«Hubo un acuerdo entre EEUU y los talibanes en el emirato terrorista de Qatar»

José Antonio Egido es licenciado en Ciencia Política y Sociología por la Universidad del País Vasco y Doctor en Sociología por la Université de Provence, en Marsella, Francia, y ha ejercido en universidades de China y Venezuela.

Arnaldo Pérez Guerra

Originario de San Sebastián, en el País Vasco, el analista y académico José Antonio Egido es licenciado en Ciencia Política y Sociología por la Universidad del País Vasco y Doctor en Sociología por la Université de Provence, en Marsella, Francia, y ha ejercido en universidades de China y Venezuela. Además, es autor de una veintena de libros y trabajos de investigación centrados en la geopolítica, donde es un experto.

Residió en China y, por largo tiempo, en Venezuela, impartiendo clases en la Universidad de Chángchūn, en el país asiático, y en la Universidad Central de Venezuela, la Universidad Latinoamericana y del Caribe, y el Instituto de Altos Estudios Diplomáticos “Pedro Gual”, en Caracas.

Desde hace años José Antonio Egido colabora en medios de prensa audiovisual y escritos contrahegemónicos.

¿Qué ocurre hoy en Afganistán? ¿Es posible pensar que Estados Unidos prefiere un “caos controlado” en ese país para, de alguna manera, atacar a Rusia, China e Irán?

De Afganistán cada día se saben cosas distintas. La humanidad no sabía lo que estaba pasando en Afganistán, de manera que la evaluación es compleja, y se necesita tiempo. No hay nadie que tenga, por más fuerzas de inteligencia que controle, un diagnóstico claro sobre lo que pasa allí.

Es posible el ‘caos controlado’, porque veinte años es mucho tiempo para que los Estados Unidos no tengan muchos planes y escenarios distintos.

Hay un acuerdo no conocido entre la administración Trump y los talibanes, en el Emirato ‘terrorista’ de Qatar. Biden está diciendo que el ‘acuerdo’ es que ‘los talibanes no atacarían a los Estados Unidos’, y ‘atacarían a otras fuerzas’, pero aún no se sabe a cuáles fuerzas.

Hace poco un compañero de Telesur rechazaba que cuestionase la real retirada de las tropas norteamericanas de Afganistán porque, según él, la ‘prensa mundial’ lo afirmaba sin reservas… Me sorprendió que un periodista de un canal creado para criticar el hegemonismo informativo de los medios del sistema hegemónico se apoyase en la ‘unanimidad’ de dicha prensa.

Hoy, hasta los principales líderes del mundo imperialista: Ángela Merkel, Josep Borrell, la ministra española de ‘defensa’ -entre otros-, reconocen que ‘Occidente’ (es decir el orden político de la oligarquía financiera que ellos administran), ‘ha fracasado en Afganistán’.

¿Será correcta la metodología de análisis de dar por bueno que los mismos enemigos reconozcan su fracaso y salir a la calle tirando cohetes de alegría esperando sentados que las fuerzas democráticas irrumpan en los centros de poder de Washington, Londres, Bruselas, Madrid, París y Berlín?

Si aplicamos la lógica formal elemental y superficial, eso parece. Sin embargo, si observamos otros indicadores no parece que seguir a la gran prensa y alegrarnos del lloriqueo de los altos dirigentes sea la única manera de saber lo que está pasando.

Veamos: en los días 24 y 25 de agosto el director máximo de la CIA, William Burns, se reúne nada menos que en Kabul con la dirección, o tal vez una fracción de la misma (toda la información disponible es difícil de confirmar), del grupo ‘terrorista’ (oficialmente reconocido como tal por Rusia y otros países) ‘Talibán’, al parecer para coordinar la retirada de miles de los diplomáticos, agentes y empleados occidentales y de sus cipayos locales. ¿Sólo para eso? Ya el viejo subordinado de Washington Borrell, jefe de la acción exterior de la Unión Europea, ha afirmado que no se puede dejar que ese desdichado país centro-asiático pase bajo la influencia de Rusia y China.

