La formación de clases | Flores de acero

Por Jacin Domínguez


La formación del trabajador

Las permanentes desigualdades que genera el sistema capitalista hacen que la clase obrera sueñe con ascender de clase social y tener una vida más cómoda y fácil. Esto ha provocado que las clases sociales más bajas busquen alguna forma de ascender, creyendo que con estudiar una carrera se puede ascender en la pirámide social, puede haber casos de personas que tras estudiar una carrera hayan obtenido un buen empleo, con buena remuneración y buenas condiciones, pero son muchos los que tras acabar su formación continúan trabajando en el mismo lugar donde trabajaban antes para costearse los estudios, ya que los estudios hay que pagárselos, evitando que estén a manos de todos. También es común que empiecen a trabajar en condiciones precarias para poder subsistir mientras buscan un trabajo en el sector en el que se han formado.

Los empresarios necesitan mano de obra, y los estudios por parte de la clase obrera solo ofrecen mano de obra barata y cualificada, ya que por mucha titulación que tengan, la necesidad de estos marcará lo que están dispuestos a pagarles los capitalistas, lo que les viene muy bien a los empresarios para obtener mayor plusvalía, ya que la fuerza de trabajo que venden no se acerca al precio que han pagado por ella, ya que venden mano de obra cualificada. Es verdad que los puestos de trabajo que requieren una formación específica están mejor remunerados que los que no requieren ninguna formación, pero esto es para incitar al obrero a formarse en esa área, teniendo por un lado trabajadores formados, y por otro lado, a suficientes obreros disponibles para ese trabajo que aprietan a los ya trabajadores de ese sector, haciendo que acepten, cada vez más, condiciones más bajas. Es decir, incitan a formarse para cierto trabajo, y una vez exista una gran oferta de trabajadores, se pueden permitir bajar las condiciones de dicho empleo, pagando cada vez menos por un trabajo que venden al mismo precio.
Pero es común que los cargos mejor remunerados y con mayor opción a ascender son para los hijos de los burgueses, gracias a la influencia de los padres con los dueños o altos cargos de las empresas de su sector. Vemos repetidamente cómo el estudiante de padres obreros al terminar la carrera debe buscar un trabajo orientado a su preparación académica con mucho esmero, y muchas veces volver a prepararse en otra materia porque no encuentran trabajo dirigido a su preparación. Sin embargo, el hijo de un burgués no tiene este problema, generalmente estudian una carrera sabiendo que cuando la acaben tendrán un trabajo asegurado, es más, muchas veces estudian una carrera concreta para el puesto que le aseguran antes de empezarla, siendo común que el hijo estudie lo que estudió el padre ya que es ahí donde tiene el padre los contactos.

Esa idea de que los estudios son la llave para abrir la puerta que permite el ascenso social, está creada a conciencia, por una parte forma al individuo, que es bueno para él, pero por otra lo especializa en una materia para formarle como engranaje de la producción sin cultivarse sobre otras materias que ayudan al humano a entender el mundo y a formarse como persona, no pueden formarse por su cuenta en otras materias a causa del esfuerzo y tiempo que requiere la obtención de una carrera y el tiempo que no dedican a dicha preparación académica, se lo dedican a trabajar o, a lo que es esencial para el ser humano, a socializarse. Con esto consiguen trabajadores formados y especializados en una materia de la producción y a la vez, estos obreros-estudiantes, dan por hecho que los que están arriba en la pirámide están porque son más inteligentes porque han “conseguido” la llave que les permite ascender en la pirámide. Con esto logran por un lado la aceptación del trabajador de su posición social y laboral, y por otro lado consiguen que el trabajador no tenga las herramientas necesarias para cuestionarse las relaciones de producción y las relaciones sociales, de tal modo que se perpetúe esa aceptación anterior.

El sistema capitalista no precisa de individuos cultivados, solo de hombres formados en un terreno ultraespecífico que se ciñan al esquema productivo sin cuestionarlo”. Karl Marx.

Esta formación ultraespecífica, de la que habla Marx, evita por otro lado que el individuo ponga en duda el sistema, que solo sea parte de dicho sistema como un engranaje más, que se ciñe a trabajar para poder subsistir, y vivir con las pautas establecidas al no tener herramientas para conocer o encontrar otra alternativa.

“Sería una actitud ingenua esperar que las clases dominantes desarrollen una forma de educación que permitiese a las clases dominadas, percibir las injusticias de forma crítica”. Paulo Freire

Tal como dice Paulo Freire, el sistema educativo y su relación con el mundo laboral no es mera casualidad, son eslabones enlazados de una misma cadena que te subyuga al sistema capitalista y a la forma que ven el mundo para que les beneficie a ellos y no a ti.

Los capitalistas consiguen mano de obra formada y barata que le dará grandes beneficios sin invertir ni un euro en esa formación de la que se van a beneficiar. No como el trabajador, que a pesar de formarse para trabajar y no por lucro, tiene que pagar por esa educación “pública”, que tiene un gran coste para los estudiantes (matrículas y materiales), de tal forma que los obreros más pudiente pueden tener acceso a trabajos mejor remunerados al tener más acceso a pagarse los estudios, mientras que los que no pueden costearse una carrera seguirán siendo mano de obra barata y fácil de explotar en los sectores que se necesita menos cualificación, esto crea clases a pequeña escala dentro de la clase obrera. El obrero más pobre tendrá hijos menos preparados y con más dificultad para encontrar un trabajo bien pagado, y el que tenga un salario mejor, puede permitirse pagar una carrera y tener más facilidad para encontrar un buen trabajo (creando una cadena social que pasa de padres a hijos. Tanto tiene el padre, tanto tendrá el hijo), esto no quita que haya excepciones de hijos de padres pobres que logran, gracias a su esfuerzo, acabar una gran carrera, pero la excepción no niega una regla general.

