La denuncia española de los pogromos en Polonia (1918)

Eduardo Montagut

Durante la Guerra civil que estalló a raíz de la Revolución de octubre de 1917 y en el final de la Gran Guerra los judíos volvieron a sufrir pogromos por parte de nacionalistas ucranianos, oficiales polacos, pero también a manos de soldados del Ejército Rojo, especialmente en Bielorrusia, en la Polonia rusa y en Galitzia. Perecieron decenas de miles de judíos entre 1918 y 1920.

En España surgió una iniciativa de intelectuales y políticos para protestar por las matanzas que se estaban perpetrando a finales de 1918, y enviarla al presidente del Comité Polaco en París, Roman Dmowksi. Aunque en la crónica periodística que hemos consultado se hablaba de que dicho Comité funcionaba como un Gobierno de Polonia, en realidad no contaba con el reconocimiento internacional, aunque sí controlaba una parte de las tropas polacas. Dmowski nunca fue del agrado británico cuando intentó su apoyo para la causa polaca por su encendido nacionalismo, pero, sobre todo, por su evidente antisemitismo, y que había ya demostrado antes de la Gran Guerra en Varsovia, y por su defensa en una obra suya de una emigración masiva de judíos. Al terminar la Guerra Mundial su Comité no consiguió ser reconocido por los aliados como Gobierno, como hemos expresado, pero Dmowski consiguió maniobrar y, al final negoció con el Gobierno Provisional de Pilsudski para que su Comité fuera el representante polaco en Versalles, y conseguir que su Partido entrara en el Gobierno polaco.

El llamamiento español hablaba de que habían llegado noticias de matanzas de judíos, mujeres y niños, saqueos e incendios en la Polonia rusa y en Galitzia. La población judía de estas regiones estaba amenazada de total exterminio. Los firmantes se dirigían a los miembros del Comité que estaba pidiendo la libertad y la independencia del pueblo polaco. Al obtenerlas debía ser su primer deber, siempre según el manifiesto español, exigir en todas partes el respeto y protección de los judíos, considerados en el escrito como sus compatriotas, y que habían hecho tantos sacrificios como los demás polacos por la liberación de la “patria común”.

Los firmantes deseaban el restablecimiento y la prosperidad de Polonia, pero insistían en considerar que el Comité debía actuar para exigir medidas que garantizasen la vida y el honor de sus compatriotas judíos. Importante, como vemos, era esa insistencia del manifiesto en considerar como polacos a los judíos, sobre todo, en relación con lo que decíamos del antisemitismo de Dmowksi. La persecución a los judíos comprometía, además, la independencia de Polonia porque hacía disminuir las simpatías internacionales por su causa, como ya había manifestado Inglaterra, y como hemos expuesto también.

Entre los firmantes destacamos los siguientes:

Luis Simarro, Melquíades Álvarez, Ángel Pulido, Rafael Altamira, Américo Castro, Jacinto O. Picón, Benito Pérez Galdós, Cansinos Assens, Alfonso Reyes, Menéndez Pidal, Odón de Buen, Indalecio Prieto, etc.

Hemos empleado como fuente del manifiesto español el número 3427 de El Socialista.

1 Comment

  1. Lo que diga un elemento bajo financiaciación alemana no tiene crédito alguno. Céntrese en tomar el sol o al aceite de oliva.
    De todos modos, sonría que este lunes vuelve a ser 25/5, Día Internacional de los Héroes de la Lucha contra el Totalitarismo.

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