¿De qué más han hablado el jefe de los espías y estos terroristas? ¿Tal vez de mantener bases secretas norteamericanas a cambio de seguir financiando a la elite ultraderechista local como han hecho en los últimos ya no 20 sino 40 años, desde 1979 lo que ha llevado al caos a este país? ¿De que estos nuevos amos de Kabul presten algún tipo de ‘servicios’ a la CIA a cambio de alguna contraprestación?.

Recordemos dos datos más. Primero, en el llamado ‘gobierno de transición’ entre talibanes y títeres pro-norteamericanos se sienta uno de los genocidas anticomunistas más siniestros de todo el planeta: Gulbudin Hekmatiar, líder de la rama local de los ‘Hermanos Musulmanes’ al que reprochan, entre muchos otros crímenes, el asesinato de 50.000 personas cuando tomó Kabul en abril de 1992. Segundo, ya los tali-terroristas están negociando en el Valle de Panshir con el hijo de otro viejo agente de la CIA, Massud, liquidado por otros amigos de la CIA, Al Qaeda -del saudí Bin Laden-.

Seguramente su objetivo es enterrar sus aparentes diferencias para consolidar el poder islamo-fascista bajo hegemonía tali-terrorista. No está feliz el Irán vecino con el hundimiento de la administración colonial gringa allí. El Jeque pro Líder de la Revolución islámica, Abdul Karim Paz, reconoce que el Islam que propugnan estos tali-bandidos es ‘muy aberrante’. Tomamos la palabra a los cabecillas imperialistas: su sistema ha fracasado en toda la Humanidad, es inhumano y bárbaro. Añadimos la obviedad que sólo sirve para enriquecer a los grandes accionistas y ejecutivos del complejo militar industrial, las grandes multinacionales petroleras y el resto de los monopolios capitalistas.

Sería bueno preparar expertos competentes en geopolítica formados en el materialismo dialéctico, la base filosófica para adentrarse en el contradictorio caos en el que nos sumerge el decadente modo de producción capitalista en su fase imperialista.

Siria sigue su lucha contra el terrorismo financiado por EEUU, Arabia Saudita e Israel, entre otros. ¿Qué situación enfrenta hoy Siria? ¿Por qué es tan importante lo que ocurre en esa nación?

En Siria, a diferencia de Afganistán, hay una derrota militar de la táctica de agresión diseñada por los Estados Unidos, los países de la OTAN, Israel, las monarquías del Golfo, y Turquía, desde hace años. Los objetivos militares no fueron alcanzados en derribar la República Árabe Siria, asesinar al presidente Bashar al-Ássad y destruir al partido Baaz Árabe Socialista.

Siria sigue resistiendo, pero lamentablemente hay dos o tres provincias que están total o parcialmente controladas por Turquía y sus fuerzas terroristas, o por los Estados Unidos y sus fuerzas mercenarias kurdas. Es fundamental lo que pasa en Siria porque a diferencia de Afganistán, de Libia, de Iraq, de Panamá, de Granada… no pudieron destruirla.

Estados Unidos, en nombre de la ayuda humanitaria a Siria, lleva a cabo operaciones para instaurar un emirato neocolonial. El canciller de Siria, Faisal al-Miqdad, ha denunciado que el mecanismo de ayuda transfronteriza de Estados Unidos al país árabe es pura hipocresía y busca ayudar al terrorismo para prolongar la actual crisis que vive Siria. Esta presencia, esta operación siniestra norteamericana busca, por medios supuestamente pacíficos, pero igual de criminales, destruir la República Árabe Siria, eliminar al presidente sirio, y a su gobierno, e instaurar un emirato neocolonial que destruya el país.

