Divulgación | El patriotismo

Por Jacinto Domínguez @Floresdeacero

En este artículo hablo sobre el patriotismo, pero aunque me centre en el patriotismo español, que los patriotas de otros países o los separatistas no digan que este tema no tiene que ver con ellos, pues les tendré que decir <De te fabula narratur!> “Sobre ti se cuenta el cuento”.

Qué nadie prejuzgue el artículo, en él no se critica el patriotismo, en todo caso se critica a los que se aprovechan de él y lo utilizan.

El patriotismo es un sentimiento latente en las poblaciones de todos los países del mundo, sin diferencia entre un gobierno de derechas a uno de izquierdas. En España, la derecha, gracias a su prolongada estancia en el poder, se ha hecho con la patente de este sentimiento, llevándolo al nacionalismo, tanto que tacha a todos sus desiguales de estar en contra del país. Esta apropiación del amor a la patria, no es sólo por su larga duración en el poder, es fundamentalmente un instrumento de seducción para ganar simpatizantes con sus ideas de una forma fácil y simple. Se aprovechan de la deducción de algunas personas que sería tal que si ellos defienden y exaltan a España, y esta población es española, van a hacer lo mejor para ella. Ahora debemos analizar cuánta realidad hay en este patriotismo, y cuánta es sólo utilizada como cebo.

No se nos hace extraño ver a los abanderados del patriotismo como se enriquecen cada vez más mientras la población en general va caminando a la pobreza. Abanderados como políticos que su política se basa en la privatización, es decir, pasar lo que es de todos los españoles, a unos pocos, no es casualidad que los que adueñen de estos medios, para poder enriquecerse a base de sus beneficios, sean íntimos del privatizador, o que adquieran, al cesar su posición política, un cargo de alta remuneración dentro de la empresa que han privatizado, recordemos que esas empresas una vez privatizadas pueden ser compradas por capitalistas extranjeros. Tampoco nos resulta extraño ver a estos políticos tan patriotas, con delitos de corrupción por evadir impuestos (impuestos que irían a parar a educación y sanidad pública, evitar la exclusión social… en general a mejorar las condiciones del país), malversación de fondos, recalificación de terrenos (terrenos nacionales que pasan a manos privadas)… en general, parece que estos amantes del país, no hacen nada por mejorarlo, en todo caso lo utilizan para su propio beneficio. También se nos hace corriente ver a grandes empresarios nacionales, que llevan pulseras y polos con la bandera española, que de vez en cuando gritan ¡viva España!, ser los corruptores aprovechándose de privatizaciones, de recalificaciones, llevar su dinero a paraísos fiscales para evadir impuestos, como aprovecharse de las necesidades del pueblo para obtener mano de obra barata.

Así, con la simpleza de llevar los colores de la bandera, ensalzando al país, tachando de antiespañol todo con lo que no tengan afinidad, ganan devotos, logrando hacer cierta la frase de Simone de Beauvoir  “El opresor no sería tan fuerte si no tuviese cómplices entre los propios oprimidos”.

Fuentes del patriotismo

Por lo general, la población tiene un sentimiento de pertenencia a su patria, se sienten representados por su bandera e himno, se podría resumir que ama su patria porque pertenece a ella, pero, como todo en la vida, nada es tan simple. La población siente amor por su familia, por lo general española, criada en España y su relación con ella también ha sido en España, también sienten amor por sus amigos que conoció y se relacionó con ellos en España (y seguramente vivan en España), ama a sus antepasados que construyeron lo que hoy es España, los lugares de España donde ha habitado y en los que ha vivido experiencias… a todo esto lo llamaré entorno. Vemos como su entorno está fuertemente ceñido a España, tanto que confunde su afecto por su entorno por un amor a la nación donde se ha dado su entorno.

No sólo el patriotismo brota de la relación entorno-país, ni mucho menos. Otra causa evidente es la necesidad de pertenecer a un grupo (la encontramos justo en medio de la Pirámide de Maslow), si ya por nacimiento se te incluye en un grupo, y creces perteneciendo a ese grupo, es fácil y normal que lo sientas como parte de ti y a ti como parte inseparable de él. Parece que este argumento carece de fuerza ¿cómo es posible que sólo por nacer dentro de unos límites artificiales, creados por el hombre y modificados a lo largo de la historia, ames el interior de esos límites y no un metro más hacia el exterior? En esta pregunta es donde adquiere más fuerza la necesidad de pertenencia, y no exactamente es sólo motivada por uno mismo.

