Este Estado de vigilancia permanente instauró un sentimiento de estar constantemente vigilado, que se mantuvo al menos hasta la década de 1970.
Por Lucio Martínez Pereda | 10/10/2024
La información contenida en miles de expedientes depuradores- más de 60.000- abiertos durante la dictadura franquista contra los maestros y maestras republicanos permite concluir que existió un «franquismo rural». Se manifestó de manera distintiva al franquismo urbano, con características diferenciadas en los siguientes aspectos: intensidad , control social, presión comunitaria, funcionalidad de las instituciones locales, modelos de integración comunitaria y marginación social
1. Mayor intensidad: la limpieza ideológica contra el magisterio fue más intensa en las zonas rurales que en las urbanas
2. Singularidades propias: el proceso de depuración en áreas rurales presentó características únicas que le dieron una personalidad diferenciada
3. Mayor control social: en las zonas rurales hubo una vigilancia más estrecha de la vida de los maestros, tanto en el ámbito público como en el privado. Las mujeres, en mayor medida que los hombres, jugaban un papel importante en la diferenciación entre el franquismo rural y urbano: La presión comunitaria y la vigilancia sobre las mujeres era especialmente intensa en las zonas rurales, donde la capacidad para detallar aspectos de la vida cotidiana de las acusadas era mucho mayor que en las ciudades. Las mujeres sufrieron una mayor vigilancia de su vida privada: las parroquias rurales fueron las instituciones que proporcionaron más datos sobre la vida privada de las mujeres, especialmente de las maestras. En las zonas rurales, la calificación política de las mujeres se obtenía a través de una detallada investigación de sus hábitos sexuales y sentimentales, con un juicio moral basado en valores cristianos tradicionales, sostenido en informes del vecindario. El protagonista de esta «sociología del franquismo rural» diferenciada del franquismo urbano, es en mayor medida la mujer que el hombre.
4. Papel clave de instituciones locales: Las alcaldías y parroquias adquirieron especial relevancia en el proceso depurador en las áreas rurales con la escritura de informes mucho más detallados que los que se proporcionaban sobre los habitantes que vivían en las zonas urbana
5. Enfrentamiento escuela-parroquia: se evidenció una lucha por el liderazgo moral de la comunidad entre estas dos instituciones, especialmente en localidades rurales. Ese enfrentamiento no tuvo lugar en las ciudades.
6. Presión comunitaria: la capacidad del vecindario para proporcionar información detallada sobre la vida cotidiana de los maestros era mucho mayor en zonas rurales que en las ciudades
7. Modelo de integración: los expedientes depuradores revelan un modelo tácito de sociedad rural ideal en la que el maestro debía integrarse para ser aceptado en la comunidad. Ese modelo tácito no aparece nunca expresamente referido en su caracterización en los informes urbanos
8. Marginación Social: la humillación producida por los rapados forzosos de pelo y la ingesta de ricino fue más intensa en las pequeñas localidades, produciendo que muchas mujeres para evitar la continuidad en su des clasificación para la vida cotidiana y el trabajo se vieran obligadas a emigrar a otras localidades. Este fenómeno no se produjo en las zonas urbanas
Estas características demuestran cómo el proceso represaliador de la depuración se adaptó a las peculiaridades locales en las zonas rurales, evidenciando la existencia de un «franquismo rural» con mecanismos de control social más intensos y personalizados que en las áreas urbanas. La extensión de estos dispositivos de control evaluaban y vigilaban las actitudes de la sociedad, también en el ámbito urbano, pero su eficacia- debido a la concentración de la población en pequeños espacios de vigilancia – fue mayor en las comunidades urbanas, donde las posibilidades del disenso fueron menores. Este Estado de vigilancia permanente instauró un sentimiento de estar constantemente vigilado, que se mantuvo al menos hasta la década de 1970 y actuó como mecanismo inductor de conductas de acoplamiento que evidenciaron todos sus elementos constitutivos en las zonas rurales.
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