bandas armadas han comenzado a operar en los campos de refugiados de Bangladesh, donde se estima hay cerca de un millón y medio de rohingyas, que secuestran a hombres y jóvenes, para trasladarlos nuevamente a Birmania, para incorporarlos en alguna de las fuerzas.
Birmania, que cuenta con una frontera con China de casi 2.200 kilómetros, compromete mucho más al gobierno de Beijing, ya que, para China, su vecino del sur es una pieza clave para el armado, la Iniciativa del Cinturón y la Ruta (BRI).
Es conocida la utilización que hace la CIA, de estos grupos religiosos, para la penetración de países del tercer mundo, que en este caso puntual no sería diferente.
La resistencia, utilizando drones, en dos oportunidades, ha conseguido vulnerar las defensas aéreas de la capital, realizando ataque más de manera simbólica que efectiva.