Durante la Guerra Fría, la CIA reconoció el poder de la cultura para ganar corazones y mentes, financiando instituciones culturales, revistas literarias, exposiciones de arte, conferencias y eventos musicales.
Por Víctor Siles | 9/06/2025
La CIA y la Guerra Fría Cultural, escrito por la historiadora británica Frances Stonor Saunders, es una obra reveladora que destapa la intervención encubierta de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en la promoción de la cultura y las artes durante la Guerra Fría. Publicado en 1999, este libro exhaustivamente documentado expone cómo Estados Unidos utilizó la cultura como un arma ideológica para contrarrestar la influencia soviética en el ámbito global, moldeando percepciones y narrativas a través de intelectuales, artistas, escritores y músicos.
La Guerra Fría (1947-1991) no solo fue un enfrentamiento político y militar, sino también una batalla ideológica entre el bloque capitalista liderado por Estados Unidos y el bloque comunista liderado por la Unión Soviética. En este contexto, la cultura se convirtió en un campo de batalla clave. Mientras la URSS promovía el realismo socialista y una visión colectivista del arte, Estados Unidos apostó por el arte abstracto, el individualismo y la libertad creativa como emblemas de su supuesta superioridad moral e ideológica.
Saunders detalla cómo la CIA, creada en 1947, reconoció el poder de la cultura para ganar corazones y mentes. A través de operaciones encubiertas, la agencia financió y manipuló instituciones culturales, revistas literarias, exposiciones de arte, conferencias y eventos musicales para proyectar una imagen de libertad intelectual frente al socialismo soviético.
El Congreso por la Libertad Cultural
Uno de los pilares del libro es la exposición del Congreso por la Libertad Cultural (CCF, por sus siglas en inglés), una organización creada en 1950 y financiada en secreto por la CIA. El CCF operaba como una red global que patrocinaba revistas como Encounter (Reino Unido), Preuves (Francia) y Cuadernos (América Latina), además de apoyar a intelectuales prominentes como Isaiah Berlin, George Orwell y Arthur Koestler. Estas publicaciones y eventos promovían ideas anticomunistas y celebraban el liberalismo occidental.
Saunders revela cómo la CIA no solo financió estas iniciativas, sino que también intervino en la selección de contenidos, asegurándose de que las narrativas fueran favorables a los intereses estadounidenses. Por ejemplo, el arte abstracto expresionista, como el de Jackson Pollock, fue promovido como símbolo de la libertad creativa, en contraste con el arte de la URSS.
Estrategias y manipulación
El libro desglosa las tácticas de la CIA para influir en la cultura: desde financiar giras de orquestas sinfónicas hasta apoyar la publicación de obras literarias que ensalzaran los valores occidentales. Saunders también analiza cómo se cooptaron figuras clave del mundo intelectual, muchas de las cuales desconocían el origen de los fondos que recibían. Esta manipulación generó un dilema ético: ¿hasta qué punto la libertad intelectual que se promovía era genuina si estaba orquestada por una agenda política?
Un caso notable que Saunders destaca es la promoción de la novela 1984 de George Orwell. Aunque Orwell era un crítico del totalitarismo, su obra fue utilizada estratégicamente para reforzar el discurso antisoviético, a menudo distorsionando su mensaje original.
La CIA y la Guerra Fría Cultural no solo es un relato histórico, sino también una crítica al uso del poder blando (soft power) como herramienta de propaganda. Saunders plantea preguntas incómodas sobre la autonomía del arte y la integridad de los intelectuales en un mundo donde las grandes potencias manipulan la cultura para sus fines. El libro generó controversia al exponer la complicidad —consciente o inconsciente— de figuras respetadas en el mundo cultural, lo que llevó a debates sobre la ética en las artes y la política.
El estilo de Saunders combina un rigor investigativo con una narrativa accesible, apoyada en documentos desclasificados, entrevistas y archivos históricos. Su enfoque crítico, pero equilibrado, evita caer en teorías conspirativas, presentando hechos que invitan al lector a reflexionar sobre la intersección entre cultura, poder y política.
Aunque el libro se centra en la Guerra Fría, sus temas resuenan en la actualidad, en un mundo donde las narrativas culturales y los medios de comunicación siguen siendo campos de batalla para influir en la opinión pública. La obra de Saunders es una advertencia sobre cómo los gobiernos y las instituciones pueden instrumentalizar el arte y la cultura para fines políticos, a menudo a espaldas de los creadores y del público.
La CIA y la Guerra Fría Cultural es una obra imprescindible para entender cómo la cultura se convirtió en un arma estratégica durante el siglo XX. Frances Stonor Saunders ofrece un análisis profundo y bien documentado que no solo ilumina un capítulo oscuro de la historia, sino que también invita a cuestionar la independencia del arte en contextos de poder. Este libro es una lectura esencial para quienes se interesan por la historia, la política, la cultura y las complejas dinámicas de la Guerra Fría.
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