Miles de manifestantes regresaron a las calles de las principales ciudades de Brasil para exigir la destitución de Jair Bolsonaro en medio de un creciente rechazo popular hacia el mandatario.
Este sábado tuvo lugar una multitudinaria marcha por el centro de Río para expresar la indignación por la pésima gestión de Bolsonaro de la pandemia de covid, que ya a terminado con la vida de unas 600.000 personas y está provocando una crisis económica, social y sanitaria en el país sudamericano, que actualmente cuenta con 14,1 millones de trabajadores desempleados y experimenta un aumento de los precios de los alimentos, el gas y los combustibles.
Jandira Feghali, una congresista del Partido Comunista de Brasil (PCB), instó a los detractores de Bolsonaro a formar una amplia coalición de partidos contra su administración.
“Se han perdido 600.000 vidas”, dijo Feghali, y agregó: “No podemos esperar más. Es hora de que gritemos en voz alta: ‘¡Fuera Bolsonaro!’ ”.
Durante toda la mañana, los manifestantes llegaron al centro histórico de Río, la segunda ciudad más grande de Brasil.
Renato Bezerra de Mello asistió con un grupo de amigos artistas, cada uno de los cuales portaba una bandera de Brasil destrozada.
“Así es como nos sentimos sobre el estado de nuestro país. Está hecho trizas ”, afirmó el artista.
Antonia Pellegrino, escritora cuyo abuelo fue una figura clave en la lucha contra la dictadura de Brasil de 1964-85, dijo que asistía a su primera movilización anti-Bolsonaro desde que comenzó la pandemia de coronavirus, después de haber sido vacunada recientemente.
“Es vigorizante y es fundamental para nosotros salir a las calles para detener el proceso de destrucción que atraviesa nuestro país”, agregó Pellegrino mientras una columna de manifestantes marchaba por la avenida Rio Branco.
Además de la marcha en Rio de Janeiro, otras protestas tuvieron lugar en Salvador, Sao Paulo y Brasilia y otro centenar de ciudades bajo la campaña nacional «Fuera Bolsonaro», que está siendo respaldada por una decena de partidos de izquierda y centrales sindicales.
Las protestas generalizadas en Brasil se desarrollan a un año de las elecciones presidenciales en el país, en las cuales el ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva mantiene una buena proyección para ser elegido de nuevo como jefe de Estado en caso de presentarse al proceso electoral.
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