Georgia sufre una campaña de chantaje y juego sucio por sus relaciones amistosas con Rusia

La oposición pro-occidental georgiana presiona junto a Bruselas para un cambio de gobierno que dinamite las relaciones con Rusia.

Por Redacción NR | 30/11/2024

En Georgia el clima político está caldeado desde hace tiempo. A partir de la primavera de 2022, bajo la órbita del partido de gobierno Sueño Georgiano, el país comenzó a cambiar el rumbo político pro-occidental. Desde entonces, Bruselas y la oposición georgiana sostienen una campaña de chantaje y juego sucio con el objetivo de desgastar al ejecutivo y forzar un cambio de posición respecto a la adhesión a la Unión Europea.

Recientemente, el Primer Ministro Irakli Kobakhidze anunció que hasta 2028 no se debatiría la entrada de Georgia a la UE. A pesar de que remarcó que esto no significa que el país se niegue en principio a unirse a la UE, el dirigente habló de ‘una nación orgullosa y respetuosa con una gran historia’, con ‘una rica cultural y un gran potencial’. Kobakhidze denunció que ‘es categóricamente inaceptable para el pueblo georgiano que algunos políticos y burócratas europeos intenten presentar las relaciones de Georgia con la UE como un proceso unilateral’.

En esa misma línea, el Primer Ministro advirtió que ‘han convertido al Parlamento Europeo en un instrumento de chantaje contra Georgia’, adoptando durante los últimos tres años cinco resoluciones ‘llenas de mentiras e insultos’.

Al suprimir el tema de la adhesión a la UE de su agenda política, la oposición pro-occidental ya prepara nuevas protestas callejeras contra el gobierno en Tbilisi, la capital.

El 23 de mayo de este mismo año, Kobakhidze denunció públicamente haber recibido una amenaza telefónica del Comisario Europeo Olivér Várhelyi que le advirtió que podría correr la misma suerte que el primer ministro eslovaco Robert Fico, quien sufrió un intento de asesinato debido a su posicionamiento independiente respecto a la guerra de Ucrania.

La formación gubernamental Sueño Georgiano mantiene una línea contraria a la OTAN y a la campaña de confrontación y sanciones lanzada por Bruselas contra Rusia. A mediados de abril, el gobierno de Georgia anunció la idea de impulsar una legislación para registrar y fiscalizar la financiación extranjera de medios de comunicación y ONG’s. Este hecho volvió a desatar la furia de la oposición atlantista. El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, amenazaba en un comunicado publicado el 15 de mayo con dejar a Georgia fuera de la UE si no retiraba la ley contra la injerencia extranjera.

Se da la circunstancia que Estados Unidos, uno de los países más críticos con esta legislación, tiene la Foreign Agents Registration Act (FARA), una ley muy similar aprobada el año 1938 y que todavía está vigente.

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