Entrevistamos al director de cine Javier Falcó, que en su película «La Caja Vacía», muestra uno de los lados más oscuros del franquismo, pero también de la transición y la democracia: los bebés robados
Por Angelo Nero
“Me pareció tan triste el día de la primera exhumación, donde estaba mi padre, que era el testigo del primer enterramiento, para indicar donde se depositó aquella cajita, y verlo ahí pendiente, con la duda que nos generaba en aquel momento, la situación de estará o no estará, y verlo después de pasar 50 años ahí delante, viendo cómo se está haciendo ese trabajo, y donde te das cuenta que te engañaron de esa forma, que te dieron una caja diciendo que estaba tu hija y enterraron una caja vacía. Y después de 50 años, ver a alguien siendo testigo de esa crueldad, es lo que te da fuerzas para seguir más fuerte, y segura de que la voy a encontrar.”
Así comienza la historia de este crimen. Una de tantas. Porque este crimen, que es también un crimen contra todos nosotros, contra la humanidad, tiene innumerables historias detrás. Algunos hablan de miles de historias, de miles de crímenes. Muchos de ellos consentidos, cuando no amparados, por el estado. El mismo estado que ha negado verdad, justicia y reparación a las víctimas. La que cuenta esta historia es María José Picó, a la que hace más de cincuenta años le arrebataron a su hermana melliza, en 1962, en la Residencia de Alicante.
El director, productor y guionista Javier Falcó, pone el foco en la historia de María José Picó, y, a través de ella, en la de miles de hombres y mujeres a los que le arrebataron hijos, hermanos en un crimen que se extendió desde el principio del golpe de estado franquista hasta bien entrada la democracia. Con el hablamos sobre “La caja vacía” y el crimen más silenciado del franquismo, de la transición y de la democracia, el de los bebés robados. ¿Qué tenía de especial la historia de María José Picó, para qué entre miles de historias similares, la eligieras como hilo conductor de tu película?
El caso de María José siempre ha sido muy mediático, entre otras cosas por ser un caso de robo de bebés de manual. En ese contexto, el fiscal que lleva su caso y ante la evidencia, no puede evitar decretar y llevar a cabo una de las primeras exhumaciones que se realizan en España y la primera en la Comunidad Valenciana. María José es el hilo conductor para simplificar el mensaje. Para tratar este tema tan complejo, me pareció más oportuno centrarme solo en un caso, ya que permite al espectador que no se pierda en diversos escenarios y se consiga así, mantener su atención durante todo el relato.
Soledad Luque, presidenta de la asociación “Todos los niños robados son también mis niños”, y también víctima del robo de su hermano mellizo, que ilustra como nadie la complejidad de este crimen, decía en una entrevista reciente a Público: “No hay película de terror que refleje el dolor de una madre al saber que le han robado a su bebé”. En cierto modo “La caja vacía” es eso, una película de terror, ¿cómo te acercaste a esta historia consiguiendo que el drama se hiciera soportable durante sesenta minutos?
Cuando María José me contó su caso, no pude quedarme impasible ante esta injusticia, y en ese momento decidí abordar este tema. Ella me facilitó los contactos que consideré necesarios para contar su historia. He querido que, sin perder la componente emocional que tiene, también fuera una especie de acta notarial. Se proporciona mucha documentación y, sobre todo, he pretendido que el relato esté avalado por especialistas. Creo que, de esta forma, nadie con un mínimo de sensatez y sentido común, puede dudar de lo que nos cuenta María José.
Quizás quien se acerque por primera vez a este crimen, le pueda parecer increíble que alguien como el psiquiatra Vallejo-Nájera pudiera formular la teoría del gen rojo, y que el estado se apoyase en este desvarío para legislar el robo de bebes. ¿Es difícil encontrar la forma de contar esta parte de la historia, sin que suene a ciencia-ficción?
Hay que situarse en el contexto histórico, en un momento en el que el nacionalcatolicismo está ejerciendo un poder absoluto, dentro de una dictadura delirante y genocida a principios del siglo pasado. Lo difícil de entender es, como es posible que los poderes públicos hayan mirado para otro lado, incluso en democracia, contribuyendo a silenciar el problema. Hasta hace poco más de 10 años, no se empezó a hablar de bebés robados.
Amnistía Internacional, cuya voz sale en la película a través del abogado Daniel Canales, presentó en marzo de 2021 el informe: “Tiempo de verdad y de justicia: Vulneraciones de Derechos Humanos en los casos de Bebés robados”, en el que, después de hacer un exhaustivo análisis, concluye que: “la respuesta institucional hasta ahora es insuficiente e inadecuada y es hora de que las autoridades tomen medidas que den respuesta a las demandas de las víctimas y que puedan garantizar su derecho a la verdad (individual y colectiva), justicia y reparación.” ¿La aprobación de la Ley de bebés robados, que está actualmente en tramitación, sería la respuesta más adecuada?
