Si bien el estallido de la semana pasada parece mantenerse acotado y la problemática por la Línea Durand continúa sin perturbaciones, ha movilizado otros puntos que prácticamente se han permanecido fosilizados desde las rebeliones de 1947, cuando se alentó la creación de un estado pashtún.
Frente a la escalada y la cantidad de muertos que ha generado, la presión internacional logró que ambos países establecieran, a partir del jueves 16, una tregua de cuarenta y ocho horas.
La problemática fronteriza entre Pakistán e India, por Cachemira, una trampa que dejó preparada el colonialismo británico tras su retirada en 1947, podría ser comparable a otras tantas en diferentes regiones como Etiopía-Somalia, Nicaragua-Costa Rica o Serbia y Kosovo.
El alto el fuego pende solo de un suceso hasta accidental, que pueda romperlo en cualquier momento, para el reinicio de las operaciones transfronterizas.
El conato de guerra, que duró apenas cuatro días, dejando cerca de un centenar de muertos, en el que ambos se han declarado ganadores, se aproximó demasiado al punto de no retorno.
Los muchos jugadores que participan en torno al conflicto por Cachemira, y aquí la lista excede a las dos naciones e incluso a factores regionales, de un momento para otro Cachemira puede estar nuevamente en la tapa de los diarios.