Feijóo no es Trump, y carece del carisma para activar en sus seguidores el fanatismo propio del Culto a la Personalidad del Líder.
Por Lucio Martínez Pereda
El Partido Popular tras su derrota en las urnas abrirá a un proceso de cambio de liderazgo. Si la disyuntiva es elegir entre un amigo de narcotraficante y una líder ultraderechista tendrán un grave problema para su supervivencia en el medio plazo. Hay gente en el Partido Popular que está mirando a Soraya Sainz de Santamaría para reconducir el Partido – tras el probable fracaso del 23J- hacia el liberal conservadurismo de centro.
La prensa de derechas ya ha empezando a poner en funcionamiento con discreción – aún no es momento de llamar la atención – la tríada promocional noticias- entrevistas- reportajes sobre Soraya. Que Feijóo – a medida que se ha ido desarrollando la campaña- ve cada vez más alejadas sus posibilidades de ser el próximo presidente de gobierno lo prueba el hecho de haber deslizado las sospechas de un posible fraude electoral.
Feijóo esta trabajándose una “ realidad alternativa indemostrable” intentando activar una mecánica narrativa propia de la post verdad trumpista para explicar su derrota e intentar así seguir al frente del partido después de su fracaso. La idea es un calco aplicado a España de la estrategia usada por Trump en la etapa final de la campaña del 2020, cuando las encuestas internas le daban como perdedor empezó a fabricar la teoría de la conspiración para alterar el resultado de las urnas, su objetivo real final no era dar un golpe de estado- imposible en EEUU- su objetivo era poder seguir al frente del partido republicano tras su derrota. Pero claro, como es obvio Feijóo no es Trump, y carece del carisma para activar en sus seguidores el fanatismo propio del Culto a la Personalidad del Líder. La política en la época de la sociedad del espectáculo es así en EEUU, en España: aún no.
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