Ante la insistencia de Bolsonaro en movilizar la calle para exhibir fuerza, los brasileños manifiestan gran preocupación por el uso de la violencia política
No sería de extrañar que tanto Bolsonaro como las Fuerzas Armadas, cada uno por su lado o ambos actuando en conjunto, intenten un nuevo plan desestabilizador.
tenemos que entender que Lula no es un dirigente izquierdista radical, sino un dirigente moderado que muchas veces termina cediendo contra la centroderecha y contra la clase capitalista.
Para enfrentarse a la campaña electoral brasileña, Bolsonaro ha decidido enrocarse en sus aliados más fieles. Así ha reforzado sus posiciones con los grupos religiosos, muy en especial el evangelismo y los sectores del ejército.
la CIA —y, por extensión, el establishment de Washington— no ve actualmente ningún beneficio para sus intereses en la intromisión antidemocrática del presidente Jair Bolsonaro.