Hoy es el cumpleaños de Pablo González ¡Felicidades!

Pablo González en un viaje a Moldavia. Foto: Juan Teixeira

Y me repito, otra parte de esta historia es la inacción del estado español, del gobierno ¿Lo de Pablo se puede llamar lawfare? ¿O eso solo lo sufre Pedro Sánchez?

Por Iñaki AlRui / Loquesomos

Hoy, domingo 28 de abril, Pablo González cumple 42 años. Me gustaría poder felicitarle, pero será imposible. Hoy Pablo también cumple 791 días de detención, o de secuestro político, en Polonia. Era el 28 de febrero de 2022 cuando fue detenido mientras realizaba su trabajo como reportero en Przemysl, junto a la frontera con Ucrania, cubriendo la información de la masiva afluencia de refugiados ucranianos. Dos años y dos meses en régimen de semiaislamiento en la prisión de Radom. En todo este tiempo no le han permitido comunicarse con su familia ni por videoconferencia ni por teléfono, y en todo este tiempo solo le han permitido dos vistas familiares. ¡791 días!

Hay más, las cartas llegan con tres meses de retraso y censuradas, las que le llegan a él y las que llegan al exterior. Y más… después de este largo tiempo, sigue sin acusación formal que le permita su defensa, continúa internado en la zona de máxima seguridad en régimen de semiaislamiento, las únicas conversaciones que mantiene son con sus abogados. Abogados que no pueden actuar, pues no hay acusación y evidentemente tampoco juicio a la vista, y así se genera un círculo que gira en un sinfín de sinrazones, para el único periodista europeo preso en la Unión Europea, o quizás habría que decir preso de la Unión Europea, esa organización que en su día pretendía ser el paladín de los Derechos Humanos y las Libertades.

Es inevitable, cada vez que quiero contar algo de Pablo, explicar esta historia. No sé si ya la resumo demasiado, o me repito cansinamente, pero la cuestión es que pasan los meses y seguimos igual, no hay otra que repetirse pues la situación de Pablo González no ha cambiado un ápice desde el su primer día de encierro. La misma historia narrada decenas de veces, ¿recuerdan la película El día de la marmota (de título original Groundhog Day, llamada Atrapado en el tiempo en España o Hechizo del tiempo en Latinoamérica)? Pues así es día tras día para Pablo, pero sin nada de comedia ni de ironía en la (NO) vida que hace en la prisión, en el llamado Guantánamo europeo.

Tenía esperanza en el nuevo gobierno polaco, ese que acaba de recibir los fondos que la UE bloqueó a su país el año pasado por la politización de su sistema judicial. Opina la UE que ya todo funciona divinamente… El “detalle” de mantener a un periodista preso parece que no importa.

Los cumpleaños se celebran, aunque no sé si Pablo tendrá la fuerza todavía de felicitarse a sí mismo, de poder soñar con el futuro, de cerrar los ojos y verse abrazado por sus hijos, al lado de la familia y las amistades. El objetivo del aislamiento carcelario no es otro que anular a las personas e impedirles soñar, ese acto de libertad que nos resulta tan cercano, o tan lejano, según las circunstancias.

Y me repito, otra parte de esta historia es la inacción del estado español, del gobierno ¿Lo de Pablo se puede llamar lawfare? ¿O eso solo lo sufre Pedro Sánchez?

Pablo González sigue abandonado totalmente por la diplomacia española, que es la que, se supone, actúa en estos casos. Fuera de las visitas reglamentarias de protocolo del cónsul, las gestiones del Ministerio de Asuntos Exteriores brillan por su total ausencia, y eso que en su comparecencia en el parlamento en febrero, precisamente cuando se cumplían dos años de prisión de Pablo, el ministro Albares manifestó, desde el púlpito de los predicadores, su supuesto gran interés por el caso del periodista español preso en Polonia. Pero pasan las semanas y va quedando claro que fue solo eso: palabras de embaucador. La realidad manda y el abandono de Pablo por parte del gobierno es total. El ministro Albares miente de forma continuada y lo sabe.

A mediados de mayo tendrá lugar por enésima vez la vista para la renovación o no de la prisión provisional. A estas alturas no espero gran cosa, ni del nuevo gobierno polaco ni mucho menos de las supuestas gestiones de Albares (no creo que existan), pero habrá que cruzar los dedos.

¡Felicidades Pablo! Aunque no puedas oírlas, recibirlas, ¡felicidades! Que los cumpleaños se celebran, que cumplir es la expresión de estar, ser, de seguir, vivir, crecer. Ojalá que puedas cerrar los ojos y ver a toda la gente que hoy se concentra con un montón de actividades en Nabarniz, tu pueblo de adopción, para recordarte y, rompiendo la física de las distancias, también abrazarte. Felicidades Pablo, por tu cumpleaños, por resistir, por hacer periodismo honesto (¡qué necesarios son hoy cientos de Pablos informando!)

Y otra repetición habitual ya de estas notas…
Qué pedimos para Pablo:

Lo primero que queremos y pedimos es que pongan fecha al juicio cuanto antes, que los abogados puedan acceder a la acusación y preparar la defensa, y que sea juzgado cuanto antes y con todas las garantías procesales.

Mientras llega la fecha de juicio, pedimos que salga en libertad condicional, libertad vigilada. Pero si a esta libertad condicional nos dicen que NO, bla, bla, bla… pues que pueda pasar la prisión preventiva aquí, cerca de su familia, en España.

Y si esto último tampoco fuera posible pues, al menos, que le saquen de incomunicación y de aislamiento, que la familia le pueda visitar con la regularidad posible teniendo en cuenta el viaje a Polonia y que pueda hablar por teléfono con su familia, sobre todo con sus hijos.

¿Hay alguien al otro lado escuchando?

Una iniciativa al alcance de todas: escribe a Pablo a la prisión, las cartas (mejor postales, pasan antes la censura) son una inyección de moral, y además nunca es tarde ¡FELICÍTALE!, hagamos entre todas que no se sienta solo y que cada carta que reciba signifique un abrazo solidario.

Dia osadzoniego:
Pablo González Yagüe, s. Alexeia
A. S. Radom
ul. Wolanowska 120
26-600 RADOM
POLONIA/POLSKA

Escribe también al Ministerio de Asuntos Exteriores y registra tu petición:
https://reg.redsara.es/

Y para cerrar…  la parte económica de todo esto (aquí no hay donaciones fantasmas, ni subvenciones), y que no es otra que la imperiosa necesidad de cubrir los gastos de abogados (equipo jurídico en Polonia), gastos en la prisión (la comida es deficiente, para complementar la dieta Pablo necesita comprar comida en el economato de la prisión, además de papel, sobres, sellos, etc.) y para ello se apela a la solidaridad, de la que nunca hay ni mucha ni poca, lo que cada cual pueda será siempre un bienvenido apoyo:

#DerechosHumanos #LibertadDeComunicación #FreePabloGonzález
#PabloGonzálezLibertad #PavelAskatu #JournalismIsNotACrime!

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