Gen Playz es TwitterTV

Políticas identitarias: ¿Hemos olvidado la conciencia de clase?/RTVE/Gen Playz

 

Por Carmen Romero 

RTVE define el programa Gen Playz como “un nuevo espacio de debate, palique, tendencia, bastante meme y que dará bastante que hablar, donde abrimos hilo y no cancelamos.” En realidad, más que todo eso, Gen Playz es una especie de Al Rojo Vivo Kids, un NO-DO para gente de Malasaña, un TwitterTV.

El programa no está hecho ni para fomentar la pluralidad de opiniones, ni el debate, sino para reproducir el discurso dominante a través de temas recurrentes. Podemos recordar que en temas como el de la pornografía la mayoría de invitados reproducían constantemente ese discurso de “que cada uno haga lo que quiera”, o que el porno “empodera”. Más polémico (y con razón) fue el corte donde un colaborador habitual decía que a las mujeres “no se le pega lo suficiente”.

Hay que dejar claro que las posturas que se van a tomar a la hora de debatir ya están decididas previamente. Twitter funciona aquí como una especie de carta de presentación para que se pongan en contacto contigo, o no, para formar parte del programa. La mayoría de personas que acuden a plató o que lo hacen vía Zoom suelen ser activas en las redes sociales. Realmente, en medio de toda esta tiranía del click, lo que importa a la hora de distribuir un trabajo audiovisual es que sea más compartido que visto. El programa que hizo estallar las redes sociales ayer miércoles día 9 de junio, el titulado ‘Políticas identitarias: ¿Hemos olvidado la conciencia de clase?’, a penas sobrepasa las sesenta mil visualizaciones. Con estos números no podemos hablar de vídeo viral, pero gracias a esa difusión en Twitter de pequeños cortes del programa no hizo falta que fuera un vídeo más visto para abrir un debate en torno a él, ya que tanto los protagonistas del día, como las pequeñas trincheras de Twitter que cavan hacia un lado del debate u otro, se encargaron de difundirlo.

La adolescencia infinita

El programa parece tener como objetivo llegar a un público joven. Prueba de ello es el decorado del plató: paredes de colores, una gran mesa de pin pong como centro del debate, vasos de colores rollo Ikea, una gran pantalla sobre un reloj cronómetro que recuerda a los de las canchas de baloncesto e incluso los cámaras salen en plano. Realmente a lo que nos referimos con esa infantilización es a lo que algunos sociólogos y antropólogos desde hace años han denominado como: la infantilización de Occidente. La adolescencia se extiende hasta edades avanzadas, sobre todo como consecuencia directa de la precariedad de la vida de toda una generación perteneciente a la clase trabajadora.

Esta estética infantil del programa Gen Playz no solo funciona como puro decorado, también se debe hacer una lectura política de ello. No podemos separar la visión estética de la socio-económica, es decir, no se puede entender lo que quiere reflejar RTVE a través de todo ese color sin entender el momento político y económico que atraviesa nuestro país. La generación de los que nacieron en los años 90 ya van en camino de cumplir los 30 años. Una generación que ha vivido tres crisis y ha visto cómo sus condiciones y calidad de vida empeoran desde niños, a adolescentes, y ahora, como adultos que viven encarcelados en una adolescencia infinita. Una generación con un 40% de paro, un 83% viviendo aún con sus padres y un 32% afirmando sentirse “muy triste»,  según el INE. 

Lo que queremos decir con todo esto es que realmente Gen Playz no tiene como objetivo real que el público más joven de entre 15 y 18 años se sienta reflejados, sino que los que no lo son tanto estén constantemente argumentando fuera del plató sobre lo que ocurre dentro. Permitiéndome hacer uso de la sorna, incluso parece una operación de bandera falsa.Por otro lado, hay un constante afán por infantilizar a los invitados. Por ejemplo, los programas a los que asistieron El Nega, de Los Chicos del Maíz, o el escritor y guionista Edu Galán, llegando a dar incluso esa imagen del Sr. Burns con gorro morado.

El patio del colegio

Gen Playz es ese programa que lleva a una persona en calidad de villano con un discurso contrario al de las otras cuatro o cinco que se sientan en la mesa y en el que se palpa ese ambiente de patio de colegio. Ya pasó con el programa en el que la escritora Ana Iris Simón hablaba de la infantilización de los youtubers y era la única que defendía ese discurso. También ocurría lo mismo con el de la Ley trans o el de las identidades que tomamos como referencia para este artículo. Estando de acuerdo o no con el discurso de los invitados, es una realidad que el programa la mayoría de veces juega a este cuatro-uno discursivo en el que se aprecia que el debate no está proporcionado. En este sentido es bastante irónico que los temas se discutan sobre una mesa de pin pong, ya que la pelota no se golpea de un lado a otro, sino que a veces no pasa de un lado de la red.

Es un programa que funciona por contactos como suele pasar en todo lo relacionado con la industria cultural. Casi como una agencia de colocación de colaboradores con un perfil ideológico muy marcado. Esto supone que participen en él y hasta sean colaboradores habituales personas que sobre todo favorezcan el espectáculo. No se diferencia mucho de otros como El programa de Ana Rosa, Al Rojo Vivo o Espejo Público.

Llegados aquí está claro que Gen Playz funciona con el mismo modus operandi que Twitter. Se busca el click fácil y crear pandillas a modo de patio de colegio. Pero lo que convierte realmente al programa en una especie de TwitterTV es el formato: no hay tiempo para intervenciones que ahonden en el tema. En Twitter limita los 280 caracteres. En Gen Playz, poco más de minuto y medio de intervención y de vez en cuando alguien hablando por encima de ti cuando no es su turno.

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