En una entrevista de Andreu Llabina para El Viejo Topo, la periodista Helena Villar habla sobre el acoso y la censura mediática que afronta en Estados Unidos por ejercer su profesión.
Por Oriol Sabata
Preguntada sobre la censura de la que es objeto el canal Russia Today (RT) en Occidente, la periodista Helena Villar advierte que «lo que se pretende es que la información de un lado no llegue a una parte interesada. En este caso a Estados Unidos y a Europa».
Villar señala que Occidente vende como «narrativa o propaganda rusa» esa otra realidad. «Lo que se intenta es que no llegue cierta versión, ciertas coberturas, cierto periodismo que es incómodo para el poder estadounidense y para Europa», apunta la periodista en el podcast.
Además, añade que «hay que tener en cuenta que RT en español era el canal de información en español más visto de la historia de youtube» y que su censura responde a un intento por reescribir la historia de procesos históricos, políticos, sociales y económicos que contradicen la narrativa occidental y pro estadounidense.
La periodista de RT remarca que «el consenso establecido para apoyar la agresión contra Rusia fue cocinado durante mucho tiempo» y que lo del año pasado fue el culmen de un proceso que empezó años atrás.
Villar recuerda que a RT en EE.UU se le forzó a registrarse como «agente extranjero» bajo amenaza de prisión para el Director de RT América.
La entrevistada apunta que este mecanismo de censura se está aplicando contra cualquier medio o canal que contravenga la narrativa hegemónica estadounidense. Por ejemplo, está ocurriendo con China y la aplicación Tik Tok, donde se está aprobando nueva legislación para dificultar el acceso a la información de lo que ocurre «al otro lado».
En esa misma línea Helena alerta sobre la «Restrict Act», un proyecto de Ley que cuenta con el aval de senadores Demócratas y Republicanos y en el que se busca otorgar poderes extraordinarios al gobierno de EE.UU para perseguir, censurar o castigar a cualquier persona o empresa que ellos consideren un riesgo para la seguridad nacional.
Una Ley redactada con un lenguaje muy genérico y confuso que los expertos consideran que se podría usar para aplicar una censura muy amplia, con penas de prisión de hasta 20 años y multas de hasta 1 millón de dólares. «Se trata de una Ley draconiana de la que los medios no nos están hablando», insiste Helena.
«Mientras se nos inunda mediáticamente con la censura y la represión de China y Rusia, no se nos habla de todo este sistema censor draconiano que se está impulsando desde EE.UU y que probablemente copie Europa», indica.
Acoso y persecución
Durante el transcurso de la entrevista, Helena Villar reconoce que las personas que trabajan en medios rusos han sido objeto de acoso, señalamiento y riesgos constantes, hasta el punto de que mucha gente lo haya dejado o haya optado por adoptar un perfil bajo frente a tanta presión.
Personalmente, Villar comenta que el año pasado fue muy duro por la presión a la que fue sometida para que dejara su trabajo, haciendo referencia también a ataques coordinados en redes sociales, algo que admite que «conlleva un coste emocional y psicológico».
Un contexto de acoso y derribo en el que la periodista asegura haber echado en falta un poco de solidaridad por parte de compañeros de profesión que trabajan en medios occidentales. Por contra, cuando comenzó la «caza de brujas» muchos optaron por callar y no dar la cara.
A pesar de ello, Helena ha podido seguir adelante y no concibe otro tipo de periodismo. «Cuando llegué a EE.UU abrí los ojos y me di cuenta que no solo se mentía sobre nosotros (los medios rusos) sino sobre la realidad de este país», afirma. «De hecho mi libro Esclavos Unidos nace de eso, de querer contar la otra cara que no se nos muestra fuera de EE.UU», asegura.
Preguntada acerca del acoso y la censura de la que es objeto Helena Villar no deja lugar a dudas: «Yo decidí que ese era el periodismo que quería hacer», y cierra la entrevista advirtiendo que seguirá resistiendo, haciendo periodismo y dando la batalla.
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