Infraestructuras mortales

También se responsabiliza a las Administraciones públicas  al no tomar las medidas necesarias para poner fin a todas estas muertes, mediante la aprobación de normas que obliguen a la instalación de medidas antiahogamiento a constructores, promotores y propietarios de balsas y canales. 

Por María Villaluenga.

La Plataforma Stop Ahogamientos es un proyecto, creado por particulares en el año 2021, que tiene como objetivo visibilizar y revertir el problema que suponen los puntos artificiales de agua para la fauna silvestre, que los utiliza para beber.

Estas trampas mortales son de diversas tipologías, como canales, acequias, balsas de polietileno, balsas de paredes verticales, depósitos contra incendios, pozos, aljibes, abrevaderos, sifones y otras construcciones similares, cada una de ellas con su propia problemática.

Dependiendo de la zona de España, prevalecen una u otras estructuras. En la zona de Levante, son habituales las balsas de polietileno utilizadas para almacenar agua para cultivos agrícolas de regadío. El material empleado en dichas balsas impermeables no permite que los animales que han caído en ellas puedan salir al carecer de rugosidad y ser muy resbaladizo. En el norte y centro de España, los canales suponen una red de barreras infranqueables, convirtiéndose en verdaderos sumideros de animales. La mayoría de ellos son de hormigón con paredes lisas, que carecen de rampas adecuadas que permitan salir a los animales. En Aragón, existen numerosos aljibes abandonados, secos o con agua, que se cobran la vida de miles de ejemplares de fauna de todas las especies. También en estas zonas abundan unas estructuras llamadas sifones que succionan a pequeños animales. 

En este tipo de infraestructuras de retención y conducción de agua pierden la vida todo tipo de especies, desde ejemplares de fauna catalogada «en peligro de extinción», como el lince iberico, o vulnerables, como el águila perdicera, hasta multitud de animales domésticos, como perros y gatos. Los animales más afectados en estas estructuras son mamíferos de gran tamaño, como corzos y jabalíes; mesomamíferos, como zorros y tejones, y micromamíferos, como lirón careto y otros roedores. Pero sin duda el grupo peor parado son los anfibios y reptiles, tales como lagarto ocelado y culebra de escalera, culebra viperina, sapo partero, sapo de espuelas, entre otros. También se ven afectadas multitud de especies de aves, destacando el grupo de las rapaces.

Otro grave problema es la falta de seguridad para las personas, que también mueren ahogadas en este tipo de infraestructuras. La ausencia de dispositivos de salida en infraestructuras hidráulicas causa todos los años en nuestro país la muerte de personas. Periódicamente, aparecen noticias de personas que han muerto ahogadas intentando salvar a su perro que había caído en una balsa o de niños ahogados por caídas accidentales. A pesar de estos dramáticos y repetidos hechos, sorprende que no se tomen medidas eficaces generalizadas para evitar la muerte de fauna y de personas.

Desde su creación, Stop Ahogamientos ha realizado un trabajo de visibilización, rescate, asesoramiento, así como recopilar información sobre ahogamientos, problemáticas, legislación actual y posibles soluciones.

Existen leyes estatales que inciden en la necesidad de garantizar la conservación de la fauna, muchas veces derivadas o transpuestas de instrumentos internacionales, y que establecen obligaciones legales de prevención y evitación de daños medioambientales, como es el riesgo de ahogamiento de fauna: 

  • El cumplimiento de estas obligaciones de prevención y evitación de daños ambientales, por expresa disposición legal, debe ser asumido por quienes generen esas actividades de riesgo, con responsabilidad conforme al principio «quien contamina paga», según se establece en el artículo 191.2 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europa y en el artículo 8.1 de la Directiva 2004/35/CE de Responsabilidad Medioambiental, 
  • la cual se traspone al derecho español mediante la aprobación de la Ley 26/2007 de Responsabilidad Medioambiental, donde se establece la obligación de asumir los costes ambientales por parte del operador económico y profesional con base en el principio «quien contamina paga». En el artículo 17 de la Ley 26/2007, de 23 de octubre, de Responsabilidad Medioambiental, se establece que, ante una amenaza inminente de daños medioambientales, tiene el deber de adoptar sin demora y sin necesidad de advertencia, de requerimiento o de acto administrativo previo las medidas preventivas apropiadas. Asimismo, cuando se hayan producido daños medioambientales, tiene el deber de adoptar sin demora y sin necesidad de requerimiento las medidas apropiadas de evitación de nuevos daños.

Teniendo en cuenta estas normativas, las muertes en puntos artificiales de agua no se pueden considerar accidentes o casos fortuitos, ya que son perfectamente predecibles. También son evitables si se dota a estas infraestructuras de dispositivos de salida para la fauna. Por tanto, la Plataforma considera que son responsables de estas muertes los titulares de estas infraestructuras, tanto entidades públicas gestoras de canales, depósitos contra incendios, etc. así como propietarios particulares de balsas de riego, acequias y demás construcciones de este tipo. También se responsabiliza a las Administraciones públicas del Estado y de las CC. AA. al no tomar las medidas necesarias para poner fin a todas estas muertes, mediante la aprobación de normas que obliguen a la instalación de medidas antiahogamiento a constructores, promotores y propietarios de balsas y canales. 

Por este motivo, la Plataforma Stop Ahogamientos ha denunciado esta situación ante la Unidad de Medio Ambiente y Urbanismo de la Fiscalía General del Estado, acreditando pruebas de numerosos casos a lo largo del territorio español.

En el texto presentado a la Fiscalía, también se proponen medidas de prevención y evitación de daños por ahogamientos y atrapamientos en balsas, piscinas, aljibes, canales y otras infraestructuras hidráulicas, con agua o sin ella, consistentes, además del vallado perimetral, en el establecimiento de un sistema de escape adecuado, según el tipo de infraestructura, dispuesto y sujeto de tal manera que cualquier animal o persona que acceda a ellas, voluntaria o accidentalmente, pueda salir fácilmente de la misma sin riesgo de resbalar o de quedar atrapado por cualquier otra circunstancia. Además, se debe tender a naturalizar los puntos de agua artificiales, de modo que supongan reservorios para la biodiversidad. Dichos dispositivos deben homologarse, adecuándose a cada estructura y servir para todas las especies de animales. Deben ser diseñados por equipos multidisciplinares que conozcan la problemática de los animales y sus necesidades.

Este es un tema que debe visibilizarse y tomarse en serio, porque las muertes que se producen por este motivo son totalmente evitables.

Arañazos en las paredes interiores de una balsa sin mecanismos de salida para la fauna
Corzos ahogados en el canal del Turia

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