En 1922 se organizaron 316 nuevos cursos, pero el total de los impartidos había sido de 1400: literatura, socialismo, comunismo y anarquismo, instrucción cívica, idioma sueco, aritmética, contabilidad, economía política, historia, socialización, filosofía y religión, cooperativismo, y canto y música
Por Eduardo Montagut
En esta pieza nos hacemos eco de la educación y formación obreras en la Suecia de los años veinte.
Dicha educación estaba dirigida casi de forma exclusiva por la Unión de Educación Obrera, ya que la mayoría de organizaciones obreras estaban afiliadas a la misma: Partido Socialdemócrata, Confederación Sueca de sindicatos, Unión de cooperativas, Partido Comunista, Uniones de Funcionarios del Estado, Juventudes Obreras Socialdemócratas, etc.
La Unión de Educación Obrera era mantenida con aportaciones de las distintas organizaciones en función de sus propios afiliados, y con la subvención de los municipios, las provincias y el Estado suecos.
El Comité de la Unión estaba formado por representantes de las organizaciones afiliadas, y estaba situado en Brunnsvik. Constaba de comisiones de estudios para las distintas ramas: política, economía política, socialismo, filosofía, religión y literatura. Había una comisión especial que se ocupaba de la organización de las conferencias. Además, había seiscientas comisiones de educación en toda la geografía sueca. La Unión estaba subdividida en secciones locales y los consejeros de sección trabajaban con las distintas secciones trabajarían con las comisiones locales de educación. Las poblaciones importantes poseían sus propias organizaciones. Como vemos, existía una exhaustiva organización.
La Unión organizaba cursos especiales para los consejeros de las secciones y para los directores de cursos. Pero el objetivo fundamental de la misma era organizar cursos de estudios para los afiliados.
En 1922 se organizaron 316 nuevos cursos, pero el total de los impartidos había sido de 1400: literatura, socialismo, comunismo y anarquismo, instrucción cívica, idioma sueco, aritmética, contabilidad, economía política, historia, socialización, filosofía y religión, cooperativismo, y canto y música.
La actividad de la Unión se había visto facilitada por la introducción de la jornada de ocho horas en 1919, porque eso había permitido aumentar el número de cursos y de matriculados al contar ya con tiempo libre. El movimiento obrero sueco quería demostrar con esos datos que la reducción de la jornada de ocho horas había sido un éxito por la dimensión cultural y formativa que se había ganado.
Para completar los cursos se instituyeron bibliotecas locales, con la ayuda de la Unión y de las distintas administraciones públicas. En 1923 había 620 bibliotecas con unos 119.000 volúmenes, y se habían hecho 387.000 préstamos de libros. Además de los cursos se impartían ciclos de conferencias. En 1922 se impartieron 1255 conferencias de los siguientes temas: cooperativismo, instrucción cívica, trabajo cultural, socialismo y economía política. La Unión, por fin, editaba folletos, organizaba veladas literarias y artísticas y publicaba la revista Bokstugan (El Gabinete de Estudio).
Hemos trabajado con el número del 21 de junio de 1923 de El Socialista.
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