Veamos cómo esta necesidad de pertenencia se convierte es un círculo vicioso, empezando, no por la necesidad de uno mismo, sino por la de los demás a esa pertenencia. Digamos que los miembros del grupo quieren seguir siendo parte de él y por lo tanto quieren su perduración, para ello tienen que mantenerlo inherente y fuerte, y para mantenerlo así, eleva la pertenencia al grupo a un nivel superior, llegando a situar, como enemigo de todo miembro de él, a todo aquel que no coincida con este sentimiento de pertenencia o no le dé una valoración exaltada. El sujeto social no quiere vivir excluido y mucho menos vivir como adverso de los miembros de su entorno, por lo que el sujeto acepta con gusto este sentimiento de amor patrio con tal de mantener la armonía social.

El patriotismo no sólo nace de la necesidad de la sociedad de sentirse unida y fuerte, como hemos visto anteriormente, el patriotismo es utilizado por terceros para lograr la fuerza necesaria para conseguir sus objetivos, estos terceros suelen ser los gobiernos con abundante tiempo en el poder, tanto que aferran su mandato con la misma nación, es decir, ellos son la nación. Estos gobiernos tienen gran potestad de influir a través de los medios, y usan tal poder como propaganda pro gobierno-estado. Con este fin, promueven el patriotismo de diversas formas, utilizando desde el triunfo del deporte nacional, glorificación de la Historia del país, hasta, incluso, llegar a la xenofobia (causa y causante). Pero sobre este último párrafo me extenderé en otro momento.

“Las masas populares, vosotros, obreros y antifascistas en general, sois los patriotas, los que queréis a vuestro país libre de parásitos y opresores; pero los que os explotan no, ni son españoles, ni son defensores de los intereses del país, ni tienen derecho a vivir en la España de la cultura y del trabajo”. José Díaz.

Analítica del grupo

Ya hemos visto que la población necesita identidad y unión general. También, cómo este menester se liquida con el patriotismo. Bien, ahora vayamos valorar los lazos que unen a este grupo.

En nuestra sociedad, parece que tenemos una obligación de clasificar todos los aspectos, incluidas a las personas, catalogándolas y separándolas dentro de diversos grupos, ya sea por su sexualidad, lugar de origen, color de piel, de pelo o de ojos, su fecha de nacimiento, estatura, etc. Aunque a veces podemos decidir nosotros mismos el pertenecer a un grupo u a otro, como es el caso de los hinchas de fútbol o grupos como los Boys Scouts, en la gran mayoría de los grupos donde nos encontramos clasificados nos los hemos encontrado impuestos por la vida, “es lo que somos”, pero los que de verdad nos crea un sentimiento hacia él, es haberlo elegido, ya que al ser parte de él por elección, ese grupo representa el “interior” del individuo y su libertad. El patriotismo es un caso particular, ya que nadie ha elegido nacer en su patria, pero esa fortuna provoca un gran sentimiento del individuo hacia el grupo.

Todo grupo social, de esos que unen a sus integrantes y sienten cierto orgullo de pertenecer a él, no sólo debe tener unas similitudes entre sus miembros que crean una comunidad, también debe tener un objetivo común que preserve el grupo. Tendremos que ver qué similitudes tienen los miembros de la patria y cuáles son sus principales objetivos que les lleva al patriotismo.

