La creación de Endesa y Compostilla I en Ponferrada

En la capital de El Bierzo, el 28 de julio de 1949 Franco inaugura la central de Compostilla, a escasos metros de la MSP, como una “muestra del resurgir de España”. En su construcción además de trabajadores asalariados se utiliza mano de obra forzada, presos políticos republicanos.

Por Alejandro Martínez

Martes. 14 de marzo de 1944. Edificio de la Presidencia del gobierno. Madrid. 18:20 horas. Comienza una reunión del Consejo de Administración del INI. Preside Juan Antonio Suanzes Fernández. Tras debatir y aprobar el “Plan Nacional de combustibles líquidos y lubricantes partiendo de materias primas nacionales” y el viaje a la Alemania nazi de una comisión de la Empresa Nacional Calvo Sotelo, se pasa a aprobar el tercer punto del orden del día: “Central Térmica de Ponferrada”.

Tras examinar los distintos estudios se da viabilidad a la iniciativa de creación de la “Central Térmica en Ponferrada y sus líneas de enlace con las provincias de Zamora y Asturias”. Proyecto que llevaba tiempo preparado.

El estudio recoge la puesta en marcha de una “gran Central Térmica que utilice las antracitas de la región leonesa, sirva de fuente de energía a industrias ya en creación –fábrica de la Empresa del Aluminio- y a otras que proyecta el Instituto en la región del Bierzo”. Y que sirva de enlace con los Saltos del Duero en Zamora y otras de Asturias y Galicia.

El acta también hace referencia al proyecto y sus dificultades. Entre ellos el suministro de agua, que afirma haber sido resuelto de forma “original y práctica”, así como el uso de los combustibles locales y las comunicaciones ferroviarias.

Se calcula que los precios del kilovatio pueden oscilar entre los 4 y los 13 céntimos, según distintas hipótesis. Las obras se presupuestan en 137 millones de pesetas. 80.553.270 corresponden al edificio y sus servicios. 3.339.100 pts. a la hidroeléctrica de la Fuente del Azufre y 53.107.630 para las líneas de enlace. Sin duda una inversión multimillonaria para las estrecheces que atraviesa la España de la época, marcada por la autarquía y el hambre de postguerra.

En la misma reunión se habló de los proyectos del Consejo Técnico de Electricidad para la instalación de centrales en Teruel, Puertollano y Puentes de García Rodríguez por parte de la Empresa Nacional “Calvo Sotelo”. En ese estudio se informa “favorablemente” sobre la ejecución del proyecto ponferradino y sus líneas de enlace y se acuerda elevar la propuesta al gobierno y redactar el Decreto. Se sientan las bases para la creación de Endesa.

Finalmente el “DECRETO de 3 de junio de 1944 sobre la central térmica de Ponferrada” se publica en el BOE del día 7. Tras una justificación que alude a los mitos franquistas más destacados y en las que se defiende por las “insuficiencias” de las fases de producción. En el apartado técnico explican que:

“Las grandes centrales eléctricas en bocamina, utilizando menudos o combustibles de inferior calidad, y establecidas en vértices fundamentales de la red eléctrica Racional, constituyen una vieja y razonada aspiración no satisfecha, que siendo indispensable en el proceso de racionalización en gran escala de la producción de energía eléctrica, vendrán a resolver al mismo tiempo una serie de problemas conexos -y, entre ellos, el más característico de la revalorización dé nuestros combustibles-, problemas que en muchos casos sólo podrán ser resueltos por la entidad que, por razón de otros montajes industriales, se encuentra en condiciones de establecer organizaciones complejas de tipo minero- transformador, obedeciendo a concepciones económicamente viables y estables.”

Lo cierto es que los menudos de la antracita venían siendo un problema en las primeras décadas de su producción en la comarca. La friabilidad del carbón y la falta de aprovechamiento hacía que se tuviesen que extraer dos toneladas por cada una que se aprovechaba. Sin embargo, el fin principal “ha de atender al importante y perentorio suministro de energía a la «Empresa Nacional del Aluminio»” que se establecería en Valladolid. Fijando así, negro sobre blanco, el papel reservado a la comarca berciana. Una economía de enclave cuyo objetivo es abastecer a otras regiones industriales y drenar riqueza hacia los bolsillos de los grandes capitalistas a través de la banca.

El mismo Decreto “encomienda al Instituto Nacional de Industria la creación de una Empresa de producción, transporte y suministro de energía eléctrica, cuya finalidad más inmediata será la de la instalación de una central termo-eléctrica en la zona de Ponferrada”.

El 18 de noviembre de ese mismo año Juan Antonio Suanzes Fernández, en representación del INI, realiza la Escritura de Constitución del INI en la notaría de Rafael López de Hario y Moya, en Madrid. Inscribe la “EMPRESA NACIONAL DE ELECTRICIDAD S.A.” con domicilio en Madrid y 137 millones de pts de capital (los mismos en los que estaba valorada la construcción de Compostilla I) y emite 10.000 acciones por valor de 5 millones de pts, que son desembolsados por el INI en la Caja Social. El primer Presidente será Esteban Terradas Ylla.

La decisión la cerró el INI en su reunión del 9 de octubre en la que acuerda crear la empresa que tiene por objetivo la “producción, transporte y suministro de energía eléctrica y como finalidad inmediata la instalación y explotación de una Central termoeléctrica en la zona de Ponferrada”.

Nuevamente Madrid. 12:30 h. 23 de noviembre. Edificio del INI. Se produce la primera reunión de la recién creada ENDESA, su presidente no puede asistir y es Mayoral, vicepresidente, quien preside la reunión. Acuerdan emprender acciones para adquirir maquinaria, terrenos, tramitar en el Ministerio de Obras públicas la concesión de agua para la refrigeración “y saltos de pié de la presa de la Fuente del Azufre y en el Ministerio de Industria y Comercio del ramal del ferrocarril minero de Villablino”. Las gestiones para la compra de las calderas las realizan con la Casa Sulzer a través del “Sr. Brandt”, su representante en España.

En la capital de El Bierzo, el 28 de julio de 1949 Franco inaugura la central de Compostilla, a escasos metros de la MSP, como una “muestra del resurgir de España”. En su construcción además de trabajadores asalariados se utiliza mano de obra forzada, presos políticos republicanos. Sus grandes chimeneas rivalizan con la basílica de la Encina, como punto más alto de la ciudad. El progreso de la industrialización, incluso a cualquier precio, compite con los edificios eclesiásticos, como una especie de fe pagana.

Los Estatutos de la recién creada Empresa Nacional de Electricidad S.A fijan su carácter de empresa pública, la prohibición expresa de que las 3 cuartas partes sean transferidas a extranjeros y el objetivo de crear una central en Ponferrada. Hoy, curiosamente, ni es pública, ni su propiedad española, ni posee centrales activas en Ponferrada.

Se el primero en comentar

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo no será publicada.




 

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.