Bajo mi punto de vista, la respuesta se debió dar hace mucho tiempo. Esta ley llega muy tarde (las madres son muy mayores o han fallecido ya), pero al menos reconoce un problema que ha estado silenciado muchos años. Es necesario que sea el Estado, el que dé solución y apoyo a un problema que ha estado sufragándose exclusivamente por parte de las víctimas, cuando es el Estado el responsable del problema al permitirlo en el pasado.
“El estado democrático no ha sido todavía capaz de investigar y de resolver estos crímenes y de averiguar dónde están estos niños y donde están los culpables y ejercer contra ellos todo el peso de la justicia”, dice Soledad Luque en otra parte del documental.” Al margen de las actuaciones políticas, ¿porque la justicia española, hasta ahora, ha ido archivando los casos de bebés robados que ha sido denunciados?
Entiendo que por falta de una legislación que obligue a la justicia a actuar y a depurar responsabilidades, investigando estos crímenes. Por otro lado, no es difícil pensar en que es posible, que con esta conducta se esté protegiendo a personas con ciertos privilegios, que en el pasado hayan podido ser beneficiarios de todo esto, aunque sea de manera indirecta.
Esa justicia que el estado español ha negado a las víctimas, las ha obligado a dirigirse a la justicia universal, a través de la Querella Argentina, ¿qué recorrido ha tenido las denuncias sobre estos crímenes en la causa que lleva a cabo la jueza Servini?
No estoy al corriente del estado actual de estas denuncias, más allá de declaraciones que escucho por parte de personas involucradas en el tema y las que aporta Soledad Luque en el propio documental. Sé que el estado español, no ha facilitado toda la ayuda que se le ha requerido desde Argentina, poniendo diversas trabas jurídicas e incluso, incumpliendo acuerdos internacionales firmados en materia de derechos humanos.
La exdiputada de las Cortes Valencianas, Esther López, que también es arqueóloga, es otra de las personas involucradas en el caso de María José Picó, e incluso paralizó la exhumación de la fosa, para que esta se hiciese con garantías. ¿Cuál ha sido su papel en toda esta lucha por la verdad en el caso de los bebés robados?
Esencial, ya que personas como Esther han contribuido a visualizar este problema desde una perspectiva mucho más comprometida políticamente, y eso ha supuesto una presencia mediática avalada con la autoridad que otorga, el hecho de ser personas muy preparadas y con un rigor incuestionable.
“La caja vacía” consiguió el premio al mejor documental en el certamen DOCS ALC del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, ¿en qué otros festivales ha participado la película, y cuál ha sido la respuesta del público?
También ha conseguido una selección oficial en XII Encuentro Hispanoamericano de Cine y Video Documental Independiente de México “Contra el Silencio Todas las Voces”, en el 16 Festival Internacional de Cine Documental de Uruguay “ATLANTIDOC”, en el VIII “Festival Cinema Ciutadà Compromés de Valencia”, en la 14a Mostra Internacional De Cinema Documental De Montaverner “MON-DOC” (Valencia) y en VI edición del Festival “mujerDOC” (Festival Internacional de Cine Documental sobre Género).
La respuesta del público ha sido muy emocionante. En las distintas proyecciones a las que he acudido, se palpaba en el aire un profundo silencio, probablemente al sentirse conmovidos por esta gran injusticia. Siempre ha culminado con unos aplausos largos y sinceros. Las personas que han tenido la ocasión de trasladarme su opinión, coincidieron en que les impactó y en la mayoría de los casos, que no eran conocedores de estos hechos.
Trabajos como tu documental, o como otros referentes a tantos crímenes del franquismo y de la transición que han quedado sin Verdad, ni Justicia, ni Reparación, y que ahora se pueden ver no solo en festivales, si no en muchas plataformas digitales, ¿son las mejores herramientas que tenemos para llegar a los ciudadanos más jóvenes, que se criaron en una cultura audiovisual?
Creo que son excelentes herramientas, para llegar a un público joven que acude a red constantemente para obtener información, aunque no hay que olvidar la responsabilidad que tiene la administración en lo referente a la docencia y la educación. Estos temas deberían estar presentes en todos los temarios de los estudiantes y en las agendas ciudadanas, para que todas las personas sean conocedores de estos hechos y que no se vuelva a repetir nada parecido.
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