El Parlamento de Indonesia aprobó una reforma de su código penal en la que se criminaliza la ideología comunista.
Por Oriol Sabata
Aquellas personas que militen en organizaciones marxistas-leninistas podrían enfrentar hasta 10 años de cárcel, mientras que quienes promocionen el comunismo podrían ser condenadas a 4 años.
Indonesia es un país en el que desde hace décadas se ha institucionalizado el anticomunismo.
En 1965, bajo la dictadura de Suharto y con el apoyo de Estados Unidos, el país fue escenario de una purga masiva y sistemática de comunistas y militantes de izquierda en general. Un genocidio en el que el régimen asesinó a un millón de personas y donde el Partido Comunista de Indonesia (PKI) fue prohibido y desmantelado por completo.
En 2017, con la desclasificación de documentos secretos, se confirmó que Estados Unidos conocía la persecución política y los asesinatos masivos de comunistas y progresistas que el régimen de Suharto estaba llevando a cabo.
En el marco de la Guerra Fría, la Casa Blanca no solo guardó silencio ante estos crímenes sinó que apoyó activamente a las Fuerzas Armadas de Indonesia en esta matanza hasta el punto de proveer listas con nombres dr los militantes y simpatizantes del Partido Comunista.
Cabe destacar que antes del genocidio, el PKI era la organización comunista más grande del mundo. Su creciente influencia incomodaba a sectores islamistas, nacionalistas y al imperialismo estadounidense.
Se el primero en comentar