Incontrolados en la Semana Pro Amnistía de 1977

No deja de ser una trágica ironía que 46 años después de que por Bilbao estos grupos paramilitares camparan a sus anchas, uno de los integrantes de estas bandas fascistas, Carlos García Juliá pretendiera liderar la candidatura de Falange Española a la alcaldía bilbaína

Por Angelo Nero

En artículos anteriores recordamos a las víctimas de la Semana Pro Amnistía de 1977, a Rafael Gómez Jauregi, veterano militante de ANV y de ELA-STV, abatido por la guardia civil, el 12 de mayo, en Renteria; a José Luis Cano Pérez, de 28 años, asesinado por la policía armada el 13, a las puertas de un bar, en Iruña; a Clemente del Caño Ibáñez, arrollado ese mismo día cuando era obligado por la guardia civil a levantar una barricada; a Manuel Fuentes Mesa, de 30 años, asesinado por la guardia civil cuando salía de cenar con unos amigos, en Ortuella; a Luis Santamaría Miquelena, de 78, que murió el 14 de mayo de un infarto en Iruña cuando una pelota de goma impactó en su balcón; a Francisco Javier Núñez Fernández, de Bilbao, que fue agredido el día 15 de mayo por la policía, y dos días después, cuando fue a denunciar estos hechos, fue nuevamente golpeado y obligado a ingerir una mezcla de coñac y aceite de ricino, por lo que falleció poco después; y a Gregorio Marichalar Ayestarán, al que una bala le alcanzó mientras estaba en su casa de Renteria, y que fallecería al mes siguiente. Un trágico balance para un pueblo que demandaba una Amnistía para los presos políticos, y que fue burlado con una ley que, realmente, amnistiaba todos los delitos cometidos por la dictadura franquista, que, a día de hoy, sigue sin posibilidad de ser juzgada.

A raíz de la reacción causada por estas muertes, citábamos en un artículo reciente la crónica escrita por Jesús Cebreiro, el que sería director de El País, y fechada en los últimos días de la Semana Pro Amnistía, titulada, “Violencia inusitada en Bilbao”, de la que reproducimos una parte. En la parte final de la crónica, que me parece interesante reseñar, se señala la actuación de varios incontrolados, esto es, de grupos paramilitares de naturaleza fascista que actuaban en complicidad manifiesta con las fuerzas de orden público, y que, por lo tanto, disfrutaban tanto como estas de la impunidad sus actuaciones:

Empezaba así un domingo extremadamente violento en Bilbao. La mecha saltaba nuevamente en el barrio de Deusto hacia las once y media de la mañana. Una barricada con autobuses cortaba el tráfico en la avenida del Ejército, y en el puente sobre la ría. Pelotas y bombas de humo se cruzaban con piedras arrojadas por los manifestantes a ambos lados de la barricada. Zabálburu registraba también encuentros de gran violencia, con una barricada interrumpiendo el tráfico en el puente de Cantalojas. Los dos bandos empleaban las armas ya descritas en la zona de Deusto. En esta ocasión, un incontrolado sembró el pánico con disparos de pistola. Ha sido descrito como un hombre de unos cuarenta años, corpulento, y cara congestionada. Mientras los manifestantes cerraban materialmente el acceso a la zona de Licenciado Pozas y Doctor Areilza, la Policía Armada ocupaba con gran despliegue de fuerzas la zona de La Casilla, donde fueron hostigados repetidamente por los habitantes de Recaldeberri. Las fuerzas del orden estaban prácticamente aisladas mediante barricadas. Una de éstas, con troncos y neumáticos, ardía en pompa impidiendo el paso de la fuerza pública hacia la avenida de José Antonio. En esta zona la Guardia Civil hizo ademán de disparar desde dos jeeps.

En el transcurso de los enfrentamientos ocurridos en Bilbao, se ha detectado la presencia de varios de los denominados comandos incontrolados. Uno de éstos actuó con absoluta impunidad, sobre las tres de la madrugada del domingo, en el Restop de la autopista, a la altura de Amorebieta. Unos diez jóvenes, que acababan de celebrar una cena de empresa, fueron amenazados por seis personas, tres de las cuales mostraron que llevaban pistolas.

Después de pegarles patadas y golpearles con las culatas, les ordenaron tumbarse en el suelo y, mientras, disparaban a ras de la barra. A dos que se escondieron en los aseos les amenazaron con matarles si no salían. Al encargado del bar le dispararon, asimismo, por encima de la cabeza, incrustándose la bala en la pared. Tras insultarles repetidamente y darles patadas contra el suelos, los jóvenes, aterrorizados, pudieron escapar hacia sus coches.

No deja de ser una trágica ironía que 46 años después de que por Bilbao estos grupos paramilitares camparan a sus anchas, uno de los integrantes de estas bandas fascistas, Carlos García Juliá, condenado a casi doscientos años de cárcel por asesinar, en enero de ese mismo año, 1977, a los abogados Enrique Valdelvira, Luis Javier Benavides, Francisco Javier Sauquillo, Serafín Holgado y Ángel Rodríguez Leal, en el despacho laboralista de la calle Atocha, en Madrid, pretendiera liderar la candidatura de Falange Española a la alcaldía bilbaína, aunque finalmente la Junta Electoral rechazó la candidatura por irregularidades en sus listas.

En Donosti, la Falange ha presentado a Martín Sáez de Ynestrillas, hermano del también ultraderechista Ricardo Sáez de Ynestrillas, quien fue detenido y procesado por presunta implicación en el asesinato del parlamentario abertzale Josu Muguruza. Martín fue detenido el pasado 24 de abril por disturbios públicos, durante la exhumación del fundador de la Falange, José Primo de Rivera, del Valle de Cuelgamuros.

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