La explotación de estas obreras fue un asunto que preocupó mucho al sindicalismo socialista.
Por Eduardo Montagut
¡Modistillas! Despertad de vuestro sueño…”
La prensa socialista dedicó esfuerzos para fomentar la conciencia de clase de las trabajadoras, denunciando la explotación que sufrían, y haciendo llamamientos para que se afiliasen a las sociedades de resistencia. En esta línea no acercamos al caso del movimiento obrero socialista balear a través de un artículo que se publicó en El Obrero Balear en enero de 1919 sobre la explotación de las trabajadoras modistillas.
La explotación de estas obreras fue un asunto que preocupó mucho al sindicalismo socialista. Pero el problema se daba en todas partes. El periódico obrero balear a través de un artículo de denuncia hablaba de cómo esas modistillas cobraban jornales de 50 céntimos por jornadas laborales de diez horas. Además, algunas maestras habían obligado a trabajar a las jóvenes el día de Navidad, como un caso concreto en el que se estableció ese día para pagar el sueldo, por lo que las trabajadoras se vieron en la necesidad de acudir al taller si querían cobrar. También se aludía a un caso concreto donde en una Navidad pasada fueron despedidas algunas obreras por no haber acudido al taller ese día como se las había mandado.
El periódico denunciaba la inactividad del inspector de trabajo, y se reclamaba que girase de vez en cuando alguna visita a los talleres de las modistas. Se reclamaba un inspector diligente y que no se dejase convencer por las maestras. Al parecer, podía darse el caso de que también trabajasen los domingos y días festivos. Para evitar que el inspector advirtiese este hecho, se escondía a las obreras en las habitaciones particulares de las maestras porque, al parecer, era muy normal que el taller estuviera en las viviendas de las mismas.
Pero no solamente se reclamaba la acción de la Administración, el artículo realizaba un llamamiento para que las obreras se asociasen con el fin de hacer frente a las maestras. No se podía seguir sintiendo “vergüenza” por asistir a la Casa del Pueblo o porque realmente eran obreras, unas alusiones harto interesantes y que confirman lo que sabemos sobre las dificultades de tipo ideológico, entre otras, para el avance de la organización sindical en este ámbito laboral. Muchas de las trabajadoras de estos talleres, pero, sobre todo, las del trabajo domiciliario no se consideraban obreras en sí, y el sindicalismo socialista tuvo que intentar emprender campañas de concienciación, harto complicadas de realizar dada la dispersión de talleres y hogares, frente al ámbito de fábricas o grandes talleres donde siempre fue más fácil la difusión de las ideas, habida cuenta de la concentración de las trabajadoras.
Los obreros tendrían la obligación de ayudar a estas trabajadoras “que no tienen valor para defenderse de estos buitres que con su avaricia no dejan nido donde no hagan presa”.
Hemos consultado el número 882 de El Obrero Balear, de 17 de enero de 1919, en L’Històric del PSIB-PSOE, en la red.
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