El gobierno de Estados Unidos, presidido por Joe Biden, sigue la misma senda del expresidente estadounidense Donald Trump de ‘debilitar’ a Damasco, pues, Siria es un país ‘independiente, antimperialista y antisionista’. Las medidas coercitivas de Washington contra Damasco, como las sanciones, entre otras, buscan impedir la reconstrucción de Siria, un país que sufre, desde hace mucho tiempo, el terrorismo, el extremismo.

Pero pase lo que pase, las fuerzas de Estados Unidos en Siria serán expulsadas a patadas por el pueblo sirio y por sus aliados. El excelente canciller sirio Mekdad, un baasista de línea antimperialista, antiguo miembro del Partido Comunista, exige la salida inmediata de los militares norteamericanos del noreste de Siria que respaldan a los kurdos mercenarios de YPD-SDF. Saldrán antes o después.

¿Cuál es su opinión de lo que sucede actualmente en El Líbano y Palestina?

Palestina es una nación o una parte de una nación árabe desmembrada, fruto de la política de agresión israelí, pero también de la política muy equivocada de las dos fracciones mayoritarias del pueblo palestino, que son la nacionalista burguesa de Al-Fatah, abiertamente pro norteamericana, y la integrista, realmente terrorista y traidora a la nación árabe, que es Harakat al-Muqáwama al-Islamiya, Hamás.

Lo de Palestina no tiene solución mientras la nación árabe no se una, y mientras el imperialismo siga apoyando a Israel…

Y El Líbano es un país fallido, creado por Francia para destruir y debilitar al estado Sirio, y que ahora está sufriendo una muy grande crisis económica, unida a una tremenda crisis política.

La creación del Estado sionista de Israel con su secuela interminable de injusticia, violencia y perversidad es la obra del imperialismo británico y francés con el equivocado apoyo puntual de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, del que se resarció apoyando consecuentemente la Revolución árabe de liberación nacional. Los Estados Unidos lo sostienen. A los causantes les tocará resolver la tragedia sin fin.

El pueblo palestino tiene derecho a resistir la agresión israelí pero para ir a una negociación honesta que le dé derechos nacionales, ojalá en federación con la Gran Siria a la que pertenece: Siria, El Líbano y Jordania… Paz, seguridad y garantía de no agresión de una entidad israelí depurada del agresivo racismo sionista y no apoyada incondicionalmente por las potencias imperialistas que mediante la declaración Balfour y el acuerdo Sykes-Picott crearon Israel.

Además de condenar los ataques israelíes continuos desde hace lustros contra la franja de Gaza expreso mi falta de solidaridad con la línea política de la filial palestina de la agrupación terrorista ‘Hermanos Musulmanes’ instalada en Gaza por el Shinbet israelí para dividir al pueblo palestino. Hamás es traidora a Siria, y enemiga de la izquierda palestina.

¿Cuál es su visión sobre lo que sucede hoy en Yemen y la lucha de Ansarolá?

Ansarolá es la opción iraní, pero representa a la feudalidad que dirigió el Yemen del Norte, cuando era una monarquía. Representa un proyecto civilizacional feudal, atrasado y bastante reaccionario, pero también encarna elementos de soberanía que no gustan a Arabia Saudí ni a los Estados Unidos.

Yemen está destruido y multidividido, y sin capacidad para imponer sus condiciones. Yemen como fuerza revolucionaria que fue no existe ya, sobre todo a partir del año ’90, cuando el Partido Socialista Yemení se ‘suicidó’ y entregó el país.

Ya van seis años de la inmunda, catastrófica y horrible guerra saudí/emiratí/norteamericana contra el pueblo de Yemen, su población civil y en particular su infancia en medio del silencio cínico del mundo occidental, los vendedores de armas y los cómplices de los agresores reaccionarios.

