La constitución loura

Por Tin Morín

El tío Castor tenía una hermosa vaca loura y como es propio de esos tranquilos animales la vaca pasaba la noche en paz en su establo, sin embargo mi padre decidió que aquella luna nueva era muy propicia para echar unas risas a costa del tío Castor aprovechando que no se veía uno ni las propias manos, recabó la ayuda de su amigo y compinche Guzmán que más adelante llegaría a ser su cuñado. Como ninjas enxebres le quitaron el cencerro al animal, dejaron a la vaca tranquila en el mismo sitio donde la encontraron, y tras dejar abierta la puerta del establo arrearon pueblo adelante agitando con fuerza el cencerro. El tío Castor que dormía arriba saltó como un resorte de la cama pensando que su tesoro lechero se había escapado (la casa tradicional ourensana tiene la vivienda encima del establo, y se baja a la planta baja y a la calle por una balaustrada y escalera exterior, los contenidos más valiosos de esos establos solían ser sin duda las vacas) y salió tras la vaca impostada sin vestirse siquiera, guiado ciegamente por el sonido del cencerro por las calles del pueblo y más tarde monte a través, ni por un instante se le ocurrió mirar antes en el establo… Los dos graciosillos después de un par de horas de recorrido haciendo sonar el cencerro regresaron al pueblo, con el tío Castor resollando detrás y maldiciendo con toda su alma al inocente animal; entraron sigilosamente al establo, le volvieron a colocar el cencerro a la vaca que seguía pacífica en su sitio, y se marcharon muertos de la risa a dormir. El pobre tío Castor casi mata a la vaca a palos cuando la encontró rumiando su suerte desprevenida, la vaca sobrevivió porque su mujer bajó a contener la justa (aunque equivocada) ira de mi tío que nunca supo de la pesada broma de los dos chavales, la prueba es que llegaron a adultos y yo puedo escribir estas líneas.

Nosotros tenemos una democracia loura, descansábamos tranquilos imaginándola en el establo, pero una noche oscura unos cuantos políticos le han quitado el cencerro y se han ido corriendo para gastarnos una broma pesada, aprovechando que nadie podía ver nada de lo que hacían; el cencerro de la democracia se llama elecciones, y todos los políticos lo agitan desaforadamente porque saben que la gente va a correr detrás, saben que nos han inculcado sin la menor concesión a la duda que donde suena el cencerro allí está la vaca, el truco es especialmente efectivo en la crisis, que no nos deja ver más allá de nuestras acongojadas narices. Sin embargo lo que se han llevado no es nuestra democracia, de hecho la mayoría inmensa de nosotros no sabe ni siquiera que la democracia sigue en su sitio, sin estrenar siquiera, esperando tranquila que amanezca de una vez para darnos todos sus beneficios. Lo que se han llevado los políticos actuales es un simulacro, apenas un lejano sonido de la democracia verdadera, pero nosotros, ignorando la realidad les perseguimos alocados, el miedo al desastre no nos deja la calma suficiente para comprobar si lo que agitan delante de nosotros es de verdad la democracia, simplemente les gritamos y les perseguimos por donde quieren llevarnos riéndose de nosotros, unos nos llevan por las calles de la corrupción, de los chanchullos y de los amiguetes recompensados, otros nos llevan por el monte escabroso y por caminos prácticamente abandonados hace décadas, todos felices con su ocurrencia, agitando el cencerro con fuerza.
El cencerro no es malo en sí mismo, nos ayuda en el trabajo con la vaca, tiene su función, es útil para ciertas cosas, lo malo es cuando nos engañan y nos hacen creer que el cencerro es la vaca misma, yo no creo que las vacas tengan que ir sueltas sin cencerro, simplemente vengo reclamando que le hagamos caso de una vez a la vaca en vez de correr detrás de un sonido hueco.

Nos engañan y nos hacen creer que el cencerro es la vaca misma

Lo peor de esta historia es que al volver a casa muchos reniegan de la democracia y le dan palos sin cuento a costa de todo ese tiempo que han pasado engañados por el ruido, no sospechan ni por un momento que lo que han estado persiguiendo no es la democracia, la democracia les esperaba tranquila en el mismo sitio de siempre. Lo mejor es que la mañana llegará, y nuestra vaca a pesar de los palos, cuando salga el Sol nos dará su leche.

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