Obviamente la primera similitud que encontramos es haber nacido dentro de las fronteras del país, estas fronteras son meramente políticas, es decir, no están ahí por ninguna ley física ni biológica (tampoco mágica), han cambiado a lo largo de la historia, por lo tanto tener esta similitud no sólo depende del azar de nacer en cierto lugar geográfico sino también temporal. El habla de un mismo idioma, el español, en la gran mayoría de los países latinoamericanos también es su idioma natal, por lo que esta característica, al no ser exclusiva del país, carece de una gran fuerza de unión. Ahora sí, vamos a lo que une a todos los habitantes de todos los países, sus orígenes históricos, sí, el país tiene una única historia común, que hace a todos sus habitantes producto de ella. Vamos a profundizar en esto último, a lo largo de la historia cada persona ha tenido un papel en ella, y no todos descendemos de la misma persona, por lo que nuestras raíces no sólo no tienen porqué ser parejas, sino que puede que los antepasados tuyos y los de tu vecino formaran partes enfrentadas. Esto coge mucha fuerza en España, ya que por la Península Ibérica han pasado muchas culturas (iberos, celtas, romanos, visigodos, musulmanes… etc.), y además, sufrió una Guerra Civil que separó al país. Tenemos que incluir que a razón de la globalización, la población del país está compuesta por personas con orígenes de todo el planeta. Siendo, esta última, la característica del patrimonio histórico, la más identificativa, por su complejidad y poca claridad individual, no puede ser un lazo muy fuerte. Ahora bien, con la unión de estas características (Historia, idioma y lugar geográfico), sí logramos la exclusividad necesaria en todo grupo.

Todo grupo debe tener, además de unas características exclusivas que los identifiquen, un objetivo común, que lo una y le dé una razón de existir. No es difícil encontrar la meta de los patriotas, mejorar el país, pero la forma de este fin depende del cristal con que lo mires. Parece el significado de “mejorar el país” es fácil, pero los intereses de cada uno son los que le dan su verdadera forma. Llegados a este punto, nos vemos obligados a dividir a los habitantes del país en dos clases, la clase media-alta (burguesía) y la más numerosa, la clase obrera (proletariado, es decir, todo el que se gana el pan trabajando). Ahora vamos a ver qué es para cada una de estas partes este objetivo. Empecemos por la burguesía, es la clase menos numerosa con diferencia, pero es la que más poder tiene (económico, dueños de los medios de comunicación y también los de producción… etc.), este poder no lo comparten, es suyo, lo han conseguido por su ambición y egoísmo, nunca se conforman con lo que tienen, sino que quieren más aunque sea a perjuicio del resto. De aquí que esta clase, lleve el objetivo común a sus intereses y vea “mejorar el país” como sinónimo de mejorar las instituciones a nivel internacional para generar para dicha clase, un mayor beneficio y elevar el poder de la clase burguesa. Sin embargo, la clase obrera, ve el objetivo como una mejora a nivel general (siendo la clase más numerosa), es la mejora que les afectaría a ellos, es decir, su sinónimo de “mejorar el país” es mejorar la calidad de vida de los habitantes de éste.

Dentro de los habitantes del país y gente que tiene un sentimiento hacia su patria vemos una separación nítida de intenciones, siguen dos carreteras con un destino totalmente distinto, pero ambos destino se les refiere como “mejorar el país”. ¿Cómo es posible que un grupo se divida en dos en una parte tan importante como es el objetivo común? Pues una de las partes ha conseguido eliminar esta pregunta, no con la unión de ambas partes, sino con la exclusión de una de ellas. La parte excluyente, que resulta que es la menos numerosa, pero claro, la más poderosa. La parte menos numerosa y más poderosa, ha logrado, gracias al poder que tiene, excluir del grupo patriota a todo el que no aboga por sus intereses, no sólo ha excluido a este grupo que vela por el interés común, sino que además los ha convertido enemigos de la patria. Los medios de comunicación han conseguido convertir en antiespañoles a todo el que no sigue sus objetivos, vendiendo estos objetivos como ideales para todos, cuando en realidad son todo lo contrario. Esto ha generado que gran parte de los españoles, como hemos visto anteriormente, que sienten amor por su entorno y éstos lo relacionan con el país, no quiere convertirse en enemigo de éste y cede ante la manipulación.

Con esta acción tan simple, la burguesía ha conseguido que la clase obrera vele por sus intereses, no sólo haciéndoles creer que su causa es la misma, sino que además convirtiendo en enemigo a todo el que su causa sea la que de verdad interesa a la clase obrera.

La burguesía nunca se ha sacrificado por el país, en todo caso, lo ha usado para su beneficio.

