Gigante cárnico alemán explota a refugiados ucranianos

Desde el inicio de la guerra en Ucrania, grandes empresas y ONGs occidentales están tratando de sacar rendimiento económico y publicitario del conflicto bélico en el marco de una «gran ola de solidaridad» que tiene la hipocresía como bandera.

Por Ulf Immelt

En Alemania, la patronal y el Ministerio de Trabajo han decidido ir de la mano en esa misma línea. El pasado 31 de marzo, la sección de negocios del periódico Süddeutsche Zeitung informaba que el ministro de Trabajo Hubertus Heil «quiere allanar el camino para que los refugiados de Ucrania encuentren trabajo en Alemania lo más rápido posible».

El día anterior, el Ministerio había realizado una reunión de alto nivel con representantes de asociaciones patronales, sindicatos y la Agencia Federal de Empleo. En dicha reunión, Rainer Dulger, presidente de la Confederación de Asociaciones de Empleadores Alemanes (BDA), explicó que, en su opinión, se necesita «sobre todo un enfoque pragmático y eficiente» para que los refugiados ucranianos encuentren trabajo rápidamente.

La empresa Tönnies, la mayor productora de carne de Europa, ha mostrado cómo funciona esto en la práctica desde el punto de vista de las asociaciones del capital. En la ciudad de Przemyśl, en Polonia, el matadero más grande de Alemania distribuyó volantes para reclutar a ucranianos que habían huido de la guerra.

Las organizaciones de ayuda a los refugiados describen la situación en la ciudad fronteriza polaca como caótica. Constantemente llegan nuevos refugiados, la mayoría de los cuales quieren ir a Alemania. Como no hay autobuses ni otros medios de transporte, tienen que esperar días en el centro de acogida. Los reclutadores aprovecharon esta situación de emergencia ofreciendo a los refugiados de guerra transporte y alojamiento en Alemania junto con el contrato de trabajo. Están pagando un salario de 11 euros la hora de los cuales se descuentan posteriormente los gastos de alojamiento.

La compañía Tönnies rechazó las críticas de los sindicatos ante estos salarios de miseria: «ayudamos a los refugiados de guerra en el lugar y les ofrecemos perspectivas para el futuro», dijo el portavoz de la empresa Fabian Reinkemeier. Pero la realidad es que el grupo se ha estado enriqueciendo aprovechándose de la difícil situación de los refugiados y aumentando el grado de explotación. Tönnies confirmó que hasta ahora había contratado al menos a una docena de refugiados ucranianos. Hace una semana, fruto de las denuncias y las críticas, la empresa cárnica anunció que dejaría de reclutar a trabajadores en la frontera con Polonia y que lo haría mediante otras vías de contratación.

Unsere Zeit

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