La exhumación de Queipo de Llano y la dignidad de Paqui Maqueda

Han tenido que pasar más de setenta años para que el Gonzalo Queipo de Llano, uno de los generales más sanguinarios de Franco, responsable de más de 45.000 asesinatos en Andalucía, fuera desalojado de la basílica de la Macarena de Sevilla

Por Angelo Nero

Uno de los puntos fundamentales de la Ley de Memoria Histórica Andaluza, concretamente el artículo 32.2, establece que ningún lugar privado que pueda tener proyección pública puede tener simbología fascista, porque ofende a las víctimas. Eso lo podía haber aplicado a la Basílica de la Macarena, con la tumba de Queipo de Llano, y no lo aplicó, podía haberlo sacado de la forma más sensata posible, sin apenas escándalo por parte de nadie, y nosotros tampoco íbamos a liar mucho, si nos dicen que se saca, pero no les dio tiempo, y no tuvieron voluntad política de hacerlo. El PSOE, cuando se trata de la iglesia, siempre tiene un respeto, una parálisis, la iglesia parece que paraliza al PSOE, lo estamos viendo ahora con las inmatriculaciones, el espectáculo que está dando.”

Así hablaba Paqui Maqueda, la presidenta de la asociación andaluza Nuestra Memoria, cuando le preguntábamos, a principios de este año, sobre la voluntad política del PSOE en aplicar políticas de Memoria efectivas. “Solo tenemos que ver la poca colaboración que un gobierno socialista ha tenido con la Querella Argentina, poca o ninguna.” Ella es una de esas mujeres que cavan con la cuchara en la trinchera de la Memoria, como decía nuestro querido Chato Galante. Una de esas mujeres y hombres que no han querido olvidar, ni a sus muertos ni a los nuestros, porque son de todos los miles que están, todavía hoy en día, sembrando las cunetas de todo el estado. Que ha denunciado la desaparición de miles de niños, en un crimen continuado que comenzó en la guerra civil y continúo entrados los años noventa. Que ha nombrado a las víctimas del franquismo y de la transición, pero también a sus verdugos, que no se ha cansado de repetir: Verdad, Justicia, Reparación.

Han tenido que pasar más de setenta años para que el Gonzalo Queipo de Llano, uno de los generales más sanguinarios de Franco, responsable de más de 45.000 asesinatos en Andalucía, fuera desalojado de la basílica de la Macarena de Sevilla, donde estaba enterrado con todos los honores, y donde permaneció hasta ayer, cuando fue exhumado en cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática, recién aprobada. A pesar del sigilo con el que se desarrollo la operación, con nocturnidad y alevosía, como se suelen perpetrar los crímenes, a las puertas de la Macarena estaba, además de un puñado de sus familiares, que se animaron a dar vivas al sangriento general, la Andalucía digna, la que no se calla aunque le llenen la boca de tierra, la que tiene la memoria de todos los muertos, representada en esa mujer que gritó en nombre de los que ya no tienen voz:

¡Vivan las víctimas del franquismo! ¡Honor y gloria a las víctimas del franquismo! Ayer, hoy y siempre, contra la impunidad de los crímenes del franquismo. Hoy, en Sevilla se salda una deuda histórica con las víctimas del franquismo, se acaba la impunidad. Por esta democracia, se salda una deuda pendiente, porque siguen en cunetas, tirados como perros. Sus nombres, las familias los llevan como banderas, porque fueron luchadores por las libertades. Hoy Sevilla hace justicia.”

Junto al general Queipo de Llano ha sido exhumada su esposa, y el general Francisco Bohórquez, otro siniestro personaje que estuvo a sus ordenes como auditor militar y firmaba las sentencias de muerte durante la Guerra Civil. Y las reacciones no se han hecho esperar. El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha declarado al ser preguntado por la exhumación del genocida: “A mí me gusta más hablar de los vivos que de los muertos. Creo que la política debe centrarse en los vivos y dejar a los muertos en paz, pero allá cada uno con sus prioridades. Me preocupa mucho la situación económica de mi país y yo no voy a hacer política con los muertos, porque no creo que esa sea la prioridad de los ciudadanos en este momento.”

Al jefe de la oposición, habría que recordarle, ya que en su partido tienden a tener muy mala memoria, las palabras con las que Queipo de Llano arengaba a sus hombres a que violaran a las mujeres republicanas: “Nuestros valientes legionarios y regulares han demostrado a los rojos cobardes lo que significa ser hombres de verdad. Y a la vez a sus mujeres. Esto está totalmente justificado porque estas comunistas y anarquistas predican el amor libre. Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricones. No se van a librar, por mucho que berreen y pataleen.”

Yo no puedo olvidar el día en el que conocí a Paqui Maqueda, era un 27 de noviembre de 2021, y coincidimos en unas jornadas memorialistas en Pontevedra, me acerqué a ella para que me firmase un ejemplar de “La Cuerda” y enseguida descubrimos que teníamos muchos lugares comunes, Sabino Cuadra, Chato Galante, Blanco Chivite. Era inevitable pensar en aquello que decía Cortázar: “Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos”, y juntos visitábamos el Monasterio de Oia, donde los franquistas llegaron a hacinar a 3.500 presos republicanos, cuando nos golpeó, como un obús, la noticia de la muerte de Almudena Grandes.

Para los que todavía creen, como el señor Nuñez Feijóo, que estos son temas del pasado, quisiera acabar con unas palabras de Almudena: “La gente a veces piensa que la memoria es un ejercicio nostálgico, que tiene que ver con el pasado. Yo creo que la memoria tiene que ver con el presente y con el futuro. Para saber a dónde queremos llegar, lo fundamental es saber de dónde venimos.”

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