Emancipación del patriotismo conceptual

Entendemos que el ser humano es un ser social y necesita del sentimiento de pertenencia a un grupo, pero si no se raciocina esa pertenencia lo pueden utilizar para controlar a los miembros de este. Por lo tanto debemos buscar unas características comunes, y sobre todo un objetivo que sea el verdadero lazo que una al grupo.

Por lo general hay dos tipos de objetivos: el bien individual y el bien común. Sabemos que la burguesía se decanta por el bien individual, de ahí su fortuna, pero no basta con expulsar del grupo a esta clase, ya que se han adueñado de la patente del patriotismo y lo usan a su antojo, también porque tienen poder suficiente para boicotear la lucha de la clase que busca el beneficio común. Hay que crear una nueva unión, una unión que tenga como rival a esta clase burguesa que impide el progreso adecuado de la clase obrera y por lo tanto impide el objetivo de ésta, el beneficio común (recordemos que el bien común sería, por lo tanto, el bien de nuestro entorno, que es el verdadero ente que nos crea un sentimiento de amor).

Busquemos características en común de la clase obrera. Por un lado unos orígenes reales (que vemos de una forma material en nuestros padres y abuelos), unos orígenes humildes, es decir, haber nacido entre trabajadores y haber trabajado para el beneficio de otro para poder sobrevivir. Estos orígenes son comunes, no sólo con la clase obrera del país, sino con la clase obrera mundial. Quizás para alguno no sea suficiente tener los mismos orígenes obreros, tener una misma forma de vida trabajadora y una misma clase rival que se beneficia de su esfuerzo, pero tendría que bastarle con el objetivo común. Si buscas el beneficio común, si eres una persona benévola, buena, que a diferencia de la burguesía, no quieres tu beneficio propio a costa del perjuicio de los demás, bastaría para que tuvieras un sentimiento de unión con todas las personas del mundo que luchan por tener una vida digna y luchan contra quien lo impide.

Hemos creado un sentimiento de pertenencia a una clase (la obrera) que no hemos elegido, como el lugar de nuestro nacimiento, pero es lo que somos. Es una unión que coge fuerza al hacerse internacional, no solo por la coherencia de tener un fin ético, sino por la fuerza que adquieres de esta unión contra una clase rival (la burguesa) que sí está unida internacionalmente.

Esta realidad, la que es la pertenencia a la clase obrera y unión de toda ella, no es incompatible al sentimiento hacia tu entorno, tu país, tu cultura… lo que es parte del patriotismo, pero la verdadera unión tiene que guiarse por el objetivo común, es decir, la dirección a la que se quiere que vaya el futuro.

Falsa unión nacional

Vemos como cotidianamente se aclama, principalmente desde ideologías de derechas, una unidad nacional, acabar con la división y los conflictos que acarrea esta, pero  esta unión es más bien una imposición. No quieren aceptar las diferencias que hay en las distintas regiones históricas, quieren imponer las suyas, es decir, sus tradiciones, sus símbolos, su idioma, sus creencias, etc. Claman a una unión que bien les interesa a ellos, no están dispuestos a sacrificarse para alcanzar dicha unión, no toleran ninguna disimilitud, ni ningún avance social que modifique sus ya establecidos hábitos. Hablan de patriotismo cuando en realidad rechazan la realidad de esa patria, que son las diferencias culturales entre regiones, la mezcla de “razas” y culturas acontecidas a lo largo de su historia, rechazan toda propiedad que no consideran como propia, sesgando la identidad nacional hacia su particular punto de vista y limitándola a su entorno más cerrado, rechazando toda heterogeneidad propia de cualquier grupo, sobre todo en un gran grupo como es un país.

Una actitud de imposición como la que hemos visto lleva a todo lo contrario a su objetivo. Este intento de negar las diferencias del resto de miembros conlleva a que estos desiguales al dogma establecido se quieran separar del grupo para poder ser libres y sobre todo, ser ellos mismos. Una verdadera unión es aceptar las diferencias, dar la autonomía para estar o no en el grupo, y reforzar las semejanzas que les une, y sobre todo, que esa unión sea reforzada por el objetivo de un bien común y no uno egoísta como es el de imponer unos hábitos y valores propios al resto.

