Por Alberto Vila
Suele decirse que un escenario complejo puede ser interpretado adecuadamente si se consigue definir correctamente el problema. También, que esa tarea de definición no es simple ni casual. Es más, los audaces que se lanzan a buscar culpables en lugar de soluciones alternativas son, por eso mismo, incompetentes natos. Los comportamientos distorsivos que acusan sin mediar soluciones. Que malgastan las necesarias energías que requiere la grave situación. Que ignoran las responsabilidades por haber contribuido a producir las carencias actuales de medios disponibles. Esas personas, no son dignas de formar parte de la dirigencia que administre la presente crisis. Menos aún, cuando todo indica que han sido responsables de las carencias que denuncian. Además, enumeran culpables pero ninguna acción que haga mejorar los resultados de la gestión.
Cualquier persona interesada en la resolución de conflictos descubre rápidamente que los problemas son desviaciones perjudiciales, entre lo que debía ocurrir y lo que realmente ocurrió. Es decir, los problemas son causales. Tienen una situación de origen y unos efectos de resultado. La presente crisis sanitaria ha resultado de la confluencia de varios factores que han dado como resultado la aparición de un virus maligno del que aún no se conocen todos sus mecanismos. Esto es lo que tiene ocupada a la comunidad científica mundial. El manejo de cada una de las fases que se han ido presentando en los diferentes países afectados, lentamente tiende a ser la misma: aislamiento para la contención del contagio, a la espera de disponer de las vacunas o tratamientos que permitan la remisión del virus en las personas enfermas.
A partir de esto se pueden formular algunas consideraciones.
Utilizar la pandemia como arma política arrojadiza en la búsqueda de desestabilizar al gobierno de coalición, es de una bajeza moral difícilmente homologable en la galería de traiciones de la historia de España. La inversión en sanidad de la administración Zapatero en 2011 era de 4.254 millones de euros. La inversión sanitaria del gobierno Rajoy en 2014 disminuyó a más del 50%, para llegar a 1.907,6 millones de euros. Sumemos a ello el gran avance privatizador de las administraciones de Esperanza Aguirre y sus «ranas».
La actual presidenta de la Comunidad de Madrid, Beatriz Díaz Ayuso, difunde una serie de mensajes que, al parecer, contradicen la realidad. Al menos así se lo han aclarado desde la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública. Su representante, el Doctor Marciano Sánchez Bayle, en respuesta a una carta de esta responsable, le expone que “…tenemos que decirle que, sintiéndolo mucho, nosotros no podemos sentirnos orgullosos de Ud. ni de su gobierno, porque su práctica ha sido, antes y ahora, favorecer los negocios del sector privado a costa del deterioro del sistema sanitario público, y una gran parte de los problemas con los que ahora nos encontramos en los centros tienen su origen y su causa en unas políticas que, durante años, han adelgazado el sistema sanitario público, restándole así capacidad de respuesta en los momentos álgidos de la demanda y ante las situaciones de crisis.” (Respuesta a Ayuso)
En materia de la atención a los mayores, que tanta preocupación parece tener la dirigencia del PP, requiere otro apartado. Los sucesivos informes desde los colectivos del sector de la Dependencia venían denunciando irregularidades en la gestión de las residencias de ancianos, tanto válidos como dependientes indicaban que, el número de personas dependientes que fallecían al día era de más de 100 personas. Lo hacían sin llegar a recibir las prestaciones y servicios que la Administración ya les había reconocido. Llegaron durante 2017 a 38.000 en total. Todas esas personas formaban parte de las listas de espera en las que había a esa fecha más de 310.120 dependientes con derecho a la ayuda. Datos estos del XVIII Dictamen del Observatorio Estatal de la Dependencia. Entonces gobernaba el Partido Popular con Mariano Rajoy al frente.
Los grupos que han concentrado ese negocio siempre contaron con el beneplácito y manga ancha de las autoridades competentes. Así privó el beneficio por encima de los cuidados. Siendo el personal ocupado en tales menesteres, generalmente, de una bajísima cualificación profesional. La titulación requerida es la de Técnica Sociosanitaria, FPII de dos años de estudios. Para qué hablar de los equipos sanitarios que debían prestar el apoyo a los ciudados. En términos generales, sólo alguna enfermera como mayor respaldo. Las inspecciones a esos centros es una acción de contralor que, de haberse hecho, hubiese evitado el gran número de ancianos víctimas del virus que se aprecia hoy.
El inicio de campañas mediáticas con el claro propósito del acoso y derribo del legítimo gobierno de coalición actual, debería ser calificado como subversión al sistema democrático que lo sustenta. Puede entenderse como reacción a que la situación dejó al descubierto las hendijas por las que fluyeron los recursos públicos hacia las cuentas de resultados de los grupos gestores. Ese es el posible temor que se les presenta en estos momentos. Tal vez, porque sea el área de gobierno del Vicepresidente Segundo del Gobierno.
De allí que los ataques provenientes de los grupos mediáticos afines a estos intereses se han intensificado. Desean recuperar el poder. Temen perder el negocio. No obstante, es conveniente que reconozcan que en democracia sólo deben estar preocupadas las personas que han cometido delitos. Repitamos que el verdadero problema es el coronavirus. Sin embargo, será cuestión de determinar si las causales que han desembocado en el creciente número de víctimas, no podría haber sido menor si se hubiesen aplicado los recursos disponibles a la prevención y a la atención, en lugar de a los beneficios de los grupos privados. Eso sería imperdonable. Tal vez homicida.
Para finalizar, dejo constancia del último párrafo de la carta del Dr. Sánchez Bayle, mencionada anteriormente:
“Un último deseo Sra. Ayuso, quédese en casa, si es posible más tiempo que la cuarentena, y procure no hacer nada y hacerlo en silencio, los profesionales y la población de Madrid se lo agradeceríamos mucho. Quienes trabajamos en la Sanidad Pública no necesitamos sus buenas palabras, ya tenemos el apoyo de la ciudadanía, que, esa, con su comportamiento y su apoyo, sí que es motivo de orgullo.”
Absolutamente de acuerdo.
Según otros datos, solo ha habido menos dinero para sanidad en solo tres ejercicios, por cierto uno de esos ejercìcios coincide con la crisis del ébola. No hay memoria del comportamiento en lo del prestige, ébola y otras situaciones como el 11M,etc.. Hay que ser más objetivo y menos sectario. Nadie menciona el por qué de los recortes y obligada austeridad, cómo nos dejó económicamente el ínclito Pte.Zapatero. Como conjelo las pensiones, bajo el sueldo a los funcionarios y limitó constitucionalmente el tope de gasto. Yo no milito en ningún partido ni estoy sujeto a que mi voto sea propiedad de nadie y votar es una opción personal libre y totalmente voluntaria, muchos ciudadanos en el uso de ese derecho optan por una u otra de las ofertas. Matizo esto para que no se me encasille,yo veo, leo, oigo y escucho y,en función de eso voto. Por uno y otro lado cuecen habas y en algunos casos a calderadas. Hay que procurar ser más imparcial, más objetivo y aportar datos contrastados, pue el papel lo aguanta todo y sobre el papel todo es posible.Para terminar; si las residencias de ancianos fuesen públicas y suficientes, no habría lugar al servicio privado ni para el negocio, si los hospitales públicos fueran capaces de absorber el aumento vertiginoso de usuarios y dar un servicio ágil sin demoras en muchos casos insoportables, no habría tanta oferta de sanidad pública.
EA, ayuso vete a cagar y reza porque no aparezcan mas abuelitos fallecidos cerda manipuladora