En Yemen hay una guerra absolutamente indescriptible que inicialmente toma la forma de una guerra civil, puesto que lo que era el antiguo Yemen del Norte se dividió entre el partido Ansarolá, un partido de religión chií zaidí, y una parte del gobierno es apoyada por los saudíes. Los saudíes crean una coalición con los Emiratos Árabes y varios países comprados con dinero saudí, y se produce una intervención apoyada por Estados Unidos con la excusa de que supuestamente Ansarolá y el ejército yemení es apoyado por Irán.

De hecho es una guerra que cada vez ha tomado más la forma de una guerra de liberación entre el pueblo yemení agrupado en torno al ejército y a Ansarolá, y los agresores saudíes, porque, además, se han dividido los agresores. Los Emiratos Árabes Unidos han pasado a apoyar a los separatistas de Yemen de Sur que son lejanos herederos de la antigua república revolucionaria que desapareció el año ‘90, República Democrática y Popular de Yemen, pero lo que hay que destacar es el carácter horrible de esa guerra, la incapacidad que tienen los saudíes a pesar de todo el respaldo occidental de destruir al Partido Ansarolá y al ejército yemení, y lo que está sufriendo extraordinariamente la población civil, en particular los niños, por la política saudí de bombardear a la población civil, de destruir las escuelas, impedir el acceso de alimentos, es una crisis humanitaria, la más horrible que hay en el mundo sin la menor duda.

Los Estados Unidos antes de Trump, con Trump y después de Trump han estado apoyando a los agresores saudíes y emiratíes, han estado vendiendo armas… También España ha estado vendiendo armas. Hay empresas de armas vascas que se han enriquecido con este crimen de guerra y crimen contra la humanidad que es la guerra contra Yemen.

Ahora, de manera más o menos sorpresiva Biden que trata de alejarse del príncipe Bin Salman, que es probablemente el responsable saudí de esta guerra. Ha dicho que se ‘retira’. No está claro que se vaya a retirar, pero ha tomado una cierta distancia sobre todo por la incapacidad que tienen los saudíes de destruir a los insurgentes hutíes, y la capacidad yemení de defenderse y destruir, desmantelar y golpear el entramado petrolero y petroquímico de los saudíes. Las instalaciones de la empresa saudí Aramco han recibido varios golpes yemeníes muy certeros, y eso afecta al tráfico mundial de petróleo.

Realmente lo que pasa en Yemen es de las cosas más horribles o la más horrible del mundo. Hace ya tres o cuatro años una instancia de las Naciones Unidas, que vela por los intereses de los niños, afirmó que ‘Arabia Saudí, el régimen saudí es un agresor y un responsable de la muerte de los niños yemeníes por su política de agresión contra la población civil.

Entonces, los saudíes ‘chantajearon’ a las Naciones Unidas, de que ‘se retiraban’ y ‘retiraban su financiación’, si no sacaban a Arabia Saudí y su régimen de esa lista de criminales contra los niños, y las Naciones Unidas aceptaron el chantaje y sacaron a los saudíes que han seguido impunemente agrediendo a la infancia yemení con el respaldo completo, por supuesto, de los occidentales, de Israel, de las otras monarquías del Golfo Pérsico, algo que realmente avergüenza a la humanidad.

Superando las dificultades el pueblo yemení se aferra a la defensa de su independencia nacional y le inflige certeros golpes a la monarquía saudí, aunque tiene capacidades militares teóricamente muy inferiores a los saudíes que son provistos de las armas más modernas por los Estados Unidos, los españoles, los franceses, los ingleses, y otros, que hacen grandes negocios con la sangre del pueblo yemení…

Aun así y todo la dignidad del pueblo yemení está humillando al régimen saudí y a los occidentales, llevando la guerra a un callejón sin salida desde el punto de vista del objetivo saudí/emiratí/norteamericano, que es implantar un república colonial en Yemen. Eso no ha sido posible gracias a la resistencia increíble del pueblo yemení, que está en alpargatas y descalzo, pero también con drones y misiles, y mucha capacidad para golpear al régimen saudí.