Emancipación del patriotismo conceptual

Entendemos que el ser humano es un ser social y necesita del sentimiento de pertenencia a un grupo, pero si no se raciocina esa pertenencia lo pueden utilizar para controlar a los miembros de este. Por lo tanto debemos buscar unas características comunes, y sobre todo un objetivo que sea el verdadero lazo que una al grupo.

Por lo general hay dos tipos de objetivos: el bien individual y el bien común. Sabemos que la burguesía se decanta por el bien individual, de ahí su fortuna, pero no basta con expulsar del grupo a esta clase, ya que se han adueñado de la patente del patriotismo y lo usan a su antojo, también porque tienen poder suficiente para boicotear la lucha de la clase que busca el beneficio común. Hay que crear una nueva unión, una unión que tenga como rival a esta clase burguesa que impide el progreso adecuado de la clase obrera y por lo tanto impide el objetivo de ésta, el beneficio común (recordemos que el bien común sería, por lo tanto, el bien de nuestro entorno, que es el verdadero ente que nos crea un sentimiento de amor).

Busquemos características en común de la clase obrera. Por un lado unos orígenes reales (que vemos de una forma material en nuestros padres y abuelos), unos orígenes humildes, es decir, haber nacido entre trabajadores y haber trabajado para el beneficio de otro para poder sobrevivir. Estos orígenes son comunes, no sólo con la clase obrera del país, sino con la clase obrera mundial. Quizás para alguno no sea suficiente tener los mismos orígenes obreros, tener una misma forma de vida trabajadora y una misma clase rival que se beneficia de su esfuerzo, pero tendría que bastarle con el objetivo común. Si buscas el beneficio común, si eres una persona benévola, buena, que a diferencia de la burguesía, no quieres tu beneficio propio a costa del perjuicio de los demás, bastaría para que tuvieras un sentimiento de unión con todas las personas del mundo que luchan por tener una vida digna y luchan contra quien lo impide.

Hemos creado un sentimiento de pertenencia a una clase (la obrera) que no hemos elegido, como el lugar de nuestro nacimiento, pero es lo que somos. Es una unión que coge fuerza al hacerse internacional, no sólo por la coherencia de tener un fin ético, sino por la fuerza que adquieres de esta unión contra una clase rival (la burguesa) que sí está unida internacionalmente.

Esta realidad, la que es la pertenencia a la clase obrera y unión de toda ella, no es incompatible al sentimiento hacia tu entorno, tu país, tu cultura… lo que es parte del patriotismo, pero la verdadera unión tiene que guiarse por el objetivo común, es decir, la dirección a la que se quiere que vaya el futuro.

Causa del patriotismo extremo o nacionalismo

Si llevamos el patriotismo, un sentimiento de identificación al extremo se convierte en nacionalismo. No es difícil este resultado cuando la burguesía utiliza el patriotismo de forma abusiva para su propios fines.

Hagamos una compilación de las causas. Un grave problema del exaltamiento de la nacionalidad es sobreponer tu nacionalidad sobre las demás, e incluso definirla como superior es aspectos genéticos, lo que se deduce en racismo. También genera división entre los países e incluso entre las regiones de un mismo país, se crea una competición de iguales que pretenden sobreponerse al resto de nacionalidades aunque sea a perjuicio de ellas. El patriotismo ciego también lleva a seguir los dictámenes de los que se hacen llamar portavoces de la nación, de una forma autómata, perdiendo toda habilidad de juicio respecto a sus decisiones. Menospreciar toda cultura extranjera, llegando a aborrecer a sus héroes históricos y exaltar los personajes históricos de su propia nación aunque su fama haya sido por cometer actos bélicos en otros países de una total perversión ética, es una causa que incluso se puede percibir en las televisiones y libros de escuela. No podemos olvidar el odio que se genera en todos los nacionalistas hacia todo el que no comparta su sentimiento, tanto como a los que carecen el sentimiento patrio a los que ve como enemigo de su nación, como a los independentistas de algunas regiones (esto resulta recíproco por los nacionalistas independentistas), que les causa un galimatías, al querer ver fuera a estas regiones por no ser su semejante ideológico y al querer que se queden por no querer fragmentar la nación a la que ama.

  “El pueblo unido, jamás será vencido”.

 

 

 

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