Normalizar la barbarie de este desorden económico, político, social y ecológico sería una rendición de tal magnitud como lo sería aceptar que todos nuestros futuros deseos de año nuevo se encontraran en uno solo: un orwelliano e infinito.
Por Roberto Santos ¿Por qué algo que es tan fabuloso y ventajoso se negocia en secreto y no en público de forma que todas sus bondades sean conocidas por todos?
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