Cuba y Venezuela enfrentan un bloqueo genocida que, sin embargo, no ha podido doblegarles…

Están enfrentado el bloqueo y el embargo, lo mismo que la República Popular Democrática de Corea, la República Islámica de Irán, y algunos otros países. Considero muy destacadas las resistencias de la República Bolivariana de Venezuela y de la República de Cuba.

Cuba está sufriendo un ataque muy fuerte. Son cosas muy evidentes.

En el verano de 1980, la noticia ampliamente difundida por los ‘media’ era que miles de ciudadanos cubanos se refugiaban en embajadas de La Habana. Noticia que, junto a las movilizaciones del aparente ‘sindicato obrero Solidarnosc’, dirigido por el hijo de un terrateniente reaccionario, Lech Walesa -por cierto, apoyado por Ignacio Ramonet-, contra el socialismo polaco, ambientaba la campaña anticomunista mundial. La realidad era que una pequeña parte lumpenizada de la sociedad cubana escapaba del sistema de ‘libertad colectiva’ porque prefería delinquir en el sistema de la ‘libertad individual’ estadounidense. Miles de aquellos falsos ‘opositores’ terminaron en cárceles gringas por cometer delitos comunes. Cuba se depuró de su parte podrida y salió reforzada.

De no haber sido por el dirigente ruso Gorbachov aún la clase trabajadora de Polonia seguiría probablemente en el poder, como lo señalaba el filósofo polaco Adam Schaff. Luego, en verano de 1994 miles de personas en La Habana protestaron airada y violentamente contra las privaciones del ‘Periodo Especial’ impuesto por la acción conjunta del ya reconocido agente de la CIA, el dictador ruso Boris Yeltsin, que cortó todo suministro de petróleo a la isla y del endurecimiento norteamericano de las sanciones.

El Comandante Fidel Castro, apoyándose en la amplia mayoría del pueblo cubano educado en el patriotismo revolucionario por él mismo y el Partido de vanguardia en el poder, calmó a los alzados con su palabra y el respeto que inspiraba hasta en los peores contrarrevolucionarios.

En el verano de 2021, cientos de individuos organizados por ONGs marionetas de los organismos de inteligencia norteamericanos como la Fundación Payá, piden ‘libertad’, es decir, regreso al capitalismo neocolonial atrasado. Se apoyan en la dificultad creada por la acción combinada de la pandemia, la falta de turismo y el agravamiento de las sanciones impuestas por la administración Trump y mantenidas por la de Biden.

No hay más dificultad que en los ‘90, el Partido se ha reforzado tras su Congreso, nuevos dirigentes educados por la generación histórica asumen las riendas y América Latina se prepara para una nueva oleada antimperialista seguramente más radical que la anterior en torno al bloque ALBA, el Foro de Sao Paulo y, en parte, el Grupo de Puebla.

La élite imperialista sabe que, para consolidar su hegemonía en la región, extraer materias primas y recursos naturales baratos, explotar su mano de obra, colocar su mercancía, mantener en el poder a la burguesía compradore (servil), preservar su divisa, asegurar su superioridad tecnológica, frenar la irrupción benéfica de Rusia, China e Irán e imponer su cultura y valores debe prioritariamente destruir el Partido Comunista de Cuba, núcleo vertebrador del original, propio, democrático, participativo, patriota y profundamente humano sistema socio-político de la Isla. Sistema que ofrece sus ventajas a los ojos de unos pueblos latinoamericanos asqueados del injusto, ineficaz, violento, explotador y corrupto modelo político norteamericano que les han impuesto en el siglo XX. No pudieron en 1980 ni en 1994. No podrán en 2021.

El Pueblo cubano cierra filas en torno a su Partido y gobierno. América Latina y la Humanidad avanzada apoyan a Cuba para ayudarla a resistir en la conciencia del relevante rol que va a jugar en la época que viene este verdadero corazón del humanismo y de la democracia popular. Saldrán, saldremos, reforzados.

