La extrema derecha derrotada en las elecciones presidenciales austriacas

Van der Bellen, tenía el respaldo de su antigua formación, del gobernante Partido Popular (ÖVP), los socialdemócratas del SPÖ y el liberal Neos, que no presentaron candidato propio, en estas elecciones también tenía como principal al candidato de la ultraderechista FPO

Por Angelo Nero

El economista y veterano líder de los verdes austriacos, Alexander Van der Bellen ha sido reelegido como presidente de Austria, logrando una victoria incontestable en la primera vuelta, con más del 54% de los sufragios, aunque también con la nota negativa de la alta abstención, 16 puntos más alta que en las anteriores elecciones a la jefatura del estado, con solo un 47,5% de participación. Van der Bellen, antiguo miembro del Sozialdemokratische Partei Österreichs (SPÖ/Partido Socialdemócrata de Austria), se unió a las filas del Die Grünen (Partido Verde), del que formó parte de su Consejo Nacional en 1994, ocupando la portavocía federal desde ese año hasta 2008, y ocupando también el cargo de presidente del grupo parlamentario de los Verdes.

En 2016 Alexander Van der Bellen concurrió por primera vez a las elecciones presidenciales, cómo independiente, aunque apoyado por Die Grünen, quedando en segundo lugar con un 21% de los votos, detrás del candidato de la ultraderechista Freiheitliche Partei Österreichs (FPO/Partido de la Libertad) que alcanzó un 35% de los votos, con Norbert Hofer como candidato, que hizo campaña electoral con el lema “Con la ayuda de Dios”. El resto de la izquierda apoyó a Van der Bellen en la segunda vuelta, ante la amenaza de que el ultraderechista alcanzara la presidencia del país, y el político ecologísta consiguió pasar del 50% e imponerse en la votación, aunque esta fue anulada por irregularidades en el voto por correo y hubo que repetir la segunda vuelta. En estas aumentó los apoyos, hasta lograr un 53% de los votos, frente al 46% conseguido por el candidato del FPO. La participación fue entonces de más del 74%.

Van der Bellen, tenía el respaldo de su antigua formación, del gobernante Partido Popular (ÖVP), los socialdemócratas del SPÖ y el liberal Neos, que no presentaron candidato propio, en estas elecciones también tenía como principal al candidato de la ultraderechista FPO, Walter Rosenkranz, pero en esta ocasión no alcanzó más que el 19% de los sufragios, por lo que no será necesario realizar una segunda vuelta y el actual presidente austriaco, de 78 años, tendrá otros seis años de mandato.

El resto de los aspirantes a la presidencia de Austria no llegaron más allá del 8%, siendo destacable que el cuarto candidato más votado el del Die Bierpartei (Partido de la Cerveza), Marco Pogo, el líder de la banda de punk rock vienesa Turbobier, y el sexto Michael Brunner, el candidato del partido anti-vacunas Österreich Menschen-Freiheit-Grundrechte (MFG/Austria Personas-Libertad-Derechos Fundamentales) mostrando un cierto hartazgo, especialmente entre la juventud, de los partidos tradicionales.

En 2020 el líder de los conservadores (ÖVP), Sebastian Kurz, y primer ministro austriaco, anunció la formación de un gobierno de coalición con los verdes del Die Grünen, después del fracaso de su anterior gobierno con la ultraderecha del FPÖ, que apenas duró año y medio. Un año después los verdes forzaron la renuncia de Kurz, tras su implicación en un escándalo de corrupción, siendo reemplazado por el conservador Alexander Schallenberg, al que sustituyó Karl Nehammer, el actual primer ministro, también del ÖVP.

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