Mientras los estudiantes de clase obrera, generalmente, deben trabajar para pagarse los estudios, ya que sus padres no pueden costearlos, o al menos de forma completa, los estudiantes burgueses estudian sin la presión de pagarse los estudios ya que se los pagan sus padres sin dificultad. Sin tener que trabajar para pagarse los estudios pueden centrarse exclusivamente en estudiar, teniendo más facilidad para conseguir mejores notas. Esto se reduce con la existencia de las llamadas becas, ayudas económicas por parte delos gobiernos para que los menos pudientes puedan costearse las carreras, pero esto no quita que el estudiante no tenga que trabajar a causa de las necesidades de su hogar.

A esto hay que añadir el clasismo de las clases altas llevando a sus hijos a colegios privados y de los que se creen de clase alta llevándoles a concertados y también privados, para así impedir mezclar a sus hijos con otros de una clase más baja a la que creen que es la suya, siendo las clases altas las primeras en dividir a la sociedad en clases sociales y no quien evidencia esta división.

Clasismo del titulado

En un sistema clasista, es natural la búsqueda de unos de ponerse encima de otros, cuanta más gente tengan debajo más arriba estarán en la pirámide social. Por eso también vemos clasismo respecto a las titulaciones. Por un lado vemos como las personas con titulación universitaria ocupan un escalón por encima del resto, un escalón ocupado por los “licenciados”, que están por encima de los que no han estudiado una carrera. Tienden a pensar, como es normal, que controlan el tema del que han estudiado la carrera, pero no es difícil ver como defienden su postura en una discusión sacando su titulación como argumento que les da la razón, por mucho que tengas un título cualquier persona tiene la capacidad de aprender sobre el tema sin que se necesite un título que certifique ese conocimiento. También vemos como la opinión del licenciado es más valorada que la del que no ha estudiado, es decir, se valora la opinión por quien la expone y no por su contenido, dando pie a un «autoritarismo» intelectual, evitando el análisis y crítica del valorador.

Tenemos que añadir que en una carrera se da el contenido que introduce el currículo de esta, por lo que por muy amplio que sea, siempre van a dejar conocimientos sin dar, conocimientos que cualquiera sí ha podido aprender, aunque no haya estudiado una carrera sobre ello, por su cuenta. Sin olvidar lo que ocultan dichas carreras, porque como ya hemos visto una de las funciones de estas es formar trabajadores complacidos con el sistema, por lo que va a ser común evitar en el currículo de cualquier carrera cualquier conocimiento que critique o ponga en duda lo establecido. Por lo que tener una carrera no te hace tener la verdad absoluta sobre un tema, ni mucho menos, ya que el contenido dado en ella ha sido preseleccionado a conciencia.

No solo existe clasismo entre titulados y no titulados, también dentro de estos licenciados. Dependiendo de la carrera que hayas estudiado tendrás más o menos nivel dentro de la sociedad. Vemos con frecuencia como, por ejemplo, un estudiante de Ingeniería minusvalora a un estudiante de Magisterio o de Educación Infantil, haciendo inderectamente lo propio con los trabajos que derivan de estas carreras. ¿Acaso un trabajador vale menos que otros?, ¿acaso no son necesarios los trabajos que derivan de dichas carreras minusvaloradas al igual que los trabajos que no necesitan titulación? La razón es que no aceptan tener un titulación del mismo nivel que el estudiante de otra carrera que consideran más fácil, queriendo estar por encima de los demás, aunque sea en cualquier minucia.

Esta búsqueda de crear clases sociales, en las que unas están por encima de otras como pirámide que es, siendo natural en el sistema capitalista, en el que la competición y el clasismo son su norma principal. Tienes una carrera: vales más que el que no; tienes una carrera complicada: vales más que quién tiene una peor valorada; tienes dinero: vales más que quién no. Se colocan en una clase superior dando por hecho que son más inteligentes, que tienen mayor capacidad de sacrificio, etc., que, aun siendo así, no les hace mejor que al resto. Esto lo podemos ver incluso con la misma carrera, ya sea con notas o con la universidad dónde se han estudiado.

Un licenciado, no solo minusvalora otras carreras o a los que no han estudiado, también lo hace con los trabajos que no necesitan una preparación académica como hemos visto, generalmente los que son principalmente de desgaste físico. Trabajar de reponedor, peón, en la limpieza, una cadena de montaje, etc. les parece vergonzoso para ellos, bien que han estudiado una carrera y es lógico que prefieran trabajar en su rama, pero eso no quita que todo trabajo sea igual de digno para todas las personas por igual, siempre que sean trabajos que no hagan daño a nadie, claro está. Cualquier trabajo es digno, lo que no son dignas son las condiciones de dicho trabajo (salario, horas, calendario…), pero cualquiera de esas condiciones indignas, lo son por igual a una persona con estudios como sin ellos, que nadie crea que es indignante ver a un licenciado en un trabajo precario y que lo haga una persona sin estudios es algo normal, ya que ambos son seres humanos por igual y con los mismos derechos y necesidades.

Y esto viene, repetimos, del intento de escalar en la pirámide social, de intentar poner a unos por debajo para sentirse más arriba en ella (cuantos más tengas abajo más arriba estás), y la mejor forma que tiene la clase obrera de sentirse arriba en ella, es la única que pueden con sus medios, que es la de tener estudios, pero esto no quita que el clasismo esté mal, ya que no hay clases, solo seres humanos con sus diferentes roles sociales y con sus diferencias personales, que en ningún caso deben colocar por encima unas de otras.

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