Hay que mirar a este niño

Escrito e ilustrado por David González Gándara

Aunque ya hace bastante tiempo que hemos entrado en el siglo XXI, esto se nota en unos aspectos mucho más que en otros. En cuanto a la educación, es posible que hayamos avanzado en algunas cosas concretas, como la presencia de las nuevas tecnologías en los centros educativos, la mejora de la enseñanza de los idiomas o la potenciación de ciertas metodologías innovadoras por parte de la administración. Sin embargo, no hemos avanzado nada en lo que se refiere a la inclusión. Hay tantas cosas que decir sobre este tema que he decidido dedicar una serie de artículos al tema.

Voy a empezar por la visión que tiene gran parte del profesorado con respecto a esto. Sólo llevo tres meses como orientador y ya he escuchado en más de una docena de ocasiones: «hay que mirar a este niño». Al principio me parecía gracioso, e incluso llegué a hacer el chiste malo que todos estáis pensando, con dramático resultado. Después me di cuenta de que refleja un problema muy profundo: nadie entiende lo que es la orientación, que es la pieza clave de la inclusión educativa.

El otro día, ante la reiterada situación en que las personas tutoras dan respuesta a la diversidad dirigiendo a la orientadora, o el orientador alguna pregunta equivalente a la que da título a estas palabras se me ocurrió comparar un colegio con una carrera de fórmula uno. Si surge el problema de que las ruedas gastan muy rápido, el piloto modifica su conducción. Si esto no es suficientes, los mecánicos harán ajustes en el coche para facilitar la tarea del piloto. Incluso podrían decidir cambiar las ruedas. Nadie considera efectivo en este momento cuestionarse el material con el que han fabricado los neumáticos ni el diseño del coche. Todos comprenden que finalizar la carrera lo mejor posible es la prioridad.

En un colegio, los profesores son los pilotos, y los orientadores son los mecánicos. Los diseñadores del coche podrían ser los médicos y psicólogos. Cuando surge un problema, en lugar de hacer modificaciones en la conducción y pedirle al equipo de mecánica que haga ajustes para hacer la conducción más eficiente, lo que se pide es directamente información sobre el diseño del coche, el material en que se ha fabricado, la calidad del asfalto, etc. En esto consiste la frase: «hay que mirar a ese niño». Lo que se pide es que alguien diga si tiene dislexia, o TDAH, o trastorno específico de aprendizaje, o lo que sea. Y mientras esto no se sepa no se hace nada. Y cuando se sabe, algunos dicen la frase número dos: «este alumnado estaría mejor en otro tipo de centros que los puedan atender».

Hoy nos hemos situado en el problema. Nos hayamos en la carrera que supone el paso del alumnado por un centro educativo. La próxima vez hablaremos de cómo deberíamos estar disputando esa carrera en el siglo XXI.

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