En el lugar del bosque de pinos de Varybobi, que era un pulmón de oxígeno para toda la región de Ática, se convirtió en un auténtico infierno en el que ahora sólo se ven cenizas.
Grecia sufre la peor ola de calor desde hace más de cuarenta años y este martes los bomberos tuvieron que hacer frente a 81 incendios forestales. Los más importantes se encuentran a las puertas de Atenas y en la isla de Eubea, todo en medio de una ola de calor sin precedentes, con temperaturas medias de 45 grados y un récord en el norte del país, donde el termómetro llegó a marcar 47,1 grados.
Según las estimaciones, la superficie quemada sería de unas 30.000 hectáreas. Las autoridades instan a las personas que viven cerca de las zonas boscosas de todo el país a que limpien el perímetro de sus casas de hierba y ramas de árboles, ya que es probable que las altas temperaturas persistentes provoquen nuevos incendios.
Según Protección Civil, ardieron 94 casas y 442 personas fueron rescatadas de las llamas. No se ha registrado ninguna víctima mortal y tan solo siete personas tuvieron que ser ingresadas con problemas respiratorios leves.
En el lugar del bosque de pinos de Varybobi, que era un pulmón de oxígeno para toda la región de Ática, se convirtió en un auténtico infierno en el que ahora sólo se ven cenizas y propiedades dañadas. Centenares de voluntarios y policías, con 150 medios terrestres y 14 aéreos, han pasado toda la noche luchando por controlar la propagación de un incendio que comenzó el mediodía del martes, presumiblemente por la explosión de un poste eléctrico que no resistió la tensión que está registrando la red en todo el país a causa de la ola de calor.
Ausencia de medidas
El profesor de Geología de la Universidad de Atenas, Efthymios Lekkas, experto en gestión de crisis de desastres naturales, aseguró: «Por supuesto que las temperaturas eran altas, la humedad casi nula, la mezcla del tejido urbano con el forestal, pero también la ausencia total de medidas de protección por parte de los propietarios empeoró las cosas. Todo hay que decirlo.»
En declaraciones a la cadena Skai, Spyros Vrettos, alcalde de Ajarnés, el municipio en el que se encuentran las citadas poblaciones, dijo que el daño es incalculable, ya que decenas de casas se han quemado e innumerables áreas de pinar han quedado reducidas a cenizas. Agregó que el área será declarada en estado de emergencia con el fin de brindar una compensación adecuada a los residentes afectados.
El primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, quien acudió esta mañana nuevamente al centro de coordinación, destacó que lo principal es que no se hayan registrado víctimas y que el suministro eléctrico no haya colapsado por completo.
El viceministro de Protección Civil, Nikos Hardalias, anunció que Grecia presentó una solicitud de ayuda al Mecanismo Europeo de Protección Civil. y Chipre respondió con 40 bomberos y dos aviones.
Fuentes: Agencias, Euronews
Se el primero en comentar