Obviamente no hay nada casual en el ‘estallido de la protesta’ (como dicen ‘los medias’ del régimen imperialista) dentro de Cuba socialista. Es el fruto de una larga y concienzuda tarea de preparación, planificación, organización y puesta en marcha por parte de varias agencias especializadas de los Estados Unidos respaldadas seguramente por sus homólogas españolas, canadienses, francesas, británicas y colombianas.

Se desatan en julio de 2021 porque los centros decisores han acordado que es el momento propicio de arremeter contra un elemento estratégico y otro táctico, ambos peligrosos para los intereses imperialistas en la región latinoamericano caribeña, el Tercer Mundo y el Mundo en su totalidad:

Elemento uno: destruir el modelo político democrático revolucionario no liberal-capitalista que rige en Cuba. Asegura la combinación entre la más amplia participación política de las masas que gozan de sus derechos políticos, civiles y sociales incluyendo la elección de sus representantes, la critica a sus autoridades y la defensa de sus intereses inmediatos y la hegemonía de la fuerza política nacional, patriótica, antimperialista y socialista que es el Partido Comunista de Cuba ampliamente respaldado por el pueblo.

Y elemento dos: contener la llegada de una nueva oleada revolucionaria anti-imperialista en la región enfilada contra el hegemonismo imperialista expresada en la victoria popular en Bolivia y el castigo a sus golpistas pro-norteamericanos, la victoria electoral de la izquierda en Perú, la consolidación de dos gobiernos de línea independiente en dos importantes países regionales: México y Argentina, la resistencia eficaz de Nicaragua y Venezuela, la continuación de la intensa lucha de masas contra el régimen criminal colombiano y las expectativas electorales favorables a la izquierda en el gigante Brasil, Chile, Honduras y la propia Colombia.

Esta oleada tiene, como lo tienen todos los movimientos antimperialistas regionales desde hace 60 años, su epicentro simbólico, moral e ideológico en Cuba y su núcleo dirigente el Partido Comunista al frente del Foro de Sao Paulo, el bloque ALBA y el CARICOM en compañías de otros países y partidos revolucionarios hermanos.

Por el otro lado, esta operación de la CIA tiene un carácter preventivo para frenar los cambios políticos radicales que hemos dicho están en marcha en América Latina que tienen todo el aspecto de ser más radicales de los de la primera oleada progresista (1998-2013), y que enterrarán para siempre la influencia norteamericana para abrir las puertas a relaciones más provechosas para esos pueblos con Rusia, China, Irán, Belarús, India, Turquía, Península coreana, África y otras regiones del planeta. Erradicar la ‘pesadilla’ cubana es el viejo anhelo nunca cumplido por sucesivas administraciones norteamericanas desde 1959. Piensan: ‘ahora o nunca.

Cuba es una democracia revolucionaria de amplia participación popular y partido dirigente único como pasa hoy en Vietnam, Laos y Corea RPD. Y lo seguirá siendo mal que le pese al bandidaje internacional.

Acusan a Cuba de ‘violar los derechos humanos’ por no ser una republiqueta bananera neocolonial basada en la alternancia rutinaria de dos partidos corruptos como ha pasado en sus ex colonias como Venezuela y México.

¿Cómo ve las perspectivas de América Latina?

