 90 por ciento de la población necesita asistencia urgente. De hecho, debido al colapso de infraestructuras críticas como la educación y la salud, es posible que se deterioren aún más.

Desafortunadamente, incluso si se produce pronto un cese de hostilidades y negociaciones políticas, el alcance de los daños en la infraestructura, la economía y las fuentes de sustento de la población de Tigray es tan catastrófico que una recuperación total parece imposible en el corto plazo.

Si también se tiene en cuenta la economía etíope cada vez más golpeada , parece que la rehabilitación de la economía de Tigray llevará muchas décadas.

En cualquier caso, en la medida en que lo que Abiy ha dicho sobre el objetivo de la operación militar es cierto, el gobierno federal, las élites nacionalistas de Amhara y el régimen de Isaias pueden decir que fue un éxito.

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