Círculos atlantistas ven cada vez más cerca la derrota militar de Ucrania y lo admiten abiertamente en foros y artículos de opinión.
Por Redacción NR | 28/03/2024
En un artículo para la revista Foreign Affairs, el ex embajador de Estados Unidos ante la OTAN Ivo Daalder, y la ex subsecretaria de Estado para Asuntos Europeos y Euroasiáticos Karen Donfried, admiten que ‘Ucrania se está desangrando’ y que ‘las fuerzas terrestres ucranianas tal vez no puedan mantener la línea contra un implacable ejército ruso’.
En la publicación, los autores advierten sobre una inminente derrota militar ucraniana y reconocen que existe división y diferencia de opiniones entre los países miembros de la OTAN acerca de la entrada de Ucrania en la alianza atlántica. ‘Mientras la guerra esté en pleno apogeo, Ucrania no puede convertirse en miembro de la OTAN’, afirmaba el entonces primer ministro holandés Mark Rutte en la Conferencia de Seguridad Múnich.
Las palabras de Rutte se traducen en que la OTAN quiere evitar a toda costa una confrontación militar directa con Rusia. Si el eje atlantista quiere sumar a Ucrania, previamente se verá obligado a buscar una salida diplomática a la guerra, lo que significará, sin lugar a dudas, una victoria geoestratégica para el Kremlin, que mantendrá el control sobre la región del Donbass y Crimea.
En ese sentido, los columnistas de Foreign Affairs apuntan que ‘la OTAN debe estipular lo que consideraría un final satisfactorio de los combates’, e indican que más que un acuerdo de paz, lo que se producirá será ‘un cese de las hostilidades sin una solución política’. Cambiando por completo la retórica lanzada contra Rusia al inicio de la guerra, ahora califican como ‘improbable’ una victoria ucraniana en el frente de batalla y creen que se dará ‘un alto el fuego o un armisticio duradero’.
Así, el eje atlantista ya habla abiertamente de una derrota de Kiev y de la pérdida de territorios. Un cambio de postura en el seno de la OTAN que se produce tras un golpe de realidad: las sanciones contra Rusia no han tenido el efecto esperado y la contraofensiva ucraniana en el campo de batalla ha sido un fracaso en toda regla. ¿Estamos, entonces, a las puertas de una ‘capitulación’ de Occidente?
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