Los centros de inteligencia imperialistas conspiran contra los gobiernos de México, Venezuela, Nicaragua, Cuba y Bolivia. Intentarán hundir el nuevo gobierno peruano. Destruir las candidaturas presidenciales democráticas de Brasil, Chile y Colombia y la oposición correísta en Ecuador. Saben que si se consolida un eje independiente México-Brasil-Argentina la región construirá un escudo protector para el bloque de países del ALBA, el renacimiento de UNASUR, el reforzamiento del BRICS y la inclusión con fuerza de la región latinoamericana en el ‘Concierto de las Naciones’ dejando de ser terreno de caza de multinacionales, narcotraficantes y golpistas. Se hará realidad el sueño de Bolívar, San Martín, Sandino, Martí, Fidel y Chávez. Los pueblos y sus vanguardias revolucionarias y democráticas han aprendido muchas lecciones del periodo que va de 1999 (cuando Chávez inicia la nueva era) a 2019. Han evaluado los errores cometidos como descuidar la formación ideología de las masas como decía Frei Betto y la politización patriota de los militares como en Bolivia, Brasil o Ecuador o el insuficiente fortalecimiento e integración económicos. La victoria latinoamericana aportará a la Humanidad el debilitamiento del poder destructivo del imperialismo.

La resistencia de los pueblos escribe episodios épicos: Cuando el presidente Maduro habló personalmente con los humildes guardias nacionales que enfrentaban a la horda contrarrevolucionaria en 2017; cuando los dirigentes de la Revolución se pusieron en primera línea a defender el Puente Tienditas en 2019; cuando las masas obreras bolivianas soportaron masacres en 2019 hasta recuperar el poder presidencial; cuando los pescadores de Chuao capturaron a los mercenarios en 2020; cuando Lula llamó desde su cárcel a resistir; cuando las masas colombianas se han levantado en 2019 y 2021 contra el régimen fascista; cuando las masas peruanas han defendido en la calle su voto en 2021; cuando el presidente Díaz-Canel se pone al frente en San Antonio de los Baños en 2021… Sus cuadros son asesinados, como el diputado Robert Serra, el capitán José Guillén Araque, la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, o Berta Cáceres en Honduras, o el dirigente del partido legal FARC Wilson Saavedra, o el Comandante Santrich, o el militante sandinista Francisco Arauz, o el presidente haitiano Moise.

Cada vez está más claro para las vanguardias esclarecidas revolucionarias y patrióticas que el sistema pluripartidista liberal a la occidental con supuestas ‘libertad de prensa’, ‘separación de poderes’, ‘independencia del poder judicial’, ‘institucionalización de las fuerzas armadas’, ‘profesionalización de los órganos de seguridad’ y ‘autonomía del Banco Central’ no es más que un gran Caballo de Troya para que las potencias imperialistas secuestren la soberanía popular por vía de golpe de Estado tradicional (como en Chile en 1973, Argentina en 1976, el intento de Venezuela en 2002), asesinato de líderes (como en Haití, Chile, Granada), golpe de Estado judicial-lawfare como en Brasil y Ecuador, acoso y golpe mediático (como en Ecuador y Venezuela), y golpe de Estado parlamentario (como en Brasil, Honduras, y Paraguay).

Para consolidar la independencia de los países amenazados lo que funciona es el modelo de Partido revolucionario único como en Cuba, Vietnam, Laos y Corea RPD, de Partido dirigente y partidos democráticos aliados como en China, de Partido dirigente con aliados y oposición constitucional junto a democracia comunal como en Venezuela, de partido-frente de masas como en Bolivia, de pluralismo patriótico junto a liderazgo institucional como en Irán, de partido hegemónico y fuerzas armadas patriotas como en Nicaragua, de partido dirigente, aliados y oposición patriótica con alianza en las fuerzas armadas como en Siria.

Destruir la Revolución cubana es la manera de Washington de imponer pseudo-democracias corrompidas y marionetas suyas como las que rigen hoy en Colombia, Guatemala, Chile, Ecuador, Costa Rica, Honduras, República Dominicana, Este europeo y los países que han invadido o destruido (Corea del Sur, Filipinas, Panamá, Iraq, Kosovo, Bosnia-Herzegovina, Libia…). Aterra a los imperialistas que las fuerzas vivas de Brasil, México, Argentina, Chile, Colombia, Ecuador o Perú lleguen a la conclusión de que deben transformar completamente su sistema político para alcanzar la plena democracia, soberanía y estabilidad que requieren para resolver sus problemas graves.

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